La reforma laboral se estanca pese a las presiones de Bruselas

El Gobierno recibe mensajes por todos lados sobre la reforma laboral y el Ejecutivo reacciona pidiendo el enésimo acto de fe sobre unos cambios prometidos que por ahora son meros papeles de trabajo. El problema es que la Comisión Europea sí tiene prisa y cumplir con las reformas prometidas es clave para que España reciba los fondos Next Generation UE, que serán claves para la modernización de la economía del país.

CLAVE GUBERNAMENTAL

La reforma laboral, en toda su extensión, es clave para el Ejecutivo. Primero porque es una meta principal para las entregas del dinero de los fondos europeos; segundo, porque es un compromiso electoral que el Gobierno tiene que cumplir -veremos a qué nivel- para que las bases que votaron al PSOE y Podemos, vuelvan a confiar en estas dos formaciones que comparten Gobierno de coalición.

No se sabe si el Gobierno va a convocar una mesa de negociación con la patronal, que no es partidaria de muchos, o si puede liarse la manta a la cabeza y legislar por su cuenta con un real decreto ley.

Hay dos circunstancias el Gobierno tiene que conjugar, si es que puede: las modificaciones de la reforma y el tiempo en qué se presente. La Comisión Europea, quiere una reforma consensuada con los agentes sociales y que esté lista antes de que termine 2021, un objetivo que comparte el Ejecutivo.

Bruselas quiere que el Ejecutivo pacte con los agentes sociales

REUNIONES DE DÍAZ

Lo que transmiten desde el Gobierno es que Bruselas está al corriente de los cambios que quieren hacer. El pasado 22 de abril la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apuntó que “todos los componentes de todas las reformas de todos los ministerios están culminadas”. Díaz hizo estas declaraciones el día en que se reunió con el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y comisario del Euro y del Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, para darles a conocer “pormenorizadamente el alcance de las reformas estructurales que vamos a planear en materia de trabajo”. “Estamos sustancialmente de acuerdo. Tan de acuerdo como que es bastante sorprendente que, a pesar de las recomendaciones que viene haciendo la propia Comisión al Reino de España desde hace años, va a ser por primera vez abordado en nuestro país”, declaró la política gallega, según recogió Europa Press.

PATRONAL Y SINDICATOS

Por su parte, los sindicatos también han elevado la presión sobre el Gobierno. Tiene que cumplir con la reforma laboral “como muy tarde nada más volver de las fechas de agosto” y la patronal.

En este marco, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha comunicado a empresas y sindicatos que la negociación para el nuevo Estatuto de los Trabajadores debe estar cerrada en el mes de octubre, según fuentes de los negociadores citadas por el diario El Economista.

Será complicado que se cumpla el plazo por las vacaciones y porque en septiembre, sobre el papel, comenzarán las negociaciones para una nueva prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que finalizan el 30 de septiembre. A priori, los ERTE, seguirán en marcha hasta final de año.

Aunque en teoría la prórroga de los ERTE debería resolverse en una reunión, dos a lo sumo, las anteriores negociaciones se han resuelto casi al límite de los plazos. En las anteriores, la negociación de los e paralizó la mesa de diálogo social que negocia la reforma del varios artículos del Estatuto de los Trabajadores (ET).

CONVENIOS Y TEMPORALIDAD

Los cambios que propone el borrador de reforma laboral que el Gobierno ha puesto sobre la mesa para modificar la aprobada en 2012 afectarían principalmente a los contratos temporales, a la subcontratación y a los convenios, según publicó el diario El País.

Esta reforma pretende primar los contratos a tiempo indefinido y reducir el número de los temporales, ya que estos últimos suponen el 23,8%, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2021, el doble que la media de la Unión Europea (UE). También propone que los convenios sectoriales, negociados por las compañías que conforman cada industria, tengan prevalencia sobre los convenios propios de las empresas, pactados por los empleados con la dirección.

RESISTENCIA PATRONAL

La patronal no quiere que se toque la prevalencia de los convenios de empresa, tampoco comparte los cambios en materia de subcontratación y aunque está de acuerdo en que hay que reducir la temporalidad no comparte que solo se pueda firmar un contrato temporal por razones de carácter productivo y organizativa.

Está por ver cómo se plasmará en la reforma laboral el «Mecanismo de Sostenibilidad del Empleo» (MSE), una figura que vendrá a sustituir a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) actuales. También pueden definirse como una medida de flexibilidad interna como alternativa a los despidos.

MESA Y ACUERDO

La intención del Gobierno es sentarse en la mesa con la patronal y los sindicatos para alcanzar un acuerdo. El punto es qué pasará si no hay pacto en la mesa y el tiempo se le va echando encima al Gobierno. Ahí tendría dos posibilidad, legislar sin acuerdo, lo cual, en la práctica, supondría enfrentarse a la patronal empresarial o pedir más tiempo a Bruselas.

En este camino, el Gobierno tiene otra posibilidad, pactar con Bruselas los cambios mínimos que tendría que alcanzar antes de que termine 2021 y a la par continuar negociando con la patronal.

José María Lanseros
José María Lanseros
José María. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Redactor especializado en el sector financiero, en especial lo relacionado con banca y seguros. Me encanta mezclar y empresa y deporte y estoy empezando a tomarle el pulso al sector de las telecos.