La pandemia ha hecho que los hábitos de consumo cambien. Un ejemplo de ellos es que la compra online tome cada vez más fuerza. Si antes predominaba en la adquisición de ropa o artículos de ocio, ahora es indispensable hasta para los supermercados. Es por eso que los ‘dark stores’ o tiendas fantasmas han venido para quedarse y por eso tanto este tipo de supermercados como las cadenas tradicionales están cambiando sus establecimientos a este modelo.
Una de las primeras cadenas de supermercados fantasma que llegó a España fue la alemana Gorillas. Este gigante anunció hace un mes que se instalaría en las dos principales ciudades españolas: Madrid y Barcelona. En Madrid en concreto ha desembarcado en los barrios de Salamanca y Chamberí, que ya figuran entre las áreas de reparto de su web.
De hecho, esta startup consiguió muy rápido el estatus de unicornio gracias a su valoración de más de 1.000 millones de dólares. Los responsables de esta empresa esperan poder controlar en el menor tiempo posible toda la zona interior de la M-30. Este mes, ya asentados en Madrid, esperan hacer lo propio en Barcelona.
Pero no es la única que ha venido al reclamo de clientes. Rohlik, originaria de la República Checa, ya sabe lo que es estar en otras ciudades europeas. La cadena ya tiene presencia en Italia, Francia, Alemania y Rumania. Con este bagaje, la compañía europea abrirá varios puntos en nuestro país.
DIA es el supermercado que más ha invertido en ‘dark stores’
Este lanzamiento se ha hecho después de una ronda de financiación donde ha conseguido reunir 100 millones de euros, alcanzando una valoración de 1.000 millones. Con solo seis años de vida, Rohlik cuenta con más de 750.000 clientes en Republica Checa, Hungría y Austria. Además, tiene unas características muy concretas, como entregas en dos horas y más de 17.000 productos disponibles en sus lineales en Internet.
EL PAPEL DE LOS SUPERMERCADOS TRADICIONALES
Sin embargo, aunque de momento nos encontremos en un periodo de adaptación donde hay que saber compaginar estas nuevas medidas con las ventas físicas tradicionales, las grandes cadenas están adaptándose a estas nuevas tendencias que tanto reclaman los consumidores.
Por ejemplo, El Corte Inglés no tiene un modelo ‘dark store’ como tal, pero si uno denominado ‘micro fulfillment center’. El primero que transformó con esta filosofía fue el Centro de Distribución Alimentaria, en Coslada en 2014. Durante la pandemia reforzó este proyecto con la transformación de su tienda Bricor de Alcalá de Henares en un centro de distribución de productos vendidos online.
Aunque el supermercado que más ha invertido en las tiendas fantasma es DIA cambiando a este modelo hasta 14 de sus tiendas. Fueron los centros más grandes los elegidos con el objetivo de abarcar todos los pedidos online que recibían. Dentro de su plan estratégico, está marcado el seguir creciendo en este estilo de tienda.
Juan Roig tampoco ha querido quedarse atrás. Mercadona tiene tres centros de este estilo, a los que ellos llaman colmenas. Están ubicadas en Valencia, Barcelona y Madrid. Es normal que las grandes cadenas decidan invertir en los ‘dark stores’ ya que, aunque inicialmente tiene una gran inversión, a la larga el coste de un pedido se reduce hasta los dos tercios en comparación a una tienda tradicional.