Cómo empezar de cero con la Ley de Segunda Oportunidad

La ley de segunda oportunidad (LSO) es un proceso legal que permite que los particulares y los autónomos puedan cancelar o reunificar sus deudas para comenzar desde cero. De hecho, un fracaso económico no debería ser un freno para iniciar una nueva etapa empresarial o profesional sin compromisos financieros.

Este procedimiento se regula por la Ley 25/2015 de la Segunda Oportunidad y se recogió, por primera vez, en el Decreto Ley 1/2015 del 27 de febrero. Esta normativa favorece al autónomo o particular y le permite mejorar su situación económica y comenzar una nueva etapa sin cargas financieras.

¿Quién puede acogerse a esta ley?

La LSO es un mecanismo del que se pueden beneficiar tanto ciudadanos autónomos como particulares. En ambos casos se contempla la posibilidad del cambio en la economía y la dificultad para hacer frente a las deudas contraídas.

Mientras que las empresas que estén en una situación de insolvencia no tendrían la opción de beneficiarse de este mecanismo, por lo que tendrán que acudir a un concurso de acreedores.

Según la legislación en nuestro país, y tal como se contempla desde julio del 2015, todo el mundo merece una nueva oportunidad. Por lo tanto, una mala situación económica no debería impedir que la persona restablezca su economía. Pero, no estamos ante un instrumento que sirva para evitar pagos, más bien es una ayuda para aquellos, que siendo buenos pagadores, están atravesando una mala racha.

El propósito de esta ley es lograr que exista un equilibrio entre la parte deudora y acreedora llegando a una renegociación, o incluso, se contempla la exoneración de la deuda si se comprueba que existe una capacidad real para no poder asumir la deuda.

¿Qué requisitos hay que cumplir para acogerse a la LSO?

Para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad es importante tener en cuenta que su objetivo no es liquidar las obligaciones de los deudores, sino auxiliar a los ciudadanos que han sido buenos pagadores y se han visto afectados por una mala situación financiera.

Para que un particular o un autónomo pueda disfrutar de este mecanismo legal y empezar desde cero, deberá cumplir con estos requisitos:

  • Las deudas no tienen que superar los cinco millones de euros.
  • Tiene que existir más de un acreedor pendiente de pago.
  • No disponer de patrimonio para asumir los pagos pendientes.
  • Ser deudor de buena fe y demostrar la honradez durante el proceso.
  • El deudor deberá probar que no ha rechazado una oferta laboral, que se ajuste a sus capacidades, en los últimos cuatro años.
  • Asimismo, deberá probar que no se ha beneficiado de esta ley en los últimos 10 años.
  • Deberá verificarse que el acreedor ha intentado alcanzar un acuerdo extrajudicial con los acreedores.
  • El deudor tampoco debe haber sido declarado como culpable en un concurso de acreedores
  • Finalmente, se contempla que no debe existir una sentencia firme por delitos contra el orden socioeconómico, el patrimonio, los derechos de los trabajadores, falsedad documental, Hacienda Pública o la Seguridad Social.

En definitiva, la Ley de la Segunda Oportunidad es un mecanismo que puede ser de gran ayuda para muchos autónomos y familias que están atravesando una mala situación económica. La posibilidad de reparar la deuda y aliviar o liberar esta carga supone un enorme respiro que permite que muchas personas comiencen una nueva etapa desde cero.