domingo, 15 diciembre 2024

El cortocircuito catalán: ni implantación de renovables ni plan Move III

Cataluña ha puesto trabas a la transformación energética. Así se explica su notable atraso respecto al resto de comunidades autónomas en el desarrollo de energías renovables y vehículos eléctricos. La Generalitat tiene su propia agenda para la transición energética.

El horizonte de Cataluña pasa por 2050, y no por 2030. Por esta razón, ha tratado de poner palos en las ruedas en la región a los productores de energías renovables. Un hecho, por otro lado, que beneficia a otras comunidades, como Aragón. El sector ha puesto de manifiesto la ausencia de infraestructuras fotovoltaicas y eólicas, entre otras fuentes renovables, durante el pasado año.

Además, también ha dejado pasar el plazo del plan Move III, diseñado para impulsar la compra de vehículos eléctricos, con ayudas directas de hasta 7.000 euros. La región era la segunda más beneficiada con más de 65 millones de euros.

UNA INVERSIÓN DE MÁS DE 50.000 MILLONES PARA CUMPLIR OBJETIVOS

Los productores de energía fotovoltaica han calculado el alto coste económico de la transición energética en más de 50.000 millones de euros, solo en infraestructuras de generación en el mejor de los casos, y hace patente que hará falta una estrecha colaboración entre el sector público y el sector privado, para poder lograr el reto.

autoconsumo eléctrico

Por este motivo, piden a los máximos responsables del Gobierno una mayor implicación en el despliegue de las energías renovables. En concreto, han trasladado «que sin una participación directa del sector (…) no será posible hacer efectiva» la transición energética.

LA FOTOVOLTAICA TAN SÓLO CUBRE EL 0,86% DE LA DEMANDA EN CATALUÑA

Tal es retraso del Govern con los objetivos pactados para los próximos diez años que la producción de energía renovable a través de la fotovoltaica sólo ha cubierto el 0,86% de la demanda, mientras que la hidráulica y otras fuentes de renovables han alcanzado el 17%. El resto se reparten entre la nuclear (50%), y las 167 centrales de cogeneración y las seis de ciclo combinado alcanzan juntas el 26,49% del total.

La principal barrera a la producción de energía fotovoltaica en Cataluña se debe a la costosa e infranqueable burocracia. Los organismos dependientes de la Generalitat tumban proyectos por cualquier motivo. Entre otras razones se encuentra el daño al tejido económico de la zona o el avistamiento de una pareja de águilas peregrinas.

Durante el pasado 2020, Cataluña incrementó su producción de renovables, pero no se debió en caso alguno a la implementación de centrales solares o eólicas, según han explicado desde el Observatorio de Energías Renovables de Cataluña. Este estudio recoge datos de diferentes organismos públicos y muestra las notables deficiencias existentes en Cataluña en materia de renovables.

El incremento de la producción no se debe a la implantación de nuevas centrales, sino al impacto del Covid-19, que ha repercutido en una reducción del consumo eléctrico; y la meteorología, especialmente propicia para la generación mediante plantas hidroeléctricas. «Ambos factores obligan a extremar la prudencia de cualquier análisis de los datos relativos a la generación y consumo de energía de origen renovable», han asegurado los autores. De esta forma, han reiterado que la implantación de estas energías no ha influido en modo alguno en la evolución de la producción del pasado 2020.

LA GENERALITAT DESINCENTIVA LA PRODUCCIÓN DE ELECTRICIDAD FOTOVOLTAICA

De hecho, pese al crecimiento positivo en la producción, la demanda de energía se desplomó en Cataluña casi un 7%, hasta los 43,99 TWh. Esta demanda se ha cubierto por nucleares, la mitad; los ciclos combinados, cuya aportación se ha reducido un 40% en un año; y con el notable ascenso, del 47%, de la hidráulica. En cuanto a las otras fuentes renovables, la eólica ha cubierto un 5,7% de la demanda, un 16,3% menos que el año anterior; la fotovoltaica un 0,86% de la demanda, un 7,7% menos que el año anterior.

De cara al 2050, se espera que la producción de electricidad alcance los 150,75 TWh, el 80% de origen eléctrico. Para cubrir esta demanda eléctrica se pueden establecer dos escenarios. En el primer caso, los productores de la fotovoltaica han calculado una inversión de 51.525 millones para poder llevar a cabo la transición energética.

Este montante sólo se refiere a la instalación de infraestructuras para la optimización de producción renovable. Es decir, los criterios de eficiencia de generación prevalecerían sobre los de la ubicación. Para la Generalitat, la ubicación es crucial. De hecho, ha impuesto la norma de comunicar e informar a los Ayuntamientos de los proyectos.

EFICIENCIA FRENTE A UBICACIÓN, EL PLAN PROPUESTO POR LOS PRODUCTORES

Para este supuesto, sería necesaria una potencia de 63 GW, de los que 29 procederían de fotovoltaica sobre terreno; 15,5 GW de fotovoltaica en tejados y espacios antropizados; y otros 18 GW de eólica.

La segunda hipótesis se centra en la ocupación de zonas ya alteradas por la actividad humana, con una capacidad de 68,1 GW. De este total, 30 corresponden a fotovoltaica sobre terreno; mientras que 21,3 GW serían de la fotovoltaica en techos. El resto, de la eólica. Para este supuesto se necesitaría una inversión en en infraestructuras de generación de 57.210 millones de euros.

Por otro lado, han considerado peligroso posponer los objetivos de la agenda 2030. Por ello, han pedido establecer «hitos claros de implantación de renovables de acuerdo con unos objetivos precisos y muy definidos«, con el fin de que Cataluña pueda alcanzar su «soberanía energética».

Al respecto, han tildado de «gran irresponsabilidad» cualquier traba administrativa encaminada a una nueva moratoria para evitar la implantación de renovables. Además, han señalado que si Cataluña pierde esta oportunidad, los productores de fotovoltaica podrían optar por Comunidades cercanas, como Aragón o Valencia.

EL GOVERN NO ACUDE A LAS AYUDAS PARA LA COMPRA DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS

No es el único frente abierto para el Ejecutivo catalán. La Generalitat ha dejado escapar las ayudas del plan Moves III. Se trata de una ayuda directa y cercana a los 7.000 euros por comprador para la adquisición de un vehículo eléctrico. Cataluña es la segunda región con mejor dotación económica en estas ayudas. En concreto, más de 65 millones de euros. Para optar a ella, el Ejecutivo de Aragonés debía presentar la documentación antes de este miércoles. Sin embargo, no ha habido intención alguna tras tres meses desde que se inició el programa.

El sector de la automoción recibió satisfactoriamente este balón de oxígeno para incentivar la compra de coches tras un año de pandemia. El incentivo directo del plan alcanza los 400 millones de euros, aunque podría incrementarse hasta los 800 millones si hay demanda.

El atraso de las ayudas supone un varapalo para los compradores de un vehículo eléctrico. Y es que, dejarán de percibir entre los 5.000 euros para los coches híbridos enchufables y los 7.000 euros para los 100% eléctricos. A cambio, se debe entregar el coche antiguo para desguazarlo.


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