El dólar en máximos anuales, un espejismo a corto plazo

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El billete verde alcanzó máximos de un año el pasado miércoles y se ha visto fortalecido en los últimos días encadenando subidas en un contexto de preocupación por la desaceleración global en la economía, el aumento del precio de las energías y el elevado rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. El impulso que ha cogido el dólar, que se presenta como valor refugio en momentos de estrés e incertidumbre del mercado, se ha visto beneficiado también por el temor relacionado con las perspectivas de crecimiento de China y el actual estancamiento del techo de la deuda estadounidense.

Sin embargo, hay analistas que advierten de que este rebote que ha experimentado el dólar es exagerado y que, a pesar de salir ganando a corto plazo, se dirigirá hacia nuevas pérdidas. Así lo asegura Thomas Hempell, de Generalli Investments, en una nota donde señala que «el dólar puede beneficiarse a corto plazo de la inminente reducción de la Reserva Federal y de la persistente preocupación por la Covid hasta el otoño».

Estos factores, desde el resurgir de la preocupación por la pandemia a los comentarios de los funcionarios de la Reserva Federal (Fed) sobre el techo de la deuda y la inflación, han extendido la fortaleza del dólar un poco más en los últimos días. A corto plazo, «los vientos de cola del dólar pueden persistir, ya que la Fed podría comprometerse más claramente con el inicio del tapering, en medio de una elevada inflación y una sólida recuperación del mercado laboral».

Pero la circunstancia de que el dólar sea anticíclico y se beneficie de los retrocesos mundiales en el crecimiento y el sentimiento de riesgo, hace que «el reciente rebote del dólar parece exagerado», según el analista. Además, indica también que un rebote más persistente del dólar tendrá que estar respaldado por la subida de los tipos a corto plazo, algo que no parece ser inminente «dado el énfasis de la Fed en que no hay un vínculo mecánico entre la decisión de reducción y el momento de la subida de tipos». Los mercados ya prevén una subida de tipos de la Fed para finales de 2022, mientras que la previsión que hacen desde Generalli Investments es para mediados de 2023.

RECORTE AL EURO Y MEJORA A LA LIBRA

Además, el dólar también se ha beneficiado de una importante reducción de las posiciones de la CFTC (Comisión Nacional de Futuros de Productos Básicos de EE.UU.), que pasaron de 35.000 millones de dólares de posiciones cortas netas en enero a 5.000 millones de dólares de posiciones largas netas a principios de agosto. «Una oscilación inversa en la posición en el euro explica gran parte del cambio de tendencia en el EUR/USD durante ese periodo».

Con todo ello aseguran que «no esperamos que el cambio de posicionamiento se extienda a más posiciones largas netas en dólares. Sin embargo, el EUR/USD luchará por ganar tracción». En este contexto de renovada preocupación por el Covid y el giro de la estrategia del BCE (Banco Central Europeo) en verano para evitar la deflación, que ha cimentado el sesgo de tipos bajos para las posiciones largas, ha impedido que el euro se beneficie del repunte económico de la zona euro. Por estas razones, recortan ligeramente sus previsiones previsiones a 1,18 (3m) y 1,20 (12m).

En cuanto a la libra esterlina, desde la firma de inversión mejoran su previsión sobre la divisa británica, por factores como el desvanecimiento de la ventaja de la vacunación del Reino Unido, la erosión en el atractivo post-Brexit y la persistencia del déficit por cuenta corriente. Es por ello que no ven ningún repunte prolongado de la libra. Con estos datos y teniendo en cuenta un movimiento más temprano del Banco de Inglaterra y la postura más moderada del BCE, desde Generalli Investments indican que «reducimos ligeramente nuestras previsiones para el EUR/GBP a 0,86 a corto y medio plazo».