Wonderbox y Smartbox: cajas millonarias a golpe de asterisco

¿A quién no le han regalado esas cajitas de experiencias para disfrutar de un fin de semana de ensueño? También son la opción más socorrida cuando queremos regalar a personas que no conocemos tanto. De este negocio viven Wonderbox y Smartbox, unas cajas que les aportan mucho dinero al cabo del año. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta la letra pequeña ya que en ese punto reside la clave de su éxito para desgracia de los usuarios.

Durante el año 2020, Wonderbox ingresó 1,24 millones de euros, mientras que Smartbox facturó un total de 4,27 millones, según sus cuentas oficiales a las que ha tenido acceso MERCA2 a través de Insight View. Queda pocas dudas de que estas cajas, a un precio medio de 50 euros, son un negocio rentable. Sin embargo, uno de los puntos a través del cual sacan mayor rédito es con los asteriscos que componen sus cofres, una situación que también afecta a la imagen de sus ‘partners’ para las experiencias, que son parte vital del negocio. 

Navegando por la web de Wonderbox podemos encontrar hasta seis asteriscos explicando ciertas condiciones que exponen a lo largo de su ‘home’. Por su parte, en Smartbox también encontramos tres de ellos al final de su web. Un dato que puede pasar inadvertido pero que nos da pistas de lo que supone comprar una de estas experiencias.

Estos asteriscos son el principal problema que tienen los usuarios a la hora de intentar disfrutar de sus regalos. Esto se puede ver en la página de OCU. Desde el 9 de mayo de 2019 hasta hoy, Smartbox cosecha más de 90 reclamaciones de usuarios por descontento a la hora de usar sus cofres. Quejas que supera Wonderbox, con más de 100 desde abril de esa misma fecha.

Hay que tener precaución con estas cajas porque conllevan muchas limitaciones

Analizando las reclamaciones, la más generalizada son los suplementos que tienes que pagar para disfrutar de determinadas experiencias. El problema de esto es que hasta que no abres la caja no puedes saberlo, anulando por completo la posibilidad del usuario de decidir antes si quiere adquirirlo o no. Además, otros usuarios denuncian que las fotos que aparecen en estos cofres no pertenecen a los alojamientos que ofertan. Las quejas son comunes en las dos empresas.

WONDERBOX Y SMARTBOX, ANALIZADAS POR LA OCU

Ante esta cantidad de reclamaciones, la Organización de Consumidores y Usuarios decidieron estudiar a fondo a ambas empresas sobre las experiencias que estaban ofreciendo a los usuarios. Bajo el título de ‘Cajas de experiencias, ¿un regalo envenenado?‘ la OCU realizó un análisis detallado y daba recomendaciones de uso de estas cajas.

Para realizar este estudio, la organización comparó 14 experiencias de siete marcas diferentes. Asegura que «a primera vista, las cajas de experiencias parecen ser una buena opción de regalo, pero en la práctica pueden resultar decepcionantes», comenta OCU.

En concreto, de Smartbox destacan como puntos positivos que «tienen 3 años de validez, renovables antes de caducidad por otros 3; gran variedad de experiencias; proceso de compra online sencillo y es fácil de usar». En contraposición se quejan de la atención al cliente y de lo difícil que fue realizar la reserva. «No conseguimos hacerlo en todos los casos».

Por su parte, lo bueno de Wonderbox, según la OCU, es la información de la caja, que se pueda reservar llamando al establecimiento obteniendo una respuesta al instante y que la validez sea de 3 años y 3 meses renovables otro año. Como puntos negativos, Wonderbox es la compañía con más reclamaciones en OCU. Además, señalan su mala atención al cliente y lo costoso del registro y uso de la web.

«Nuestra prueba revela que hay que tener precaución sobre todo con las cajas de estancias hoteleras», advierte la OCU. La asociación señala que tras el análisis ha podido comprobar que «en muchos casos, estas cajas conllevan limitaciones en las reservas y, en ocasiones, no es fácil canjear el regalo: lo más complicado es conseguir reservar, sobre todo en el caso de las estancias de hotel».

Visto lo visto, parece que las cajas de experiencias tienen sus días contados. Y más viendo las ofertas en ocio y restauración que están lanzando los hoteles, paradores y demás establecimientos en los que poder disfrutar de un día o un fin de semana a un coste mucho más bajo y sin letra pequeña que nos haga sobresaltarnos.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo