Si algo nos unió en tiempos de confinamiento, además de hacer bollería como si todos tuviéramos una tahona, fue hacer deporte. Pasar 24 horas durante dos meses sin poder salir de nuestros domicilios hizo que uno de los principales entretenimientos para la sociedad española fuese realizar diversas prácticas deportivas. A raíz de 2020, las ventas de productos deportivos no han parado de crecer. Una situación que ha favorecido principalmente a Decathlon y JD-Sprinter, las dos compañías que se reparten este pastel en España.
Sin embargo, cómo afrontó cada una de estas compañías la pandemia fue muy diferente. Mientras que Decathlon tenía su comercio digital muy instaurado en España desde hacía años, JD-Sprinter tuvo que poner en marcha a contrarreloj su ecommerce para poder salvar la situación después de años de transición a marchas forzadas.
En la memoria anual del grupo originario de la Comunidad Valenciana afirmaba que «al igual que con JD, el negocio online de Sprinter y Sport Zone es menos maduro en la Península Ibérica y, por tanto, sólo el 20% de la venta online y física se retuvieron durante los cierres de tiendas». La compañía no ha indicado la cantidad exacta para la venta online.
Esta es una de las razones principales que ha llevado a Sprinter a lanzar una ofensiva para reforzar su entorno digital e intentar plantar cara a Decathlon. Lo hicieron con el lanzamiento de un marketplace y su propia plataforma de entrenamientos dirigidos.
Mientras que Decathlon tenía instaurado su comercio online, Sprinter aún estaba muy verde
En una posición totalmente contraria se encuentra Decathlon. Según expone la compañía francesa, su ecommerce se duplicó en 2020 superando los 2.200 millones de euros. Es decir, un 19% respecto al total de ventas que realizó la empresa especializada en equipamiento deportivo fueron a través de su canal online. En 2019, esta cifra apenas llegaba al 8%.
LAS VENTAS DE DECATHLON Y JD-SPRINTER CAYERON UN 8%
Sin embargo, a nivel de ventas en global, JD-Sprinter ha sabido capear el temporal pandémico y plantar cara al gigante Decathlon. Curiosamente, ambas compañías solo vieron reducidas sus ventas en un 8%. Obviamente, esta reducción no pesa lo mismo para la cadena francesa que para la de Elche.
Decathlon facturó 11.400 millones de euros en 2020, frente a los 12.400 millones de euros del año anterior. Es decir, que el grupo, propiedad de la familia Mulliez solo ha visto mermada su cantidad de ventas en un 8%, a tipos de cambio constante el descenso fue de un 6%. Sin embargo, su beneficio es prácticamente el mismo que en 2019. Mientras que antes de la pandemia el beneficio era de 554 millones, a cierre del año 2020 se situó en los 550 millones de euros.
Por su parte, JD-Sprinter sí noto más esa caída de ventas, aunque los buenos ingresos que tuvo en 2019 hizo menos dura esa pérdida. Según las cuentas presentadas en el Registro Mercantil para el periodo comprendido entre el 1 de febrero de 2019 y 31 de enero de 2020, la empresa consiguió unas ventas de 397,6 millones de euros.
La empresa cortó la progresión durante 2020. En el año de la pandemia, la compañía logró contener la caída en las ventas un 8% Además, cerró el año en positivo, a pesar de que su beneficio neto se hundió un 84%, hasta los 4,2 millones de euros. En 2019, Iberian Sports Retail Group, sociedad formada por JD Sports, Sprinter y Sport Zone, creció un 18% y su beneficio neto se multiplicó por veinte.
Viendo estos datos previos a la Covid, está claro que la falta de digitalización de la compañía perjudicó sus planes de ventas frente a Decathlon , que tenía su ecommerce más que instaurado y probado. El grupo francés sigue sin tener rival en su sector, aunque JD-Sprinter busque plantarle batalla.