La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha avisado de que la desaparición del contrato fijo de obra daría lugar a un aumento de los despidos objetivos y una rebaja de las indemnizaciones por el fin del contrato. A su vez, esto derivaría en una precariedad en el empleo y conflictividad social y laboral.
Tras las medidas propuestas por el Gobierno de cara a la reforma laboral que buscan modificar las condiciones de contratación y la negociación colectiva, CNC solicitó al ejecutivo no eliminar este tipo de contrato debido sobre todo a la particular naturaleza de su actividad.
La patronal emplazaba a las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz a una reunión junto con los interlocutores sindicales del sector, como actores del diálogo social bipartito de la construcción. Para la CNC, el contrato fijo de obra se ha revelado como un instrumento vertebrador de la estabilidad en el empleo del sector ante la situación laboral sufrida durante la pandemia.
El sector también alerta de que la modificación de los contratos temporales no introduce modificaciones referentes al despido colectivo, necesarias dado que la finalización de cada obra conllevaría la apertura de un procedimiento de despido colectivo por la empresa de construcción.
A modo ejemplo, CNC destaca que, al finalizar el servicio en un centro de trabajo de menos de 100 trabajadores, originaría un ERE o la imperiosa necesidad de liquidar la empresa tras la realización de cada obra que se concierte, obligando a crear otras nuevas para las obras que posteriormente se contraten.
Según el presidente de la CNC, Pedro Fernández Alén, “el contrato fijo de obra, figura incontrovertida desde su creación, ha hecho que nuestro sector goce de cierta flexibilidad, ayudando a que la afiliación haya crecido un 12,19% en el último año y a que haya recuperado los niveles previos al impacto de la crisis”.
