Los editores VIP doblan el brazo al Gobierno, que da luz verde al regreso de Google News

Google News reanudará su servicio en España siete años después de su cierre motivado por la activación del ‘canon AEDE’, que obligaba a los agregadores a compensar a los editores autóctonos por compartir los enlaces de sus noticias.

En 2014 agencias como EFE apoyaron esta legislación y recordaron que redes como «Facebook se ha convertido en el mayor medio de comunicación del mundo, pero ni Facebook ni Google tienen una sala de prensa, no tienen a periodistas en Siria arriesgando sus vidas, ni una oficina en Zimbawe investigando la salida de Mugabe, ni editores para chequear y verificar la información que envían los reporteros desde el terreno».

La ‘ley Iceta’ ahora enterrará el Real Decreto para alegría de Google, que ya ha negociado con los editores de más peso (con la intención de que estos influyesen en La Moncloa) y anunciado que «a partir de principios del próximo año, Google News ofrecerá enlaces a noticias útiles y relevantes, procedentes de una amplia gama de fuentes, para ayudar a los españoles a encontrar más información sobre la actualidad y a profundizar en esas historias».

El gigante del buscador dice que quiere convertir a Google News en «una herramienta clave en la lucha contra la desinformación» y anuncia que trabajará «con los editores para llegar a acuerdos que cubran sus derechos bajo la nueva ley. Además, trabajaremos para traer a España Google News Showcase, un programa de licencias y una nueva experiencia de producto que paga a los editores por comisariar contenidos para paneles de historias en Google News y Discover».

MONOPOLIO PREDATORIO

Google es un monopolio predatorio que cuenta con una cuota de mercado de más del 96% en España (y más del 90% a nivel global). Y ha logrado tumbar la ‘ley de propiedad intelectual’, quizá con la ayuda de multimedias como Prisa o portales como eldiario.es.

Jesús Carrera, responsable de la Estrategia Digital de Vocento, ya advirtió hace unos meses del cambio de estrategia del mastodonte digital: «Hasta hace un año y medio Google solo hablaba con tres o cuatro editores en España, y el resto dependía de un soporte en Irlanda. Pero de repente ha empezado a tener una relación con todos los operadores. Se ha dado cuenta de que tiene un problema en España, porque tenemos una legislación que nos protege de lo que ha logrado en algunos países, que es pactar con unos y no con otros para dividir al sector.

Carrera recordó que este asunto va más allá de un tema meramente económico: «El CEO de Google declara que su misión es organizar la información en el mundo, y este es el punto de partida de la batalla. No podemos permitir que terceros se erijan como los organizadores de la información en el mundo. Por lo que supone de ataque a las libertades y al modelo de negocio de medios, que deben ser rentables para ser independientes. Son las raíces del periodismo. Que haya un único operador capaz de organizar el 98% de la información que se mueve por internet es un riesgo enorme. Entre facilitador y organizador existe una barrera muy liviana».

Y asegura que Google «controla de forma dominante todo el ecosistema digital. El navegador, el sistema operativo, toda la comercialización de publicidad…. Si además soy propietario de medios propios como el buscador, YouTube, Google Maps o incluso el correo electrónico, entonces soy juez y parte. En el caso de las noticias, ni las crea, ni se responsabiliza de ellas, ni invierte en ellas. Lo que su posición de control le ha permitido es decidir las reglas del negocio en su propio beneficio… Esa situación no puede permitirse más».

Carrera explica que «los medios que renuncien a sus derechos de autor recibirían dinero, y tendrían la posibilidad de aparecer destacados en las búsquedas de contenido. En su producto ‘ShowCase’ les proporciona tarjetas enriquecidas, una forma de destacar mejor los artículos en sus búsquedas. Leído al revés, no solo te voy a pagar porque renuncies al derecho, sino que si no lo haces te voy a sacar de los resultados de las búsquedas. Tienen el 95% del mercado y esa capacidad en la práctica te hace desaparecer».

«La ley en vigor es un tesoro para la independencia de los medios y, por tanto, para cualquier democracia. Con la ley en la mano no pueden tomar esa decisión. Los medios tratan de adaptarse a un cambio vertiginoso en los hábitos de consumo de sus lectores, pero nunca pueden aceptar la falta de regulación en un campo digital a beneficio solo de dos o tres multinacionales tecnológicas que han impuesto sus reglas«, añadía.

La elitista estrategia negociadora de Google provocó el hartazgo entre los medios que no están en el top 20 de volumen de tráfico, según Comscore. Y es que el gigante individual busca contentar a una decena de las cabeceras más importantes para que estas, además de nutrirle News Showcase, ejercieran de lobby de presión ante el Gobierno.

Algunos medios ‘medianos’, aun siendo conscientes de que sería saludable abrir las puertas al servicio informativo de Google, advierten con cautela que la compañía estadounidense esté «ofreciendo acuerdos con algunos medios para que le sirvan alrededor de ocho piezas diarias por una horquilla anual que varía entre los 150.000 y 200.000 euros anuales».

Fuentes del sector señalaron a MERCA2.es que «Google está enfadando a multitud de periódicos que no están en el top 20 de tráfico porque a la mayoría de ellos no les ha ofrecido ningún acuerdo económico o simplemente les ha dicho que su caso está en ‘fase de estudio’, que podría ser el preámbulo de ofrecerles solo visibilidad a cambio de contenido».

LO IMPOSIBLE

El gurú tecnológico Enrique Dans recuerda que «competir con Google es prácticamente imposible. Si te esfuerzas por ofrecer un servicio en la web y te va bien haciéndolo, tu crecimiento llamará su atención, y en no mucho tiempo, desarrollará un servicio similar, utilizando si hace falta para ello la información que extrae de tus propias páginas – páginas que no puedes evitar que vea, porque eso conllevaría no salir en sus resultados y convertirte en completamente invisible, lo que equivale en la practica a cometer un ‘SEOcidio’«.

El influyente bloguero recuerda que «durante muchos años Google ha llevado a cabo esta estrategia sin ningún tipo de pudor: con negar los hechos, por evidentes que estos fuesen, le ha bastado. Cuando empezó a sentir que el cerco se cerraba un poco, pasó a tratar de disimular mediante la adquisición de compañías».

LA LECCIÓN FRANCESA

En Francia periodistas, editores y Gobierno no hacen la guerra por su cuenta y Google se ha visto obligada a rascarse el bolsillo. El buscador recibió cien millones de euros de multa a finales del pasado año por su política de cookies.

Este oportuno dardo llegó mientras el gigante negociaba con la patronal de la prensa, Alianza de Prensa de Información General (APIG). Hace unos meses la APIG daba a conocer un acuerdo con Google, que al fin acuerda con pagar a los editores en concepto de ‘derechos afines’.

Esta figura es una disposición parecida a los derechos de autor y fue creada vía directiva europea. La intención de la UE es mejorar la distribución de los ingresos digitales con la intención de salvar la vida de periódicos y agencias de prensa, moribundas mientras Google colecciona millonarios beneficios.

Google y la APIG aseguraron que el pacto es «la culminación de muchos meses de negociaciones en el marco establecido por la Autoridad de Competencia» y afirman que el acuerdo «establece el marco dentro del cual Google negociará acuerdos de licencia individuales con los miembros» de APIG.

La negociación de Google y APIG nació por vía judicial: en 2019 la prensa denunció al buscador por violar los derechos afines y en 2020 Competencia obligó a la compañía estadounidense a negociar «de buena fe» con los editores, afectados porque Google se intentó vengar de ellos haciéndoles menos visibles en la explotación de contenidos que no solo son el cuerpo del artículo (títulos, fragmentos o ilustraciones). La falta de cohesión de los editores españoles ha sido el caldo de cultivo idóneo para Google, feliz con esta nueva situación.