La cesta de la compra

A diario nos acercamos al supermercado para llenar nuestro frigoríficos y despensas. Prácticamente es un ritual, cada uno tiene sus costumbres y normalmente siempre se escogen los mismos productos sin mirar si hay alguna forma de ahorrar. Pero el IPC no para de ascender así que debemos comenzar a hacernos preguntas como, ¿realmente sabemos cómo llenar la cesta de la compra? ¿Qué es la cesta de la compra y cuál es su situación actual? ¿Cuánto gastamos en comida?¿Cómo podemos ahorrar comiendo de manera saludable?.

Para empezar, tenemos que saber a qué se le denomina ‘la cesta de la compra’. “La cesta de la compra es el conjunto de bienes y servicios que representa el consumo normal de una familia media de un estrato determinado de la población y que sirve de base para la elaboración de números índices del coste de vida”, así lo denomina el Instituto Nacional de Estadística.

Es decir, la cesta de la compra se compone por los productos que componen la compra de una familia media en España. Como es lógico, según avanza la sociedad sus hábitos de consumo también se van modificando y avanzando con ellos.

Por eso, el INE va actualizando la cesta de la compra según la variación que se da en la cesta de los hogares. Actualmente la cesta de la compra está integrada por 219 productos. En la última modificación de esta, en 2016, se incorporaron los servicios de streaming de vídeo y música (como Netflix o Spotify), los juegos de azar o el café monodosis en los productos de alimentación.

Pero también desaparecieron otros de la cesta como el brandy, la videocámara o el DVD grabable, entre otros.

Además de los cambios en los productos por los hábitos de consumo habituales dados por los avances tecnológicos y las modas, este año ha habido otro factor que ha alterado de manera significativa la cesta de la compra, la pandemia.

Cómo cambió la pandemia la lista de la compra

La pandemia ha hecho que la lista de la compra cambie durante el 2020 de forma drástica. En marzo de 2020 comenzó la primera etapa de la lucha contra el Covid-19.

Un confinamiento domiciliario a nivel nacional, seguido por el cierre de establecimientos no esenciales, las restricciones horarias y los cierres perimetrales han hecho que los hábitos de las familias cambien modificando sus hábitos de consumo como nunca antes había sucedido. 

Con la llegada de la pandemia se ha aumentado notablemente el gasto en alimentos, en servicios de comida a domicilio y en productos de limpieza, como es lógico. Y se ha reducido de manera drástica el gasto en hostelería, coches, carburantes, ocio y turismo.

Estos cambios de hábitos se han visto reflejados de forma drástica en la cesta de la compra del IPC. Normalmente, los cambios en las ponderaciones de la cesta son muy reducidos, pero este año han sido los mayores registrados en la historia desde que existe este indicador. 

Por ejemplo, el grupo de ‘Alimentos y bebidas no alcohólicas’ ha aumentado en un 4,13%. En cambio el grupo de ‘Transporte’ se ha visto reducido en tres puntos.

Pero, ¿cuáles son los productos que más peso han cogido durante esta pandemia?

Los artículos que más han consumido los españoles o por lo menos los que más peso han ganado respecto al año anterior han sido los servicios de comida rápida y de comida para llevar y dentro de los supermercados se ha aumentado el consumo de fruta, queso, pan, carne y el vino de uva. Aunque la venta de productos de limpieza también ha ascendido en grandes niveles.

El salario mínimo y la cesta de la compra

A principios de este año la cesta de la compra se llevaba el 12% del salario mínimo interprofesional. Según un estudio elaborado por Picodi los precios aumentaron mucho más rápido que el salario mínimo.

Se calcula que un español medio tiene un gasto de comida mensual que oscila entre 150 y 450 euros mensuales. Teniendo en cuenta que los precios de los productos siguen subiendo y los sueldos se encuentran estancados, el poder adquisitivo de los españoles está comenzando a descender. Para dar la vuelta a esta situación es necesario que los salarios suban en proporción a lo que lo hace la cesta de la compra. 

Para realizar este estudio se utilizaron 8 alimentos considerados básicos: pan, leche, huevos, arroz, queso, carne, frutas y verduras comparándolos con el salario mínimo. Estos alimentos cubren las necesidades nutricionales básicas mensuales de una persona adulta.

– Leche (10 litros) – 7,90 €

– Pan (10 barras de 500 g) – 10,10 €

-Arroz (1,5 kg) – 1,49 €

– Huevos (20 unidades) – 3,08 €

– Queso (1 kg) – 9,68 €

– Pollo y carne de vacuno (6 kg) – 49,68 €

– Frutas (6 kg) – 9,54 €

– Verduras (8 kg) – 9,98 €

Estos datos fueron recogidos a principios de 2021, así se calculó que el valor de la cesta básica alimentaria es de 101,45 euros, un 4,6% más alto que el año anterior.

Estos datos son de principios de año, antes del cambio de la tarifa de la luz que ha traído consigo una subida sin precedentes de productos como el aceite de oliva que se ha visto incrementado hasta en 20%. De hecho, economistas calculan que hasta final de año habrá una subida del IPC de hasta un 4%. Por lo que, el precio de la cesta de la compra continuará a la alza.

España ocupa el décimo lugar en este ranking de 56 países elaborado por Picodi. Se ha medido la proporción del precio de alimentos básicos en comparación con el salario mínimo interprofesional.

No es un mal puesto teniendo en cuenta que nos encontramos por encima de otros países Europeos como Francia, Grecia o Portugal. Aunque también encontramos países como Gran Bretaña, Australia o Irlanda en donde la cesta básica se sitúa alrededor del 7% del salario mínimo interprofesional.

Ser más eficientes a la hora de comprar

Teniendo en cuenta que los precios no paran de ascender y los salarios, por el momento, se mantienen congelados es importante ser eficiente a la hora de comprar.

El IPC sigue en ascenso, en parte por la subida del precio de la luz. Por eso cada vez es más importante saber cómo ahorrar en la lista de la compra. La OCU, la Organización de Consumidores en España ha elaborado una cesta de la compra con 229 productos y  el año pasado recopiló una serie de consejos elaborados por expertos en consumo que permitirían ahorrar hasta 3.000 euros al año.

Para comenzar es importante la elección del supermercado. La OCUR evaluó 1.200 supermercados diferentes en 63 ciudades, la diferencia entre los más baratos y los más caros de cada localidad supone ahorrar entre 276 y más de 3.000 euros. Para que el ahorro sea real lo mejor es crear una lista de productos que más se consumen en el hogar y comparar los precios entre los supermercados de la zona. Así, saber a donde ir a comprar cada producto para que resulte más económico en cada uno. 

Por otra parte, se ha comprobado que las grandes cadenas de alimentación suelen tener precios más económicos en comparación con el pequeño comercio. El precio también depende la localidad siendo los más caros Madrid y Barcelona y los más económicos en Andalucía y Extremadura.

Aún así, las cestas más caras suelen estar en los supermercados locales o los especializados en ciertos tipos de productos.

Desde la OCU, también recomiendan comprar online, ya que la mayoría de los establecimiento tienen servicio a domicilio gratuito en compras superiores a 50 euros porque lo que si se habitúa a comprar en coche podrá ahorrarse dinero en combustible.

Cuando ya estamos embarcados en la compra hay una serie de trucos que se han de tener en cuenta:

  • Dejar de lado los platos precocinados. Aunque ahorran tiempo terminan siendo el doble de caros que si se compran los productos y se elaboran en casa.
  • Comprar productos de temporada. Estos productos además de ser más frescos y sanos también son más económicos.
  • Elegir las marcas blancas: Comprando las marcas blancas se puede ahorrar entre un 30% y un 40%.
  • Dejar de lado los productos con adjetivo. Muchas marcas utilizan adjetivos para hacer más atractivos los productos con palabras como Eco, light, bio, etc. Estos productos suelen ser un 20 o un 30% más caros.
  • Aprovechar las ofertas en productos no perecederos.
  • Aliarnos al supermercado: Muchas veces las tiendas tienen descuentos exclusivos para sus socios.
  • Comprar solamente aquello que vayamos a consumir: esto se puede lograr de manera sencilla elaborando un menú semanal para no tirar comida.

Lo más sano no es más caro

También existe un falso mito sobre que comer sano resulta más caro que adquirir productos empaquetados o precocinados. Lo que es absolutamente falso. Los productos de temporada resultan mucho más económicos que toda la comida precocinada. Pero hay que tener mucho cuidado con no caer en la tentativa de pensar que aquellos productos que están etiquetados como eco u orgánicos son más saludables que los corrientes.

Se puede comer de manera saludable de una forma económica. Los productos congelados suelen ser más económicos que los frescos. Hay una gran variedad de verduras congeladas como la zanahoria, los guisantes o las espinacas que tienen los mismos nutrientes que aquellas que están frescas.

En lo referente a los pescados solo debemos escoger aquellos que estén sin rebozos para optar por la opción más sana a la par que ahorramos algo de dinero.

En lo referente a la pasta o el pan, la opción integral siempre es mucho más saludable y aunque puede resultar algo más caro, suelen tener precios muy competitivos en el mercado y son productos bastante económicos.

En cuanto al consumo de carne, se recomienda comer carnes blancas como el pollo que son bastante económicas y dejar la carne roja como algo ocasional.

También supone un ahorro en la cesta de la compra dejar de lado los zumos de brik, los batidos o los refrescos y optar por las piezas de fruta, la leche o el agua. Que además de ser más económicos son muchísimo más nutritivos.