sábado, 14 diciembre 2024

Repsol lanza un mensaje de salvavidas a la industria española

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, considera que «no es de recibo» que haya industrias que tengan que «parar porque no pueden afrontar los costes energéticos». Además, ha pedido a las instituciones europeas que, de forma inmediata, pongan más derechos de CO2 en el mercado, lo que, a su juicio, tendría un «efecto inmediato» sobre los recibos eléctricos de los consumidores y sobre la competitividad de la industria.

Imaz realizó estas manifestaciones en el Parque Tecnológico de Zamudio (Vizcaya), donde ha ofrecido una conferencia durante la clausura de la XIX Conferencia Internacional de APTE (Asociación de Parques Tecnológicos de España).

En su intervención, Imaz ha asegurado que los derechos de emisión de C2 son «absolutamente indispensables» y ha manifestado que le gustaría que hubiese un «precio de CO2 global». Lo que está pasando en estos momentos con los derechos de CO2 en Europa es un movimiento de especulación financiera brutal y, en este momento, los consumidores europeos están pagando el recibo eléctrico sobredimensionado por unos derechos de CO2 que tienen unos precios que están movidos por el motor de la especulación financiera», ha señalado.

Imaz ha indicado que la industria está «parando las operaciones» en España porque «no puede competir por los precios eléctricos que están también movidos por estos derechos de CO2».

«Sin renunciar en absoluto a la ambición climática y de una forma temporal, medida en el tiempo, las instituciones europeas deberían, de forma inmediata, poner más derechos de CO2 en el mercado para hacer bajar este precio del CO2. Lo pueden hacer en 24 horas si quieren y esto tendría un efecto inmediato sobre los recibos de los consumidores y sobre la competitividad de la industria», ha agregado.

CARBÓN

Según ha explicado, no se trata de «aflojar» en la transición energética y en la ambición climática. Ha añadido que, dados los altos precios del gas, muchas plantas de carbón de China y EEUU que podrían alimentarse con carbón y gas, están pasando del gas al carbón y «se aumentan las emisiones de CO2 en el mundo, fruto de que no se ha invertido en el gas».

Imaz ha afirmado que la clave está en ser capaces de abordar la lucha contra el cambio climático y «a la vez impulsar la industria». «Hay que preservar la industria como bien fundamental en todo este proceso de transición». En este punto, ha indicado que la industria «no es deseada por todos» y tiene «detractores», y ha resaltado el hecho de que en los países avanzados el PIB industrial «sube».

Tras subrayar que «no hay innovación sin industria», ha reivindicado esta última y ha asegurado que la pandemia «ha enseñado lo que supone no tener industria».

El CEO de Repsol ha defendido que la transición energética es «indispensable», pero «no una transición de cualquier manera». A su juicio, debe ser una transición «justa». Y justa no es que me cierran la acería y luego me ponen un centro de interpretación con cuatro puestos de trabajo, que viene luego la gente a visitarnos y nos dedicamos al turismo. Eso no es transición justa», ha añadido.

Josu Jon Imaz ha manifestado que una transición justa es que la industria «tenga la oportunidad de competir» y se «pueda hacer competitiva para hacer frente a los retos de la transición».

TRANSICIÓN COMPETITIVA

Por lo tanto, ha considerado que, además de transición justa, debe ser una transición «competitiva, eficiente y basada en las capacidades tecnológicas e industriales existentes» y «no transición haciendo el canelo».

A veces hacemos transiciones llevados por la ideología o la teología, en algunos casos, y necesitamos algo que termine en ‘guía’, pero es tecnología, que tiene que ser el auténtico motor de la transición que hay que llevar a cabo», ha agregado.

Imaz ha defendido que se tiene que hacer una transición «pensando en los consumidores y la industria» y ha asegurado, en este sentido, que «no es de recibo» que haya que «enfrentarse a meses en los que las familias tengan que pagar la electricidad a 220 o 250 euros el MW/h generado o a que haya industrias que tengan que «parar porque no pueden abordar los costes energéticos».

Por ello, cree que se debe «repensar» la transición, «manteniendo la ambición en materia de CO2», pero llevando a cabo una «transición justa y competitiva».

GAS NATURAL

Imaz ha reflexionado sobre algunos conceptos que se tienen que tener en cuenta en la transición energética. Uno de ellos tiene que ver con garantizar la seguridad del suministro. «Si sacamos el gas natural de la ecuación y decimos que no podemos explorar ni producir gas natural porque emite CO2, las empresas dejan de invertir en gas natural, la producción baja y luego, de repente, no tenemos gas natural y el recibo de la luz se nos pone a 200 euros MWh. Es la consecuencia de las decisiones que hemos tomado», ha ejemplificado.

Imaz considera también que se necesita una estrategia sobre cómo se aborda la producción de hidrocarburos «con responsabilidad» y ha indicado que, si no se hace a «costes competitivos», los consumidores «lo van a pagar y la industria también en términos de competividad».

ATENCIÓN A LAS FINANZAS SOSTENIBLES

También ha reflexionado sobre las finanzas sostenibles y ha dicho que, si son «para apretar al sector financiero para que no financie proyectos de explotación de gas natural, por ejemplo», no va a haber «inversión.

Por otro lado, ha señalado que descarbonización «no es electrificación». A su juicio, eso es una «falacia». Según ha indicado, la electrificación es una «parte de la descarbonización» y es «necesaria», pero una gran parte de sectores y aplicaciones «no son electrificables» tecnológicamente en los próximos años. «Necesitamos también descarbonizar los líquidos porque, si no, no hay solución», ha añadido.

MOTOR DE COMBUSTIÓN

Imaz ha afirmado que se necesita «neutralidad tecnológica» y hay que «poner a todas las tecnologías a competir». «Aquí no vale eso de decir el motor de combustión, no y vamos al motor electrificado. ¿Por qué? Si en cinco años podemos hacer tecnológicamente un motor de combustión en el que las emisiones sean inferiores en todo su ciclo de vida que un coche eléctrico, ¿por qué se saca del mercado?, ¿por qué se restringe la tecnología?», se ha preguntado.

El CEO de Repsol ha manifestado que «no hay que tener determinismos» y hay que confiar en la evolución tecnológica, y, en este sentido, ha citado los proyectos de hidrógeno que tiene previsto impulsar la compañía. «No se pueden cerrar las puertas a estas soluciones», ha manifestado.

Imaz ha asegurado que la transición energética tiene «muchas oportunidades», pero también hay que «bajar sus costes» y «buscar la ruta más eficiente desde el punto de vista de las políticas públicas para disminuir los costes de la transición».

Además, Imaz ha señalado que se va a seguir necesitando el petróleo en las próximas décadas y lo que se necesitará serán operaciones de extracción de refino que «no emitan CO2». Asimismo, también cree que la transición energética «necesita más plásticos», ya que, «a día de hoy no hay alternativas tecnológicas al plástico».

Imaz ha añadido, por otra parte, que no se pueden «hacer trampas» al medir las emisiones y cree que se debe medir «la huella de carbono global», teniendo en cuenta «todo el ciclo de vida». «Es un mensaje para las instituciones europeas, porque vamos a conseguir desindustrializar Europa, vamos a penalizar a la acería que está emitiendo CO2, que va a tener que cerrar, vamos a tener que comprar el acero de Turquía o de la India, vamos a limpiar nuestras conciencias, pero vamos a emitir más CO2 porque esa planta de Turquía o la India es menos eficiente que la de Asturias o de Bilbao», ha indicado.


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