Enagás apuesta por el hidrógeno ‘marca España’ para un acero verde

Enagás cuenta con 30 proyectos y 50 socios en el territorio español cubriendo todos los usos y sectores contemplados en la Hoja de Ruta del Hidrógeno Verde: sustitución de hidrógeno gris, movilidad, usos térmicos en sectores de difícil electrificación y gestión de energía renovable. El potencial del hidrógeno como facilitador de la transición energética no para de crecer, pero en un sector electrointensivo y tan dependiente de la energía para poder ser competitivo respecto a sus iguales europeos como el del acero, el impacto de esta tecnología se multiplica.

A día de hoy, el hidrógeno se emplea principalmente en la industria química y del refino, como materia prima de muchos de sus productos. Sin embargo, sus posibilidades como vector energético están llevando a esta molécula a ganar protagonismo en otros escenarios. Tanto es así, que el sector de la energía lleva tiempo perfeccionando distintas formas de fabricar hidrógeno renovable, con baja o nula huella de carbono, y que sea útil, sobre todo para la industria, pero también para otros ámbitos de actividad estratégicos.

La industria siderúrgica analiza con especial atención su actividad futura en la denominada economía del hidrógeno. El presidente la asociación empresarial de la siderurgia española (Unesid), Bernardo Velázquez, destacaba recientemente durante la apertura de un foro sectorial, la necesidad de tener en cuenta a la industria en la transición ecológica, ya que transición energética y transición industrial «van de la mano».

Velázquez subrayaba «el compromiso total de la industria siderúrgica con la descarbonización» e haciendo hincapié en que «los sectores industriales deben estar plenamente preparados para abordar una transición energética e industrial en la que el hidrógeno sustituya a los combustibles que hasta ahora han acompañado los procesos productivos».

En el foro organizado por la patronal del sector siderúrgico, el presidente de Unesid remarcó que esto «solo será posible si el precio final del hidrógeno lo permite», y si es así el hidrógeno será clave para alcanzar los objetivos marcados por la transición energética. Para Velázquez, «sin tener en cuenta el papel fundamental de la industria, la transición energética no tendrá sentido».

Por su parte, el director de Innovación y Gases Renovables de Enagás, Jesús Gil, recordaba las labores que se están acometiendo para garantizar la disponibilidad del hidrógeno en los puntos de consumo, creando «una red de distribución inteligente que será clave en la facilitación de la transición energética».

Gil recalcaba que para ello «es indispensable disponer de un marco regulatorio sólido que aporte certidumbre», e insistió en las opciones existentes para la distribución y almacenamiento de hidrogeno en nuestro país, así como las particularidades de cada una de ellas.

En cuanto a las alternativas para reducción de CO2 en el sector del acero, Gil no tiene dudas: «la reducción de emisiones en el sector será posible mediante el uso de hidrógeno verde en la siderurgia, la integración de procesos y la captura y uso de carbono residual para la producción química, así como con el fomento de una economía circular (reciclaje de la chatarra y subproductos de acero)».

Europa se encamina a una industria del acero low o carbon neutral. Las emisiones de CO2 y el consumo de energía en la producción de acero se han reducido a la mitad desde 1960, según datos aportados por Enagás. El sector tiene el objetivo de alcanzar reducciones de entre el 80% y el 95% para 2050, respecto a los niveles de 1990, en las condiciones adecuadas, a través de nuevos desarrollos tecnológicos.

Esta transición requerirá de una inversión significativa en nuevos desarrollos, despliegues tecnológicos e infraestructura de energía, recuerda el interlocutor del operador de la red de gas de España.

La asociación empresarial de la siderurgia española (Unesid) aglutina 46 empresas, que dan empleo a unas 60.000 personas, -además de las 20.000 que intervienen en la recolección de chatarra-. El sector factura en su conjunto más de 14.000 millones de euros.

¿QUÉ SE NECESITA PARA UNA RED DE HIDRÓGENO EN ESPAÑA?

Según Enagás, la primera exigencia será el desarrollo de un marco jurídico y regulatorio que establezca los requisitos necesarios para asegurar el carácter verde del hidrógeno y que permita, entre otros, realizar una casación mensual vs instantánea al menos en una primera fase transitoria hasta la existencia de almacenamientos de hidrógeno operativos en España.

Por otro lado, otra de las exigencias es la declaración de utilidad pública de las instalaciones asociadas al transporte, distribución y almacenamiento de hidrógeno. (ITCs y Reglamento de Redes).

Será también necesaria una tramitación ágil y la tramitación ambiental de las infraestructuras de hidrógeno. Además, se precisará el desarrollo de un régimen retributivo que pueda ser especial para las primeras instalaciones que permita obtener un coste competitivo de hidrógeno en cliente final.

Otro de los factores imprescindibles será el establecimiento de un mercado organizado de hidrógeno y de un gestor técnico del sistema de H2, que garantice la continuidad y seguridad del suministro y la correcta coordinación entre los puntos de acceso, los almacenamientos, el transporte y la distribución, bajo los principios de transparencia, objetividad e independencia, tal y como apunta Enagás.

Por último, en la misma línea, será necesario un acceso a una tarifa eléctrica competitiva.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.