BBVA se cubre las espaldas por si el proceso de bajas derivado del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) no finaliza en 2021, que es la intención de la entidad. El plazo que ha marcado el banco para que termine este proceso se extiende hasta marzo de 2022, según fuentes sindicales presentes en la mesa de negociación.
Una vez firmado el ERE, llega el proceso de adhesión voluntaria -que comienza hoy- y después, conforme se vayan cerrando oficinas, las salidas de los trabajadores irán tomando vuelo, explican fuentes sindicales presentes en la entidad que preside Carlos Torres Vila.
AFECTADOS
El ajuste finalmente afectará a 2.935 personas, distribuidas en 2.725 salidas y 210 excedencias (lo que supone una reducción del 22,7% frente a las 3.798 inicialmente propuestas) y a 480 oficinas (50 menos que en la propuesta inicial). La reducción de la cifra de salidas ha sido posible, entre otros factores, gracias a la recolocación de 657 personas en otras funciones dentro de la entidad.
Por áreas de la plantilla, hay 350 afectados en el Centro Corporativo, 254 personas de Servicios Centrales de BBVA en España, 154 personas de estructuras intermedias de BBVA en España y 2.177 personas de la red comercial, es decir, de las oficinas.
El plazo de adhesión para los empleados de los servicios centrales termina el 30 de junio, mientras que los empleados de la red de sucursales tendrán para apuntarse al ajuste hasta el 12 de julio, según ha sabido MERCA2 en fuentes sindicales.
La adhesión es voluntaria, pero BBVA puede negar la salida a empleados que la soliciten. “Para determinar las personas afectadas por el proceso, se ha acordado que prime la voluntariedad. Adicionalmente, se tendrá en cuenta la idoneidad para el desempeño del rol y el puesto, la formación, la capacitación, el potencial y la polivalencia funcional.”, señala el banco, que agrega a adhesión voluntaria está sujeta a la aprobación por parte de BBVA.
VENTANAS DE CIERRE
Según han explicado a MERCA2 en el ámbito sindical, el proceso va a ir desarrollándose y avanzando conforme se vaya produciendo el cierre de oficinas. En este sentido, el banco realizará estos cierres mediante lo que se conoce como “ventana de cierres”, periodos de cierre, en definitiva.
La primera ventana se abrirá a mediados del mes de julio y luego vendrán otras ventana en la primera mitad de septiembre, octubre y noviembre.
La idea del banco es el proceso de salidas haya finalizado cuando termine este año, pero, por si no diera tiempo, la entidad ha alargado el plazo para terminar el ERE hasta marzo del año que viene. “Es por darse margen, por si acaso”, indican fuentes sindicales presentes en BBVA.
VALORACIÓN
Tanto el banco como los sindicatos se han mostrado muy satisfechos por el pacto alcanzado. BBVA agradeció “a todas las partes involucradas en el proceso negociador el trabajo realizado durante estas semanas y la actitud dialogante mostrada para alcanzar el mejor acuerdo para todos”.
El banco porque se asegura paz social y las centrales porque en el complicado contexto actual han conseguido “un acuerdazo, siempre teniendo en cuenta que hay casi 3.000 personas que dejaran el banco”.
Con este acuerdo, toman aire tanto el banco como las centrales sindicales. El pacto permite al banco mantener la paz social que siempre ha tenido y seguir con sus planes en España en un contexto marcado por la necesidad de readaptarse y reducir costes.
Por su parte, las centrales sindicales salvan la cara porque, dado que no podía evitar el ERE, han reducido las salidas en un 22% y conseguido unas condiciones económicas aceptables para los tiempos que corren, ya que las prejubilaciones con el 98% del salario bruto son cosa del pasado.
LOS INTERESES
Los sindicatos vienen a decir que todo el mundo tenía sus miedos ante esta negociación. “Era la primera vez que se negociaba un ERE en BBVA y el banco tenía sus miedos y nosotros los nuestros por el planteamiento inicial de la entidad, pero se ha podido reconducir y hemos salvado los muebles y más que los muebles”, indicaron fuentes de CC OO presentes en el banco.
Este tipo de procesos de negociaciones puede acabar con todos ganando o todos perdiendo. A ninguna de las dos partes les interesaba un pacto sin acuerdo. Por eso, tanto el banco como los representantes de los trabajadores tuvieran cierto vértigo a que la mesa terminara sin acuerdo. Nadie puede asegurar que la huelga de empleados y la carta del Gobierno al banco para que hiciera un ERE amable, han influido, pero la realidad que es el banco ha ido mejorando las condiciones progresivamente hasta llegar a un acuerdo.
Este pacto deja tranquilas a las partes, al menos hasta que se presenta una nueva oportunidad de fusión.