El futuro es una cuestión incierta y, por eso, preocupa. Muchas personas temen por su futuro una vez que hayan dejado de trabajar y lleguen a esa etapa de la vida que para algunos es un merecido descanso después de toda una vida de trabajo y para otros una comedura de cabeza constante. Muchas veces nos abruma pensar qué será de nosotros cuando llegue este momento y queremos estar seguros de que el dinero no será una preocupación. Para evitar que esto suceda existen productos como planes de jubilación y planes de pensiones, pero, ¿cuál es la diferencia entre unos y otros?
Una buena planificación y un conocimiento previo de los productos existentes en el mercado es fundamental para tener un buen control de las finanzas y sacar la máxima rentabilidad a nuestros ahorros, siempre dentro de nuestras posibilidades.
Por eso, a la hora de elegir un plan de pensiones o de jubilación hemos de tener en cuenta que, por suerte, en España las pensiones públicas están garantizadas por Ley. Aunque no sabemos cuánto tiempo durará esta situación por los cambios demográficos que se están viviendo.
Estamos casi seguros de que las pensiones seguirán existiendo, el problema estará en cuánto percibirá cada ciudadano jubilado. Según estimaciones del INE, para el año 2047 la pirámide estará prácticamente invertida por lo que será muy complicado mantener el régimen actual de pensiones. En unos años el número de pensionistas será mucho mayor que el actual y el número de personas en edad laboral mucho menor que el que existe a día de hoy. Con todo esto, llegamos a la conclusión de que será prácticamente inevitable recurrir a un plan de ahorro a largo plazo para mantener nuestro nivel de vida. Para eso, existen este tipo de planes. Pero para hacerlo bien es importante tener en cuenta una serie de factores y saber cuál es el producto que mejor se adapta a la situación dependiendo de nuestra situación, nuestros ahorros y nuestros ingresos.
Plan de jubilación
Un plan de jubilación es un seguro de ahorro o de inversión. Este siempre tiene una condiciones determinadas que el cliente pacta con la compañía aseguradora.
Pero, desde un primer momento, es importante tener en cuenta este dato. Un plan de jubilación es un seguro de vida con un fuerte componente de ahorro y normalmente cubren cuestiones como la jubilación, la invalidez y el fallecimiento. No es un producto financiero a diferencia de los planes de pensiones, aunque estos aseguran también una rentabilidad fija, por mínima que sea.
Este tipo de planes tienen como principal objetivo ahorrar para la jubilación aunque tenga también otras funciones. Lo bueno que tienen este tipo de planes es que se pueden cancelar o rescatar parte del dinero con una penalización mínima o incluso, sin ella.
Los planes de jubilación pueden ser un complemento a la pensión otorgada por el Gobierno o un sustituto de ésta. Aunque en España no sea el caso, de momento, hay países en los que no gozan de esta situación.
Aunque no todos los planes de pensión tienen las mismas características hay algunas que son comunes a todo por la naturaleza de este:
- La primera y más importante, es un seguro: Los planes de jubilación son un seguro de vida. Además de los beneficios que otorgan durante la jubilación cubren una indemnización por el fallecimiento del asegurado, la incapacidad permanente y otras cuestiones que se determinan al contratarlo.
- Los límites del rescate varían: Puede haber diferentes limitaciones, como puede ser que durante el primer año no se puedan hacer retiradas. Pero por norma general y según el plan que se elija se podrá realizar siempre un rescate, la diferencia puede ser que haya penalización o no.
- Fiscalidad: Esto depende del país en que se adquiera el seguro. En algunos países no hay ventajas fiscales en la declaración de la renta pero a la hora de rescatarlo sí.
- Rentabilidad: Siempre está asegurado un mínimo del capital aportado. Hay productos que se aseguran un 90% del capital y en otros el 100% del capital aportado. Hay que tener en cuenta que a menor cantidad asegura la rentabilidad es mayor.
- Aportaciones: Normalmente estos aportes no están enfocados a grandes cantidades de dinero y suele haber una cuantía máxima de aportación anual y de aportaciones acumuladas. Los aportes anuales máximos se fijan según el país.
A la hora de elegir un plan de jubilación es importante acudir a un asesor para elegir el plan que mejor se adapte a cada uno pero teniendo en cuenta que hay que fijarse siempre en la rentabilidad que ofrecen y el riesgo, las comisiones de la aseguradora, flexibilidad en los rescates, la seguridad del capital y el historial del producto y/o compañía.
Los planes de pensiones
Por otro lado encontramos los planes de pensiones que son un instrumento de ahorro a largo plazo. El objetivo final de este producto es ir construyendo un capital poco a poco aportando pequeñas cantidades de forma periódica. En España se utilizan como un complemento a las pensiones públicas. No están reñidos para nada. Estos normalmente suponen un riesgo más que los planes de jubilación.
Además de los planes de pensiones, existen los fondos de pensiones. Pero, hay diferencias entre estos. Son dos productos diferentes ambos enfocados a la jubilación pero con connotaciones diferentes.
Por su parte, los planes de pensiones son productos de carácter privado que se adquieren de manera voluntaria. Al contratar este tipo de servicios el cliente tiene el derecho, una vez se haya jubilado, de poder adquirir el ahorro que se ha estado acumulando junto con el rendimiento que se haya ido conformando, en ambos casos.
Los planes de pensiones tienen un funcionamiento muy sencillo: el cliente hace pequeñas aportaciones periódicas a la entidad que lo administra, la aportación máxima anual asciende a 2.000 euros. También se pueden hacer pequeñas aportaciones a otros planes que no sean el de uno mismo. De hecho, algunas empresas hacen estas aportaciones a planes creados para sus trabajadores. Las aportaciones se hacen de forma voluntaria tanto en el importe como en la periodicidad que se quiera tener. Estos planes se pueden contratar hasta después de la jubilación. Normalmente las aportaciones suelen ser mensuales, anuales, trimestrales o tal y como se acordó con la entidad.
En resumen un plan de pensiones es un instrumento de ahorro con vistas a largo plazo, una herramienta de inversión para sacar rentabilidad al dinero que ahorra en períodos largos de tiempo, un producto con el que conseguir ahorros fiscales en la declaración de la renta y una herramienta que permite generar el hábito del ahorro anualmente y que mejora la situación.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que no es un instrumento de ahorro a corto plazo. Aunque, puede haber circunstancias especiales que permiten un rescate anticipado, los mejores resultados se perciben a partir de los 10 años. Además, acceder a este dinero es complicado por lo que solo se debe meter aquella cuantía que realmente se pretenda invertir y no se vaya a necesitar en un largo periodo de tiempo.
El rescate del plan de pensiones
Anteriormente hemos dicho que es posible rescatar el plan de pensiones aunque para ello se tienen que dar una serie de supuestos excepcionales como:
- Desempleo de larga duración: Para que la entidad libere el plan de pensiones es necesario acreditar tres requisitos:
- Estar en situación legal de desempleo.
- Estar inscrito como demandante de empleo.
- Haber agotado la prestación que se otorga por desempleo o no tener derecho a esta.
- Incapacidad laboral permanente: no importa de qué tipo.
- Dependencia severa o gran dependencia.
- Enfermedad grave: El titular del plan de pensiones ha de acreditarlo aunque, también se puede acceder a este si esta la enfermedad la padece el cónyuge y los ascendientes o descendientes de primer grado.
- Fallecimiento: si el titular fallece, los que aparecen como beneficiarios serían los que recibiesen el dinero. De no haberlo serían sus herederos.
Por otro lado, es importante saber qué se puede hacer con el dinero una vez lo hayamos rescatado. Los bancos ofrecen diferentes opciones para percibir el dinero:
- Rescate en forma de capital: se obtiene de una sola vez todo el dinero que se haya acumulado mientras el plan de pensiones estaba contratado. De ser esta la forma seleccionada solamente hay que pagar los impuestos asociados al plan una vez. Por lo que normalmente el impacto fiscal suele ser bastante alto.
- Rescate en forma de renta: esto quiere decir que el dinero se va percibiendo poco a poco, como un sueldo. La periodicidad con la que se va recuperando el dinero depende del plan que se haya elegido. Normalmente, existen dos opciones:
- La renta asegurada: siempre se percibe la misma cantidad y puede darse de forma temporal o ser vitalicia.
- La renta financiera: la cantidad de dinero que se reciba dependerá de la rentabilidad de las inversiones hechas por los gestores del plan de pensiones y esta se mantiene hasta que no haya más saldo en el plan.
- Rescate mixto: primero se obtiene una cantidad estipulada y posteriormente se recibe una renta periódica.
En cambio, los fondos de pensiones son un gran patrimonio que se crea a partir de uno o varios planes de pensiones y están compuestos por varios ahorradores.
El objetivo de contratar un plan de pensiones es integrarse dentro de un fondo de pensiones. En los fondos de pensiones se maneja el dinero según las políticas de inversión que haya. Esto implica un riesgo que el ahorrador debe conocer para tomar la mejor decisión.
La pregunta ahora es, ¿es recomendable un plan de pensiones?
Depende. Sin duda alguna es necesario ahorrar para la jubilación. Es un hecho que los ingresos disminuyen, por norma general, cuando llega este momento y cada vez será mayor la diferencia. Esto significa que el nivel de vida es menor cuando llega este momento.
Para los más atrevidos los planes de pensiones pueden ser una buena opción ya que la cantidad que perciban será mayor, pero si se quiere poder acceder al dinero por si las moscas, la mejor opción es un plan de jubilación.
Aún así, lo mejor antes de tomar cualquier decisión es tener un buen asesoramiento y una valoración extensa de la situación actual y futura.