Comienza el juicio que decidirá el futuro del bitcoin: ¿quién es Satoshi Nakamoto?

El mundo de las criptodivisas anda revolucionado estos días y no porque el nuevo ETF de bitcoins se haya desinflado tras su fulgurante arranque, sino por una pelea en los tribunales cuyo desenlace podría provocar un vuelco en las preferencias de los inversores.

Estamos hablando del juicio del siglo, el que enfrenta en Miami (EEUU) a dos informáticos que se disputan la paternidad de Bitcoin y uno de ellos, el australiano Craig Wright afirma ser en realidad Satoshi Nakamoto, el autor del célebre whitepaper que sirvió de embrión para el nacimiento de la famosa divisa digital, descentralizada –al no dependen de banco central alguno– y que impulsó el desarrollo de la tecnología blockchain.

La demanda contra Wright ya sido presentada por los abogados de Ira Kleiman, cuyo hermano David fue amigo del científico australiano y que reclama desde la tumba ser también el creador de Bitcoin. En el trasfondo de esta batalla no está solo el prestigio, ya que lo que se dirime es quién es el dueño legítimo del tesoro de Nakamoto, un paquete de bitcoins que en la actualidad tiene un valor de mercado de 66.000 millones de dólares.

El hermano de Kleiman es quien presenta la demanda porque David falleció en 2013. Era un especialista en computación forense que había estado en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y que a pesar de haberse quedado tetrapléjico tras un accidente en 1995 trabajaba sin descanso y era consultado tanto por analistas como por medios de comunicación de todo el mundo.

Sin embargo, los problemas económicos terminaron por llevarle a un callejón sin salida y en el momento de su muerte estaba a punto de perder su casa en Palm Beach por no pagar la hipoteca. Hasta entonces vivía realmente en un hospital de veteranos, donde todos le consideraban una persona problemática y amargada.

W&K INFO DEFENSE RESEARCH ¿EL PADRE DE BTC?

La demanda alega que Kleiman y Wright formaron una sociedad conjunta y crearon una entidad denominada W&K Info Defense Research, LLC, que habría sido responsable del código fuente de Bitcoin. Esto implicaría arrojar algo de luz sobre lo que se podría considerar el mayor misterio de Internet: la identidad del autor de la revolucionaria criptodivisa que aspira a ser una alternativa al dinero fiduciario creado por los bancos centrales de la nada desde que pusieron fin al sistema de patrón oro.

Todo comenzó con un documento publicado en en octubre año 2008, firmado por Satoshi Nakamoto, un pseudónimo tras el cual siempre se ha sospechado que podría corresponder a un grupo de personas en lugar de un sólo individuo. Este emblemático whitepaper tenía por título: Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System y sentaba las bases de un sistema de pago descentralizado, autónomo, seguro al margen de las autoridades políticas, monetarias y financieras. La red se lanzó el 3 de enero de 2009 con un tipo de cambio y cada Bitcoin tenía un precio de 0,0008 dólares. Hoy cotiza por encima de los 62.000.

UN TESORO DE 66.000 MILLONES DE DÓLARES

Diversas fuentes calculan que el tesoro de Nakamoto podría tener un millón de bitcoins, además de otras cantidades de las diversas bifurcaciones que ha sufrido la criptodivisa, como Bitcoin Cash y Bitcoin SV, cuyos inversores defienden que es la única que de verdad responde al espíritu fundacional de Satoshi y, por ello, son perseguidos y ridiculizados de forma sistemática en las redes sociales y foros especializados.

Quien sea realmente Nakamoto se convertirá automáticamente en una de las personas más ricas del planeta y aparecería en la lista de millonarios de Forbes en el top 20 de las personas más adineradas del planeta. Más concretamente en el puesto 16, por encima del magnate mexicano Carlos Slim, dueño de America Movil, la mayor empresa de telecomunicaciones de Latinoamérica.

Según los abogados del hermano de Kleiman, David fue estafado por su amigo Craig, el cual admite la relación de amistad pero niega que fueran socios, a pesar de que se han aportado en el juicio unos correos electrónicos en los que Wright se refiere en numerosas ocasiones a Kleiman como su “socio comercial” hasta su muerte. Por su parte, la defensa del polémico informático australiano argumenta que nunca existió relación contractual alguna y que por lo tanto no se puede demostrar la alianza corporativa entre ambos pioneros.

WRIGHT ASEGURA SER SATOSHI NAKAMOTO

Aunque de que Wright lleva años asegurando ser el verdadero Nakamoto, la verdad es que hasta ahora no ha podido probarlo. El momento clave fue en 2016 cuando dijo que mostraría que tenía acceso a las claves privadas de los bitcoins del fantasmal creador de la divisa, pero no realizó transacción alguna y dejó a sus defensores con la miel en los labios. En su lugar presentó una supuesta prueba criptográfica que muchos consideran fraudulenta y que han dado alas a los enemigos de Wright para acusarle de mentir y falsificar documentos.

El juicio durará tres semanas y los diez jurados deberán estudiar el caso para, junto con el juez, inclinar la balanza de uno u otro lado. Pero el problema es que si Kleiman gana será muy difícil que recupere su mitad del ansiado tesoro porque, al contrario de lo que sucede con el dinero tradicional, sólo puede acceder a los bitcoins la persona que tenga las claves privadas de las billeteras (wallets). Si Wright no es Satoshi, o si lo es y no dispone de estas claves, no habrá manera de recuperar la fortuna que se encuentra durmiendo el sueño de los justos en la Red.

Pero es que además hay otro elemento que introduce más incertidumbre sobre la recuperación del tesoro de Nakamoto. En 2018 otro informático autoproclamado “el arquéologo de bitcoin” cuyo nombre real es Kin Nilsson, realizó un trabajo de investigación y logró rastrear las direcciones de las billeteras que supuestamente estaban en propiedad de Wright y que demostrarían que participó en la génesis de la divisa. Y resulta que muchas de ellas fueron sustraídas en uno de los hackeos más importantes de la historia de Internet: el que afectó a Mt Gox, un exchange o casa de intercambio (similar a un banco convencional, pero de criptodivisas) al que le robaron 850.000 bitcoins en febrero de 2014.

Así que es posible que una parte de la fortuna de Nakamoto se encuentre ya en manos ajenas al fundador de bitcoin y que ni Kleiman ni Wright puedan disfrutar de estos fondos, aunque lo relevante aquí es determinar hasta qué punto el resultado del juicio afectará a la cotización de la divisa, así como de sus bifurcaciones, especialmente de Bitcoin SV (Satoshi Vision), que podría dejar de ser el patito feo del mundo de las criptos y convertirse en cisne. En unas semanas lo sabremos.