«Si el vermut ha llegado a los supermercados es porque ya no es una bebida de abuelos»

Esta semana en MERCA2 hemos decidido que ya era el momento de tomarnos un vermut. Aunque no iba a ser todo tan agradable para Jonatan Armengol, nuestro crítico de cabecera. En esta ocasión, él y su acompañante, Javier Fernández Piera, organizador de ‘Las 12 horas del Vermut’, tendrán que tomarlo sin corte de naranja, ni aceituna, ni hielo. Todo a palo seco.

«Si los vermuts han llegado a la blanca marca de supermercado es que han perdido aquella patina de viejuno, lo que tomaba mi abuelo. El vermut de grifo de Madrid, lo más típico del mundo, desapareció y ahora se ha vuelto ‘vintage’», afirma el único crítico gastronómico invidente de España. Tanto es su éxito que Javier decidió poner en marcha esta jornada que solo cosecha éxitos.

Además, Piera nos ha explicado qué es el vermut. «Es un vino tuneado. Se coge un vino base y lo infusionas con hierbas». El secreto es que cada uno tiene sus propias mezclas. Estas maceraciones se hacen en barricas de madera. Además, se les agrega melaza.

Una vez asentadas las bases del producto que vamos a catar esta semana, vamos a entrar en materia. En el primero de ellos, en nariz, sí salen las notas de hierbas, aunque se nota la carga alcohólica. Bien equilibrado entre los dulces y los amargos. En boca, los críticos consideran que está hecho basándose en la uva blanca. “Se queda corto, mucho azúcar y poca hierba”, afirman ambos. Es un vermut que está más que suspenso.

EL VERMUT DEBE SER EQUILIBRADO

El segundo no ha mejorado las previsiones. Este es un poco más oscuro en color, pero menos aromáticos. En sabor, Javier no detecta el equilibrio que tiene que tener el vermut, tiene exceso de carga alcohólica, pero es menos dulce que el anterior. Según Jonatan, el vino base no es especialmente bueno. Quizás por esa reducción de azúcar ha hecho que sea un poco mejor que el anterior.

«Están haciendo bueno al primero», con esta afirmación ha comenzado Javier Fernández Piera la tercera cata de vermut. En nariz, parece que está un poco más equilibrado, aunque un poco simple. Sin embargo, en boca mejora. Peca de dulce, pero es mucho más equilibrado que los anteriores. Todo eso le ha hecho aprobar con una nota bastante alejada del resto siendo el mejor de la cata.

Por último, el vermut que cierra la cata tiene un sabor de boca aceptable. Tiene una capa fina con un ligero toque de color. En nariz no se nota el alcohol, pero sí las hierbas dulces. «No lleva las hierbas amargas que para mí son necesarias para equilibrar», señala Armengol. En boca, Jonatan detecta exceso de dulce, lo que hace que sea un poco desequilibrado.

Si quieres conocer todos los secretos del vermut para sorprender a tus invitados este fin de semana o simplemente saber cuál es el mejor de los que podemos encontrar en el supermercado, solo tienes que ver el vídeo.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo
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