Calidad Pascual tiene una extraña relación con el sello de Bienestar Animal de sus granjas

Los hábitos de consumo de la sociedad están cambiando. Cada vez nos preocupamos más por la calidad de los alimentos de consumimos y por su procedencia. Cuando acudimos a los supermercados nos fijamos la procedencia de los productos y la calidad de vida de los animales. En esta línea, han aparecido diversos sellos de calidad animal, tratando de certificar el bienestar de estos animales. Así, Asociación Española de Normalización y Certificación ha creado un sello de Bienestar Animal que teóricamente acredita que la calidad de vida del ganado explotado en granjas es buena, tal y como publicaba ayer MONCLOA.COM.

Sin embargo, los problemas aparecen cuando, al ver quien otorga este sello, se descubre que son personas relacionadas con la ganadería, cuya función es la de presumir frente a sus potenciales clientes de lo bien que tratan a los animales criados por otros ganaderos. Detrás de esta certificación de AENOR no hay ni animalistas, ni veterinarios, ni científicos que avalen estas decisiones, tan solo se encuentran ganaderos. Además, este sello lo homologa el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias.

Es realmente curioso que detrás de esta certificación se encuentres trabajadores relacionados de una manera u otra con la explotación animal. Algunos, incluso, han colaborado en el pasado con empresas que hoy presumen del famoso sello, como es el caso de Calidad Pascual. Desde la compañía no niegan que varios de los actuales responsables de homologar y auditar en AENOR, encargados de otorgar este sello de bienestar animal, han colaborado en algún momento de su carrera profesional con la empresa láctea.

UN INSTITUTO ES EL ENCARGADO DE OTORGAR EL SELLO

Calidad Pascual lleva años presumiendo de este sello de calidad en sus granjas. De hecho, es uno de los principales mensajes en sus campañas publicitarias. Pero siempre obvian el hecho de que las personas que les han otorgado este sello han cobrado e, incluso, han sido premiadas por la empresa alimentaria en épocas anteriores.

Hay singularidades escondidas en una maraña de nombres de instituciones y subcontrataciones, pero no es difícil establecer relaciones. AENOR concede un sello de bienestar animal, pero quien homologa este certificado no es esta asociación española, sino el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA). Sobre plano, para otorgar este sello se deben cumplir dos parámetros europeos: Welfair Quality y AWIN.

Pero lo que interesa de todo esto es el IRTA, un Instituto donde los responsables que se encargan de establecer los estándares de bienestar animal tienen relación directa con los ganaderos de la industria láctea y en especial con Calidad Pascual, que presume de ser el único gran productor con el sello otorgado a cada una de sus 348 granjas proveedoras de leche. Algo que resulta sorprendente además de un evidente conflicto de intereses.

Curiosamente, AENOR ha llegado a publicar notas de prensa en las que se enorgullecía de las empresas que habían recibido sus sellos. ¿Qué pinta esta asociación lanzando comunicados en los que presume de que compañías como Calidad Pascual ha renovado por cuarto año consecutivo su certificación de bienestar animal? La respuesta la pueden tener Antonio Velarde Calvo, responsable del programa de bienestar animal en el IRTA y Álex Bach Ariza, director de la Unidad de Rumiantes del mismo instituto.

Antonio Velarde ha sido más discreto a la hora de visibilizar sus lazos con la empresa, pero no tanto a la hora de mostrar su relación con la explotación ganadera. De hecho, el responsable del programa de bienestar animal en el IRTA no tiene, a primera vista, relación laboral con la compañía láctea, pero sí la tiene directamente con el instituto creado por el presidente de Pascual que lleva el nombre del fundador de la empresa: Tomás Pascual Sanz.

BACH, VELARDE Y SU RELACIÓN CON CALIDAD PASCUAL

Velarde colaboró en 2010 con el Instituto Tomás Pascual para elaborar un curso online sobre la industria láctea. Ese curso se llama “Leche: de la producción al consumo” y contó con la colaboración de muchos autores,entre los que se encuentran el propio Velarde y Alex Bach. Todos hablando en positivo de la industria láctea. De entre los apartados que nos encontramos en el índice del curso online financiado por el Instituto del dueño de Calidad Pascual, nos encontramos puntos tan relacionados con el bienestar animal como la “mejora genética del ganado bovino lechero” o el “manejo de explotaciones de vacuno de leche e instalaciones”. Pero por supuesto, de lo que hablaron Velarde y Bach Ariza fue del presunto bienestar animal en esta industria.

Tanto Velarde como Bach Ariza formaron parte de este curso financiado por el Instituto Tomás Pascual como profesores, pero cuando empezamos a explorar el pasado empresarial de Bach Ariza se acrecientan las dudas respecto a la integridad de este sello. Mientras que Valverde ha sido más discreto respecto a su relación con Calidad Pascual, Bach ha recibido hasta premios por parte de la empresa láctea.

En enero de 2016, Álex Bach Ariza recibió un premio de la V edicióndel Premio Instituto Tomás Pascual Sanz-Real Academia de Ciencias Veterinarias dotado con 3.000 euros. Según lo publicado en la web, Bach realizó un estudio sobre el beneficio de obtener leche de las vacas. “Las dos alternativas más factibles para obtener mejoras notables en la eficiencia de utilización de recursos naturales para la producción de leche son, por un lado, mejorar el crecimiento y calidad de la recría, y, por otro, mejorar la eficiencia de conversión de la vaca lactante”, citaba en el informe. No sabemos hasta qué punto la “recría” y la “conversión de la vaca lactante” son claves para el bienestar animal, pero en cualquier caso Tomás Pascual consideró oportuno galardonar a este directivo del IRTA, que poco después certificó con el sello de “bienestar animal” todas y cada una de las 348 granjas de Calidad Pascual.

La justificación que dan desde Calidad Pascual sobre este premio es que Bach Ariza “es un gran profesional”. La empresa tampoco se muestra sorprendida por el hecho de que uno de los profesores del IRTA que hablaba en un curso financiado por el Instituto Tomás Pascual sobre cuestiones de “bienestar animal” haya recibido un premio de su instituto.

IMPLICACIÓN EN EMPRESAS LÁCTEAS

Pero la colaboración de Bach Ariza con Calidad Pascual va más allá. El dirigente del IRTA también ha coincidido con el fundador de Pascual en algunos trabajos y publicaciones, como es el caso del estudio “El sector lácteo español, en una encrucijada”. Todo es poco por salvar al sector lácteo español donde la venta no deja de caer año tras año. En 2010 se consumieron en los hogares españoles 3,52 millones de toneladas de leche; y en 2017 poco más de 3,18 millones, según los datos oficiales del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En este último dato puede estar la clave de por qué Bach Ariza ha colaborado tanto con el Instituto Tomás Pascual. Ambos tienen un objetivo común: que sobreviva la industria láctea. Bach tiene una amplia trayectoria dentro de este mundo. Fue consejero y vicesecretario general de la empresa Blanca From The Pyrenees, así como administrador solidario de la empresa Marlex Recerca I Educacio S.l., encargada entre otras cosas de la “investigación e innovación en nutrición, salud y manejo animal”, tal y como se refleja en la descripción.

Pero Bach Ariza no ha sido el único que ha tenido relaciones con la industria láctea. Velarde también fue consejero de la empresa Desmarca Tecnologies, encargada de prestar “servicios de asesoramiento en bienestar y salud animal, la experimentación y estudio en dicho campo, así como la comercialización de todo tipo de productos relacionados con el mismo, etc”, tal y como se describe desde la compañía.

La conclusión es que el sello de Bienestar Animal está coordinado y homologado en España por personas que provienen y han trabajado por y para la explotación ganadera. La lógica dictamina que, en lo referente a la calidad de vida de los animales, también deberían participar científicos, biólogos, veterinarios o incluso animalistas. Sin embargo, no se tiene en cuenta su opinión dentro de AENOR. Curioso, cuanto menos.

AENOR, UN MERO MENSAJERO

La Asociación Española de Normalización y Certificación concede sellos y certificaciones de todo tipo. Ellos se preocupan por responder a las inquietudes de la sociedad e intentan dar una respuesta apoyándose en lo que consideran verdaderos expertos. En el caso de Bienestar Animal, desde la compañía vieron que había unos estándares europeos que eran “bastante exigentes” que podrían cuadrar con su intención de conceder un sello de Bienestar Animal que acreditara la “buena vida” de los animales dentro de la explotación ganadera. Y como el único representante en España de ese certificado era el IRTA, contactaron con ellos para que formaran a sus auditores.

Como es lógico, AENOR mira detalladamente los procesos, pero no la relación de quienes están detrás de ellos. De esta manera, la marca ha asegurado que ellos en ningún momento eran conscientes de que parte del equipo del IRTA que estaba detrás de la formación de sus auditores tenían lazos con Calidad Pascual ni que habían tenido o trabajado en empresas de explotación ganadera. Para AENOR, el IRTA era el único representante de Welfair Quality en España y no tuvieron otra alternativa.

La función de AENOR se basa en formar auditores y mandarles a valorar si conceden el sello pertinente. Pero la Asociación Española de Normalización y Certificación ha reconocido a MONCLOA.COM que no conocían los lazos que había entre algunos trabajadores del IRTA y Calidad Pascual.

Lidia Vega
Lidia Vega
Redactora de economía y empresas especializada en Distribución, Alimentación y Consumo