Suele pasar más desapercibida y le prestamos menos atención que a otras partes del cuerpo, pero nuestros oídos son de los órganos más delicados de la anatomía humana, que además causan diferentes patologías (muy molestas) a miles de personas al año sólo en España.
¿Quién no conoce a alguien que haya padecido otitis, o por ejemplo ruidos en los oídos de procedencia interna como si fueran un zumbido o silbido? Algunas de estas patologías son desconocidas para el gran público, y cuando las sufren, la frustración y la falta de información al respecto hace de su tratamiento una necesidad imperiosa dadas las consecuencias físicas y emocionales que genera.
Los centros auditivos son el primer lugar al que debemos acudir cuando a la salud auditiva concierne. A través de una audiometría, los profesionales del centro (audioprotesistas) realizan una evaluación de la audición del paciente. Básicamente emplean depurados instrumentos que emiten sonidos y palabras que el paciente ha de escuchar y repetir siempre que el especialista se lo indique.
La prueba se divide en dos áreas, tonal y del habla, que examina diferentes aspectos de la salud auditiva del paciente. La audiometría tonal evalúa el umbral de percepción del sonido que alcanza a escuchar la persona. En cambio, la audiometría del habla se centra en medir la comprensión del lenguaje y la capacidad de distinción entre fonemas.
Test de audición
Cada uno de nosotros deberíamos hacernos un test auditivo obligatorio a partir de los 50 años de edad. Por obligatorio nos referimos a muy aconsejable, ya que a través de estos chequeos auditivos, podremos adelantarnos, detectar y tratar posibles pérdidas auditivas y prevenir una eventual sordera parcial o total.
Si el test nos devuelve un tangible problema auditivo que desemboca en pérdida de audición, existe en la actualidad afortunadamente un continuo desarrollo tecnológico que proporciona efectivas soluciones auditivas a los pacientes. Los audífonos para sordos o para personas con considerables pérdidas de audición es la mejor y más efectiva solución que existe en el mercado.
El audífono lo que hace es amplificar los sonidos para que el paciente pueda oír mejor. Su software de última generación se ajusta exactamente a la necesidad auditiva del paciente, facilitándole la comprensión auditiva de su entorno.
Dependiendo de las necesidades del individuo, en el centro auditivo los profesionales encargados del asesoramiento y tratamiento recomendarán el audífono más acorde para solventar la pérdida de audición. Hay diferentes tipos de audífonos por tanto:
– Invisible dentro del canal (IIC)
– Concha o intraconcha (ITE)
– Retroauriculares (BTE)
– Rite o Rie
– Completamente en el canal (CIC)
– Invisible dentro del canal (IIC)
– Varillas auditivas
En centros especializados como Auditek, explican al paciente con todo tipo de detalles las particularidades de cada tipo de audífono, y a tenor del grado de limitación de la patología, aconsejan el empleo de uno u otro tipo. Y es que no es siempre igual la dolencia, dependiendo de la parte del oído origen de la pérdida de audición (oído externo, oído medio u oído interno).
La proliferación de casos relacionados con la salud auditiva en los últimos años es directamente proporcional al descubrimiento por parte de muchos usuarios de enfermedades como los acúfenos, la hiperacusia o la misofonía. Dolencias y patologías muy comunes y molestas de las que la sociedad no se ha preocupado en exceso de informarse, pero que afectan a miles de personas en España y requieren tratamiento especializado para poder volver a hacer vida normal.