La falta de conductores lastrará la buena actividad de la logística

La escasez de conductores para los camiones de logística es un problema que se vive a nivel mundial. Una vez que se han dejado atrás los momentos más difíciles de la pandemia y que la recuperación económica se va encauzando, se ha acrecentado esta problemática. Desde el sector alertan de la falta de personal debido a las condiciones atractivas en esta profesión. A esto se suma una plantilla bastante envejecida, que no encuentra un relevo generacional.

De hecho, en los últimos días la falta de camioneros está provocando el caos en Reino Unido, con gasolineras cerradas y falta de abastecimiento en los establecimientos. Pero, igualmente, en nuestro país, ya algunas regiones han dado la voz de alarma. En Asturias, la Asociación de Empresarios del Transporte, Logística, Aparcamientos y Actividades alerta de la escasez de profesionales, con una plantilla en la que la media de edad supera los 50 años. En el conjunto de España harían falta 15.000 trabajadores para cubrir la demanda de las empresas.

Ahora mismo, los conductores son el eslabón más débil de la cadena de suministro. Sin ellos, los enlaces entre las diferentes partes se cortan. Esto significa un grave problema en un sector que ha sido clave durante el confinamiento. De hecho, su papel evitó el desabastecimiento en supermercados, farmacias, hospitales, así como permitió gestionar con éxito el crecimiento del ecommerce del 30% registrado en 2020.

Tenemos que hacer que ese empleo tenga atractivo para que la gente quiera ser conductora. Este es el mantra que se repite desde las empresas. Sobre todo, esta falta de camioneros se refleja en los viajes largos, los que sobrepasan las fronteras de España y van a otros países europeos. Muchos prefieren trabajar en ámbitos locales en vez de viajes internacionales, ya que en los primeros hay mejores condiciones.

El duro trabajo y las condiciones económicas lastran el buen momento del logístico

Son varios los factores que se han juntado para hacer de esto la tormenta perfecta. A nivel local, la falta de capacitación y de personas. El duro trabajo y las condiciones económicas lastran el buen momento del logístico. Otro de los puntos es que las compañías han estado contratando a camioneros de terceros países, algo que se ha ido acabando ya que estos han retornado a sus países.

ALTERNATIVAS A LA CARRETERA

Las largas distancias que hacen los camiones que van hacia Europa tienen un gemelo más sostenible en el ferrocarril. Mientras que el transporte ferroviario de mercancías se sitúa en España en torno al 4%, en la Unión Europea es del 18%. En 2020, 16 años después de su liberalización, el tren transportó 14,3 millones de toneladas, un 16,1% menos que en el ejercicio anterior.

A corto plazo, la estrategia pasa por dar soporte al ferrocarril. De hecho, Adif ya lleva trabajando en ello desde hace algunos años. Las diversas medidas se centran en el desarrollo de terminales de gran capacidad, infraestructuras que potencien la eficiencia y den impulso a las conexiones con Europa. Pero uno de los mayores desafías que tiene el administrador es la culminación de los trabajos del corredor del Mediterráneo, uno de los ejes prioritarios europeos en la Península Ibérica.

SOLUCIONES A ESTE PROBLEMA

Una encuesta reciente de la Organización Internacional del Transporte (IRU) revela que la falta de formación es una de las principales causas y, por ello, es necesario que se invierta en la enseñanza de nuevos profesionales, financiando y haciendo más accesible la obtención de los permisos que se requieren para conducir un vehículo pesado.

Igualmente, desde algunas empresas del sector apuntan que ya se están llevando a cabo programas de atracción de conductores y de atracción del talento joven. Con estas medidas, buscan generar ese empleo que de forma natural no está llegando a la logística.

Desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) consideran que es urgente que las administraciones busquen soluciones para el transporte de mercancías por carretera, puesto que el sector es vital para el abastecimiento de la población y el funcionamiento de la economía. Si la escasez de conductores sigue acrecentándose, las consecuencias podrían ser demoledoras.