Mataix prepara las maletas para salir de Indra al perder el apoyo del Consejo

El reciente relevo en la presidencia de Indra tras la salida forzada de Fernando Abril–Martorell no han calmado las aguas en los órganos de gobierno de la compañía. La existencia de dos consejeros delegados y un presidente sin funciones ejecutivas ha provocado una lucha de poder, azuzada por el Gobierno, que amenaza con cobrarse su primera víctima cuando no han pasado ni seis meses de que se produjo el cambio de timón.

Se trata de Ignacio Mataix, responsable del área de Transporte y Defensa, que se ha quedado sin apoyos en el consejo de administración y que trabaja contrarreloj en el ámbito político para evitar su salida.

Según confirman a MERCA2 fuentes cercanas a la cúpula de Indra, la relación entre el CEO y el presidente Marc Murtra es inexistente, que prefiere a Cristina Ruiz como consejera delegada única. Esta mujer, número uno de Minsait, tiene el favor de la plantilla y de la presidencia, que aspira a su vez a lograr poderes ejecutivos en esta remodelación corporativa que es apoyada por el Palacio de la Moncloa.

El culebrón de Indra tiene muchas aristas y en todas ellas amenaza con cortarse Mataix, que desde la salida de su amigo Abril–Martorell camina en la cuerda floja haciendo malabarismos para mantener su puesto. La idea del Gobierno era que Murtra tuviera poderes ejecutivos como sus anteriores predecesores, pero los accionistas privados lograron evitarlo, promoviendo la creación de dos direcciones generales vestidas de puestos de consejero delegado, una para Mataix y otra para Ruiz.

El problema es que desde entonces Mataix ha ido perdiendo la confianza de los anteriores consejeros, especialmente del vicepresidente y consejero coordinador Alberto Terol, al cual no le gustó que el CEO de Transporte y Defensa volviera a defender que Indra entrara en la operación de compra de ITP Aero, realizada por el fondo de inversión Bain Capital el pasado septiembre. Esta empresa vasca de motores y componentes aeronáuticos estaba en manos de Rolls Royce y quería ser recuperada por el PNV, que presionó a la SEPI para que volviera a manos españolas. Sin embargo Abril–Martorell se opuso, lo cual aceleró su salida y su sustitución por Murtra el pasado mayo.

el enfrentamiento con Ruiz y murtra se ha recrudecido en las últimas semanas y la bicefalia en el área directiva tiene los días contados.

En este contexto, Mataix, como hombre del antiguo presidente, debería haber mantenido su oposición a la entrada de Indra en ITP. Sin embargo, decidió modificar su postura para agradar al nuevo presidente, una jugada que le salió mal porque ahora ya no goza del favor ni de Murtra, ni de los consejeros que no vieron con buenos ojos el cese de Abril–Martorell. Por si todo esto fuera poco el enfrentamiento con Ruiz se ha recrudecido en las últimas semanas y, según explican las fuentes consultadas, la bicefalia en el área directiva tiene los días contados.

LA COMPRA DE ITP Y EL PAPEL DEL PNV

La cuestión de ITP es relevante porque Mataix llegó a Indra procedente precisamente de esta compañía, donde tenía el cargo de director general. De hecho, un año después de su llegada comenzaron las negociaciones para la adquisición de la empresa vasca a Rolls Royce. Una operación que se truncó porque Abril–Martorell se levantó de la mesa después de que la multinacional británica decidiera elevar el precio en el último momento.

La ruptura provocó un terremoto en el Palacio de La Moncloa que con la adquisición pretendía lograr un doble objetivo: mantener el control de ITP en manos españolas y contentar a sus socios del PNV (imprescindibles para aprobar cada año los Presupuestos), permitiendo al nacionalismo vasco colgarse la medalla planteando una solución industrial local para adquirir la compañía con sede en Zamudio.

Indra era la empresa elegida para esa misión tras constatar que otros grupos como Aciturri, Gestamp o CAF carecían del músculo financiero y la estructura de Indra para llevarla a cabo. Sin olvidar que el control político sobre Indra es muy superior al que existe en estas otras compañías.

EL GOBIERNO QUIERE A MURTRA CON PODER EJECUTIVO

La pérdida del favor de los consejeros que ha sufrido Mataix le viene de perlas al Ejecutivo, que lleva meses intentando lograr que Murtra tenga labores ejecutivas. No olvidemos que el nuevo presidente es un hombre del PSC, muy cercano al ex ministro de Sanidad, Salvador Illa, que tiene mando en plaza para nombrar responsables de empresas públicas. Sirva como ejemplo el caso de Maurici Lucena, otro hombre del socialismo catalán y que estuvo en las quinielas para ser ministro de Transporte e, incluso, presidente de Indra.

Por todo ello la única baza que le queda a Mataix para salvar el puesto es lograr que el Gobierno interceda y, al menos, le permita seguir en la empresa aunque sea quitándole galones. Fuentes socialistas aseguran a este diario que en los últimos días el todavía consejero delegado intenta establecer puentes en este sentido, aunque en el consejo de administración de Indra se da por hecho que Mataix tendrá que hacer las maletas.

EL NUEVO AVIÓN DE COMBATE EUROPEO

Todo esto se produce en un momento clave para la compañía, que está a las puertas de designar a sus proveedores tecnológicos e industriales en el proyecto FCAS (Futuro Sistema Aéreo de Combate), una iniciativa de Defensa vital para Europa y que está provocando luchas intestinas en las diferentes compañías del sector. No en vano se trata de un ambicioso (y millonario) programa en el que participan España, Alemania y Francia. Se da la circunstancia de que en FCAS están, además de Indra, la citada ITP Aero, junto a GMV, Sener y Tecnobit.

El proceso de designación de contratistas para el nuevo avión de combate es clave para Indra, que tiene problemas reputacionales después de que empresas israelíes hayan denunciado trato de favor a socios del grupo español en las contrataciones de Defensa, tal como avanzó en exclusiva MERCA2 el pasado septiembre. El caso más evidente es el de la empresa Escribano Mechanical & Engineering colaborador estrella de Indra que forma una alianza con Indra y con la división española de la italiana Leonardo (proyecto TRIUM-DRS).

El caso puede acabar en los tribunales y ha provocado desconfianza e indignación en las autoridades israelíes, sobre todo tras la negativa del ministerio de Defensa a contestar al recurso presentado por la firma Pap Tecnos. Este conflicto está afectando también a la imagen de Mataix, ya que es precisamente el responsable del área de Transporte y Defensa, lo cual podría acelerar su salida.

Y mientras se produce esta pelea en la cúpula directiva, Ruiz anunciará en los próximos días la firma de un «contrato significativo” que le permitirá recibir una parte de los fondos europeos del Next Generation EU. Así lo avanzó en una reciente presentación con analistas tras presentar los resultados de los primeros nueve meses del año, periodo en el que Indra elevó su beneficio hasta los 115 millones de euros, con un aumento de la facturación de casi el 10% que ha llevado a la dirección a recuperar el dividendo por primera vez desde 2014.