Desde que aparecieran las primeras civilizaciones modernas, como el antiguo Egipto, el concepto de ‘la banca’ ha estado presente y ha ido evolucionando con estas. Desde la aparición de la moneda como medio de pago, el sistema bancario ha ido sufriendo diversas modificaciones alcanzando su establecimiento formal en la edad moderna y el Renacimiento.
Para entender qué es la banca es importante entender a qué se hace referencia cuando se habla sobre esta. Se conoce como banca ‘al número de entidades o corporaciones que conforman el sistema bancario y las operaciones que estas realizan’. Es decir, la banca es esa actividad que realizan los bancos comerciales. Llevan a cabo su labor a través de la captación de financiación y el otorgamiento de préstamos.
En resumen, los bancos son organizadores del dinero y existen porque hay una necesidad en la sociedad de que haya entidades encargadas de llevar a cabo operaciones de intermediación financiera. Así, estas organizaciones son las que llevan a cabo actividades como la captación y colocación de recursos como la obtención de dinero, de empresas, de personas u otro tipo de organizaciones para ofrecerles recursos.
Qué tipos de banca existen
Como ya hemos dicho antes la banca es el conjunto de bancos existentes en un sistema económico, pero existen diferentes modalidades de banco para atender a las necesidades de cada sector.
- Banca minorista: se dedica a realizar operaciones simples de personas y empresas. Dentro de esta encontramos las privadas (los fondos de inversión o el asesoramiento financiero) y de particulares (cuentas, depósitos, hipotecas, etc.)
- Banca mayorista: Gestiona grandes volúmenes de dinero procedentes de operaciones económicas. Se divide en los segmentos de inversión y de empresas.
Comisiones y productos
Los bancos normalmente cobran comisiones por el mantenimiento de sus productos.
Las comisiones son las cantidades que los bancos adeudan como una contraprestación a los servicios que prestan. Es decir, es el dinero que se paga por que el banco haga una transferencia, mantengan la cuenta, mantener una tarjeta de crédito, etc.
A la hora de elegir una entidad bancaria es importante informarse acerca de las comisiones que habrá que pagar por el mantenimiento de la cuenta o de las transferencias bancarias, ya que el Banco de España no puede limitar ni denegar el importe de estas. Por lo que cada banco puede imponer el precio que estime oportuno, con algunas excepciones, como son la cancelación o amortización anticipada de un préstamo hipotecario o de un crédito.
Aún así, sí están obligados a que estas comisiones se den solo si se han prestado los servicios por los que cobran. Muchas veces nos encontramos ‘sustos’ en la cuenta de cobros que no se han solicitado o aceptado. En ese caso, lo mejor es llamar a la entidad bancaria y que informen del motivo de ese recibo ya que siempre han de informar por anticipado del importe que se va a pagar por un determinado servicio.
Estas situaciones normalmente se dan cuando se modifican las condiciones que afectan a los contratos, que de igual forma, han de comunicar a los clientes con una antelación de por lo menos dos meses en los servicios de pago y de un mes en el resto.
Comisión bancaria y comisión financiera
Es importante saber que todas las comisiones financieras son comisiones bancarias no todas las comisiones bancarias son financieras. Las comisiones financieras son aquellas que se encuentran a los costes de financiación de un préstamo o crédito; del impago de deudas o la emisión de bonos.
Las comisiones bancarias de servicios son las que se cobran por servicios regulares que ofrece un banco como las mencionadas anteriormente, es decir la administración de la cuenta o la tarjeta de crédito.
Por otro lado, las comisiones bancarias pueden ir con o sin IVA, tal y como establece la Ley de IVA en el artículo 20. Solo las comisiones bancarias financieras están exentas de este impuesto. En cambio, las comisiones bancarias de servicios tienen incluído el 21% de IVA.
Los productos bancarios
Los productos bancarios son aquellos servicios que los bancos diseñan para financiar tanto a empresas como a particulares o incluso para captar fondos. Existen varios tipos de productos y hay algunos que son imprescindibles. Por ejemplo:
- La cuenta bancaria: Una cuenta es un contrato con una entidad donde el titular ingresa una cantidad económica para ser retirada o transferida en el futuro. Es imprescindible abrir una cuenta bancaria para poder acceder a los demás productos bancarios, pero es importante conocer bien las condiciones que ofrece la entidad para que en un futuro no haya sorpresas. Existen dos tipos de cuentas; la cuenta corriente o la cuenta de ahorro:
- Cuenta corriente: el titular puede retirar su dinero cuando quiera de forma inmediata. Está pensada para usarla día a día. Se pueden hacer transferencias y domiciliación de recibos.
- Cuenta de ahorro: Es un depósito que genera rentabilidad mientras no se retiren los fondos durante un periodo de tiempo. Lo bueno de este tipo de cuentas es que no es necesario invertir y no hay riesgo mientras dan una rentabilidad.
- Tarjetas: Es el medio más sencillo para llevar a cabo los pagos con los fondos que hay en las cuentas. Muchas entidades ofrecen beneficios vinculados a estas tarjetas como promociones y seguros de viajes. Hay dos tipos de tarjeta:
- Tarjeta de débito: con estas tarjetas el pago se carga inmediatamente en la cuenta por lo que si no hay fondos no se puede realizar el pago.
- Tarjetas de crédito: son las tarjetas en las que se va a acumulando los pagos para ser cobrados a final de mes. En este caso no se depende de los fondos de la cuenta sino del límite de crédito que el banco haya puesto.
- Depósitos bancarios: estos productos bancarios son la forma más común de ahorrar. Es una cuenta en la que se invierte una cantidad que no se va a poder retirar en un plazo que se conviene con la entidad bancaria. Estos depósitos generan una serie de intereses que el titular de la cuenta recibe cada determinado tiempo o cuando vence el plazo.
- Préstamos personales: Es un producto pensado para aquellas personas que necesitan una cantidad de dinero que no tienen. El banco adelanta los fondos y posteriormente el titular devuelve la cantidad de forma mensual con unos intereses. Dentro de estos se encuentra la hipoteca o préstamo hipotecario para la adquisición de vivienda.
Los productos bancarios que más se contratan en España según una encuesta de la Encuesta de Competencias Financieras son las tarjetas de crédito, los préstamos personales y las cuentas de ahorro. Mientras que las menos populares son las hipotecas. Esto se explica por el auge en los alquileres de los pisos y el hecho de que un préstamo hipotecario suele contratarse con poca frecuencia, en una ocasión o dos normalmente en la vida.
Elegir una entidad en función de sus productos
Cada vez hay más opciones a la hora de elegir una entidad bancaria: existen los bancos tradicionales con oficinas, los que son 100% online, extranjeros, etc. Al haber una oferta tan amplia muchas veces resulta complejo decantarse por un banco u otro. Lo más sencillo para elegir la mejor opción es desglosar las necesidad que cada uno tiene y hacer una comparación entre los distintos bancos. Estos son los puntos básico que hemos de ver antes de tomar una decisión:
- Las comisiones: Es muy importante saber qué comisiones cobrará la entidad bancaria por el mantenimiento de la cuenta, las transferencias o las gestiones.
- Valorar qué producto es más adecuado para nosotros: Es importante saber que rentabilidad nos ofrecen los productos, así como el tiempo que pueden tener el dinero congelado, cuál es el coste si se incumple un contrato, etc.
- Los cajeros disponibles, el tiempo de espera, las facilidades online: Poder realizar los trámites online o por teléfono, lo que facilita mucho realizar algunas gestiones, pero es importante que haya oficinas cerca por si hay que acudir de forma habitual o para solucionar algún problema.
- Valorar las ofertas especiales: A veces, los bancos y cajas publican ofertas en internet. Así, se puede hacer una valoración de las ofertas que dan las diversas entidades sin necesidad de acudir de forma presencial a cada una de ellas.
- Poder realizar las operaciones online. Muchas veces es complicado cuadrar horarios para poder ir de forma presencial, por lo que lo mejor es elegir una entidad que permita realizar la mayoría de gestiones de forma online y permita operar con total libertad.
- La solvencia del banco. Es muy importante estar seguro de que el dinero está en buenas manos y tener unas garantías de solvencia.
- Las políticas de seguridad de la entidad. Estas son las garantías que se nos ofrece en casa de robo, uso fraudulento de la tarjeta o la de la banca online. Es importante informarse acerca de estas cláusulas ya que algunas entidades cubren este tipo de problemas y otras lo consideran responsabilidad del cliente.
- Los tipos de interés. Es recomendable cuáles son tanto para los productos de ahorro como para los de financiación.
Control fiscal de dinero que se mueve
El banco tiene la obligación de informar a la Agencia Tributaria si se detectan movimientos de dinero sospechoso. Esto puede ser por la cantidad de dinero que se mueve o por ser inusual. No hace falta que las cantidades sean enormes, con ingresar un billete de 500 euros es suficiente para que se alarme a la Agencia Tributaria. Siempre que se puedan justificar no serán penalizados.
Por otro lado, desde la aprobación de la Ley 7/2012 los bancos están obligados a comunicar pagos y cobros en metálico que superen los 3.000 euros. Eso no se aplica a las transferencias, eso sí, si se detectan ahorros no justificados se podrá abrir una investigación y hacer pagar por ellos mediante impuestos como ganancia patrimonial no justificada.
Por otro lado, cualquier transacción que se haga con billetes de 500 euros será puesta en conocimiento de Hacienda. Aunque, se pueden seguir utilizando como medio de pago válido, solo que estas operaciones tendrán una vigilancia especial.
Otros de los movimientos que las entidades deben notificar a Hacienda son los ingresos recurrentes, sean superiores o no a 3.000 euros. Por su parte, la agencia también controla las operaciones que superan los 10.000 euros y todos aquellos préstamos y créditos de más de 6.000 euros.
Los límites del pago en metálico
El uso del dinero en efectivo es cada vez menos habitual y la pandemia de Covid-19 ha hecho que todavía se utilice menos. Según la Encuesta Nacional sobre el Uso del Efectivo solo un 35,9% de los españoles utiliza el efectivo como medio habitual de pago. Y cada vez, va a ser menor ya que, desde el 11 de julio de este año, además de estar reguladas las criptomonedas, se estableció una reducción de la cantidad de dinero que está permitido pagar en efectivo.
Desde ese día se prohíben los pagos en metálico de más de 1.000 euros. El motivo por el que el Gobierno ha decidido establecer este límite es la desaparición definitiva del pago en efectivo. Así, cualquier pago de consumidor a un empresario superior a esta cantidad debe hacerse por otros medios que permitan identificar la operación. Asimismo, la OCU señala que “el límite es por operación, lo que significa que, si la factura de la operación completa supera el límite, aunque se fraccione el pago, no podrá pagar nada en efectivo. Por ejemplo, si la factura asciende a 1.500 euros, no puede pagar 500 euros en efectivo y el resto de otra manera, se toma como referencia el importe total de la transacción”.