Si la negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en CaixaBank termina sin acuerdo todas las partes implicadas saldrán perjudicadas. Los sindicatos, los trabajadores, el banco y el Gobierno son conscientes de ello y se están aplicando para que no se produzca un desastre que puede hacer saltar por los aires demasiadas cuestiones importantes.
En relación con el ERE, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, viene manteniendo que “no se imagina otra cosa que no sea un acuerdo». Después de muchos desencuentros, con vistas a conseguir un pacto, las partes han acordado prorrogar la negociación hasta el 29 junio.
En este contexto negociador, el banco ha abierto la mano para que haya la mayor cantidad de salidas disponibles y reducir al máximo el número de afectados. Donde lo tendrán más difícil los sindicatos es en el tema del dinero. CaixaBank no parece dispuesta a tirar la casa por la ventana en cuanto a las indemnizaciones.
REPUTACIÓN
Es lógico que Gortázar no se quiera imaginar nada que no sea un apretón de manos con las centrales sindicales. En CaixaBank son conscientes de que la entidad financiera con mejor reputación de España, la que, entre otras cosas, hace bandera de la ayuda a los más desfavorecidos por medio de la Obra Social que gestiona la Fundación Bancaria La Caixa y es reconocida por ello por la sociedad, no puede aplicar un ERE sin acuerdo.
De este modo, muy poco a poco, CaixaBank ha ido abriendo un poco la mano, mostrándose menos inflexible en busca de un acuerdo, pero sin excederse. Su mensaje es que son tiempos difíciles para el sector y todos tienen que arrimar el hombro.
Con esta premisa, CaixaBank se muestra dispuesta a estudiar fórmulas para la redistribución territorial del excedente de personal y la posibilidad de reducir el número de extinciones en la red comercial, pero a su vez lanza el aviso de que no habrá cantidades astronómicas en cuanto a las indemnizaciones. Este mensaje se lo han mandado de nuevo a los sindicatos. Así, el banco ha insistido a las centrales “trabajar en una propuesta asumible por la entidad y conforme a la realidad del negocio bancario”. Esto se puede entender como «pidan condiciones que no podamos rechazar».
LOS ESCOLLOS
Como suele pasar en este tipo de negociaciones, el número de salidas, la edad de los empleados que pueden acogerse al ERE y el importe de las indemnizaciones son los puntos fundamentales de discrepancia. Han ido pasando los días y los sindicatos han ido subiendo los decibelios de la protesta. Para ellos tampoco es fácil el tema. Si no hay pacto, corren el riesgo de que les acusen de no defender bien los derechos de los trabajadores, algo que no se pueden permitir aún con la pérdida de imagen que vienen padeciendo las centrales sindicales de clase”.
PODEMOS
Uno de los posibles grandes damnificados en término de imagen es el Gobierno. El Ejecutivo que encabeza Pedro Sánchez viene criticando los ERE y las retribuciones millonarias de los directivos de empresas que hacen duras regulaciones de empleo, pero la crítica no le servirá al Ejecutivo si el ERE de CaixaBank termina sin acuerdo.
De ser así, tarde o temprano las miradas y las críticas se dirigirán al Gobierno, que por medio del FROB esté presente en el consejo de administración de CaixaBank.
El FROB tiene un asiento porque a consecuencia de la absorción de Bankia es el propietario del 16,1% de la entidad. Las críticas le vendrán de todos lados. De los trabajadores, de la oposición, que aprovecharía para recalcar lo mal que negocia este Ejecutivo, de los sindicatos y hasta de dentro del propio Gobierno, ya que Podemos no ha estado nunca de acuerdo con esta fusión y ha venido reclamando que Bankia fuera la punta de lanza de la banca pública.
POSIBLES APRIETOS PARA EL GOBIERNO
El Gobierno no puso ni un pero a la fusión entre CaixaBank. El Ministerio de Economía tenía que dar su visto bueno a la operación, entre otros, y lo hizo sin incluir ninguna cláusula relativa al empleo, algo que recalcan y critican las fuentes sindicales consultadas por MERCA2.
Estas mismas fuentes se quejan de que la tardanza del Gobierno en derogar la reforma laboral -o en su defecto modificar los aspectos más lesivos de la misma- ha permitido que las empresas, en este caso dos entidades financieras, sigan pudiendo aplicar los ERE sin necesidad de autorización administrativa.
Esta circunstancia puede ser una bomba que le estalle al Gobierno cuando se terminen los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) si las empresas empiezan a apostar por aplicar la regulación de empleo sin acuerdo, a la brava.
Y es que actualmente hay alrededor de 558.000 trabajadores en situación de ERTE. Del total, unos 137.000 se encuentran en ERTE por limitación y cerca de 16.300, por impedimento. Del resto, poco más 233.000, se encuadran entre los sectores ultraprotegidos o vinculados a ellos. La prórroga de los ERTE está vigente hasta el 30 de septiembre y luego puede que empiece un infierno laboral para el Gobierno si este estas salidas temporales derivan en ERE
Esto también puede afectar a los sindicatos, que se enfrentarían a negociaciones aún más duras y con el problema de que en el resto de sectores no suelen ser, en general, tan espléndidos como los bancos a la hora de pagar las indemnizaciones. Esto puede meter en complicaciones a los sindicatos a la hora de negociar. Las centrales suelen recordar que “la reforma laboral nos perjudica porque vamos a la mesa de negociación con las manos atadas”.
LAS CARTAS DE TRABAJO
Distintas fuentes sindicales quejaron de que la carta que desde la Dirección General de Trabajo envió a CaixaBank y BBVA en la que les pedía de un modo muy educado que redujeran el número de salidas en los ERE no estaba sirviendo para nada.
No obstante, sea por la carta del Gobierno a ambas entidades, por la presión de los sindicatos, por el mal de altura de aplicar un ERE sin acuerdo o por todo esto a la vez y alguna cosa más como la huelga en BBVA o los paros parciales en CaixaBank, la realidad es que, cada a una de ellas a su paso, BBVA y CaixaBank han ido encaminándose hacia el acuerdo con las centales sindicales. Curiosamente, hace días que no se escucha al Gobierno sobreactuar en relación a estas negociaciones.
En BBVA han ido mucho más rápido que en CaixaBank y el acuerdo, salvo sorpresa, llegará. De hecho, el día 8, hoy, hay una nueva reunión de BBVA y los sindicatos en la que puede quedar listo el pacto.
En CaixaBank la negociación abarca muchas cosas y es más mucho compleja que en BBVA por que aborda la homologación de condiciones.
El hecho de que hayan pactado extender la negociación hasta el 29 de junio, es una muestra de la complejidad de la negociación.
REDUCCIÓN DE LAS SALIDAS
De momento el banco acepta ser más flexible para que el ERE sea lo más voluntario posible y está dispuesto a “estudiar fórmulas para la redistribución territorial del excedente de personal con el objetivo de poder aceptar el máximo número de peticiones de adhesión voluntaria en aquellos lugares donde el número de personas interesadas en solicitar el plan de salidas incentivadas sea superior al cupo identificado, siempre de acuerdo con las necesidades de negocio”.
Las centrales consideran que el banco tiene que reducir las salidas. CaixaBank sitúa el número de afectados en 7.605. El banco ha llegado a esta cifra tras aumentar hasta 686 el total de trabajadores que recolocará internamente.
El número de bajas se puede reducir aún más. La dirección estudiará la posibilidad de reducir el número de extinciones en la red comercial de forma que ese exceso de plantilla facilite cubrir necesidades como, por ejemplo, cobertura de bajas de larga duración, paternidad o maternidad, vacaciones, etcétera. Veremos cuántos empleados salen de la entidad.
«Habrá acuerdo. Lo contrario no beneficiaría a nadie», auguró una fuente vinculada a UGT que acumula muchas negociaciones con las entidades financieras.