Las criptomonedas se han convertido en el eje de la economía digital. Al ser un activo electrónico, su escaparate es internet, y unos de los problemas que siempre ha existido en el mundo web son las estafas. Las criptos no son una excepción, y más teniendo en cuenta sus particulares características. No sólo nos referimos a la volatilidad que presentan estos activos digitales, o a la cantidad de dinero que mueven y que amasan quienes han triunfado con ellas.
Hablamos de la opacidad que tienen. Las criptos no están amparadas por ninguna institución ni ninguna institución financiera, lo cual genera cierto escepticismo en los inversores. El hecho de que no exista ninguna regulación detrás de las criptomonedas tiene aspectos positivos y negativos. Los positivos están asociados casi en su totalidad a lo monetario. No hay control en los precios, y de la misma manera que puedes hacerte multimillonario, puedes convertirte en pobre. Lo negativo es que, las criptos son consideradas por muchos economistas como un bien especulativo. Un gancho, una baza para estafar a los inversores.
Según Allende Abogados “las estafas se han incrementado en un 100-150% tras el final del confinamiento”. El bufete de abogados alude a la fiabilidad que le dan los estafadores desde un inicio para conseguir la confianza de los inversores. Es decir, todo parece normal, seguro, y las estafas comienzan con un “señuelo”. “Los inversores depositan una cantidad inicial de 5000 euros, 10.000 euros…y ven que un inicio sí ganan algo de dinero, pero con el paso del tiempo ya no envían links, ni correos y ven que su dinero no está”, explica Allende Abogados.
«en algunos casos se recupera hasta el 50 o 60% del dinero estafado» Abogados allende
Las criptomonedas son el escaparate idóneo para los estafadores. Se trata de un bien que no tiene regulación, ni ley, no está amparado por ninguna institución, y, además, con la amplia volatilidad que ofrecen y la publicidad que varios influencers hacen de estos activos, consigan llamar la atención de pequeños inversores que buscan conseguir una rentabilidad prácticamente inminente. Todo favorable para una estafa.
HAY UN «ALTISIMO RIESGO» EN LAS ESTAFAS
La FTC (Comisión Federal de Comercio) estadounidense lanzó una publicación el pasado mes de mayo en el que cifraban en 80.000 millones de dólares la cantidad estafada desde octubre de 2020 hasta ese momento. En el mismo informe apuntaban que las estafas habían crecido un 1000% con respecto al 2019. Por otro lado, señalan que la cantidad media estafada a los usuarios es de unos 1.900 dólares.
La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ya alertó del “altísimo riesgo” que existe en la actualidad en las estafas en criptoactivos. Consideran que es “un mercado muy complejo y opaco” que se ha convertido en un “terreno favorable” para los estafadores.
Las estafas se realizan vía telemática, robótica, y en la mayoría de los casos se realizan desde otras partes del mundo. Es por ello por lo que resulta complicado intentar encontrar al estafador. “El abogado tiene el peso total en estos procesos. Tira del procedimiento, presenta una denuncia, no una querella porque claro ¿a quién denuncias?, en la mayoría de los casos no se sabe. Se terminan archivando”, transmite Allende Abogados. A pesar de esto, el despacho confirma que poco a poco las denuncias por estafas tienen mejor resultado. No se logra recuperar la mayoría del dinero, pero “en algunos casos hasta el 50 o 60%”. “Sobre todo se recupera la parte asociada a cuentas bancarias”, señala Allende Abogados.
Kaspersky, compañía rusa dedicada a la ciberseguridad, considera que las estafas más comunes se producen a través de sitios web fraudulentos, aplicaciones móviles falsas, actualizaciones en redes sociales o correos electrónicos.
El universo criptográfico sigue creciendo. Las inversiones han aumentado, y por el momento, los inversores jóvenes siguen insistiendo en la apuesta en estos activos. El lado positivo de esto es que, ante la subida de inversiones en las criptos, la visibilidad es aún mayor, y los gobiernos y las entidades financieras están pendiente de los movimientos de criptomonedas como el Bitcoin. Las estafas seguirán estando ahí, pero es indudable que sí existe amparo legal ante una actividad fraudulenta. Otra cosa es si se consigue recuperar toda la cantidad estafada, lo cual es “complicado”.