Los cambios de hábitos creados a causa de la pandemia han venido para quedarse. Sobre todo, los relativos a la vivienda. Ahora mismo, según un estudio de Aedas Homes, casi la mitad de los españoles, un 44,5%, piensa en cambiar de vivienda durante los próximos cinco años, un porcentaje que cae al 23,6% de personas que quieren cambiar de casa en los próximos dos años.
Si hablamos de jóvenes, son casi 2 millones los que quieren efectuar ese cambio. Al 35,6% de las personas de 25 a 35 años le gustaría mudarse de aquí a dos años. El estudio apunta que el principal motivo entre los jóvenes es la búsqueda de una primera casa con su pareja. Por otro lado, y en cuanto a las personas de 36 a 50 años, de las que cerca de 3 millones quieren un cambio, es porque desean una vivienda más grande y nueva.
Igualmente, para muchos jóvenes la vivienda es una cuestión de felicidad. El mayor deseo de los jóvenes por cambiar de casa tiene su correlación en el menor nivel de felicidad en el hogar, un parámetro que ha medido por primera vez el estudio de Aedas. En concreto, el nivel de felicidad de los jóvenes en el hogar se sitúa en el 7,1, por debajo de la media del 7,3 y del 7,5 de felicidad de la que hacen gala las personas de 51 a 65 años. “Este dato calibra cuestiones como la relación con los vecinos o la satisfacción con su urbanización, las calidades y la zona”, explica Jorge Valero, director de Data y Transformación Digital de Aedas.
Son los jóvenes los que más deseo tienen de tener una nueva vivienda, pero el mercado no se lo pone fácil. Por comunidades, las que mayor dato registran son Canarias, con un 55,6% de población joven con intención de cambiar de vivienda, seguida de Murcia, con un 44,9%, y en tercera posición empatadas Cantabria y Castilla la Mancha, con un 40% de jóvenes con esta intención.
Según el estudio, los propietarios de vivienda son más felices que los inquilinos
COMPRA DE VIVIENDA
Un dato interesante que muestra el informe realizado por Aedas es que los propietarios de vivienda son más felices que los inquilinos. Este parámetro, medido por la compañía para el informe, muestra que quienes poseen una vivienda gozan de un nivel de felicidad del 7,5, superior a quienes comparten una casa (7,2) o los que viven de alquiler (7,1).
El hecho de que muchos jóvenes tengan que vivir de alquiler y no tengan cómo acceder a una vivienda es una problemática, y más si la Ley de Vivienda sigue encallada sin dar opciones para un alquiler más asequible. Durante la pasada edición de SIMA, los principales directivos del sector inmobiliario lanzaron un órdago al Gobierno para que aprovechara dicha ley para recuperar los incentivos a la compra de vivienda.
Esta propuesta, que partió de la Asociación de Promotores y Constructores de España (Apce), busca que el Gobierno financie a estos jóvenes menores de 35 años la cuantía del 20% que los bancos reclaman como entrada para acceder a un crédito hipotecario. En este plan, parecido al que tienen otros países europeos, el sector público financia a bajo tipo de interés, o cero, una proporción del tramo del que no se hacen cargo los bancos.
Esta propuesta sería un acierto y se vería como una opción viable en un sector que ya cuenta con dificultades para aportar una entrada en la compra de vivienda nueva debido a los problemas de ahorro. Estos vienen sobre todo por los bajos salarios, situaciones de precariedad laboral o altos costes en el alquiler. Y, esencialmente, por una tasa de paro juvenil que supera con creces a la de todos los países de la Unión Europea.
Asimismo, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha propuesto usar los fondos europeos para facilitar la compra de vivienda para jóvenes. Uno de los proyectos en los que se fijan las patronales para resolver este tema es el programa ‘help to buy’ de Reino Unido, en el que a través de avales del Estado al comprador se ha conseguido aumentar el número de compras.
Este programa ha solucionado en Reino Unido uno de estos problemas que tienen los jóvenes, tener ahorros para invertir en vivienda nueva. Actualmente, en términos generales, los compradores deben tener ahorrado entre un 20% y 30% del valor de la vivienda. Al final, la felicidad para los jóvenes quizás solo dependa de tener un sitio seguro donde vivir.