Nestlé se pasa al autoconsumo en plena subida de la luz

Nestlé España sigue su camino hacia el objetivo marcado de conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050. Si bien las 10 fábricas de la compañía se abastecen ya de energía verde, la factoría de salsas de tomate en Miajadas (Cáceres) se pasa ahora al autoconsumo fotovoltaico fomentando así una mayor independencia energética de la marca a partir de fuentes renovables.

Para la puesta en marcha de esta inicitiva, Nestlé ha llegado a un acuerdo con la empresa proveedora de servicios energéticos y especializada en energía distribuida Enertika, por el que esta instalará un parque solar fotovoltaico para autoconsumo en los terrenos de la planta extremeña. Mediante este acuerdo, Enertika operará y gestionará esta instalación durante los 10 primeros años, a través de un acuerdo de venta de electricidad renovable.

La instalación fotovoltaica estará formada por más de 1.800 paneles de última generación con una potencia total de más de 800 kWp. Así, de forma anual, estas placas fotovoltaicas proporcionarán a la fábrica la energía equivalente al consumo de 367 hogares españoles.

Aunque en la actualidad la totalidad de la energía comprada para las factorías de Nestlé España, incluida la de Solís en Miajadas, ya proviene de fuentes renovables, la que se genere con este sistema equivale a evitar la emisión a la atmósfera de 330 toneladas de CO2 al año.

Además, con la instalación del parque solar fotovoltaico, que se llevará a cabo en las próximas semanas y se espera que entre en funcionamiento a final de año, se generará el 38% del consumo anual de la factoría. Así, el centro de producción combinará el autoconsumo renovable con la compra de energía verde

SEGUNDO PROYECTO DE AUTOCONSUMO

Esta nueva instalación ubicada en Extremadura representa la segunda de estas características que implementa Nestlé en sus fábricas españolas, al unirse a la que se está construyendo en la factoría de café tostado de la Compañía en Reus (Tarragona), también de la mano de Enertika.

Este parque solar fotovoltaico, que se prevé que entre en funcionamiento en verano, ocupa cerca de una hectárea de los terrenos de la fábrica tarraconense y está formado por más de 1.500 paneles de última generación con una potencia total de más de 700 kWp. De forma anual, estas placas fotovoltaicas proporcionarán a este centro de producción la energía equivalente al consumo de 315 hogares.

MODELO DE SOSTENIBILIDAD

La fábrica de Solís en Miajadas, que fue construida en 1975, produce de forma anual cerca de 30.000 toneladas de productos a base de tomate. La factoría representa un destacado modelo de sostenibilidad al hacer que su actividad sea compatible con el entorno y el medio ambiente.

La factoría cuenta con la Declaración de Verificación de Residuo Cero otorgada por la entidad independiente Bureau Veritas con el que avala la gestión y las mejoras realizadas para lograr que todos los residuos generados en el proceso productivo se revaloricen, sin que ninguno de ellos acabe en el vertedero, fomentando de esta manera la economía circular.

Asimismo, el año pasado consiguió la certificación “Gold” en el estándar de Alliance for Water Stewardship (AWS), por realizar un uso responsable del agua tanto en la fábrica como en toda su cadena de valor del tomate, que beneficia a las comunidades locales de forma social, económica y medioambiental.

Esta certificación es la primera que se concede a una factoría de alimentación en Europa y reconoce el gran trabajo realizado tanto en el centro de producción como a través del programa “Solís Responsable”, que se impulsa desde 2013.

Todo el tomate utilizado en la fábrica de Miajadas procede de campos cultivados en las Vegas del Guadiana, con un radio de aprovisionamiento inferior a los 50 kilómetros y en su cultivo se aplican técnicas para asegurar una agricultura local sostenible a largo plazo.

La iniciativa “Solís Responsable” ha comportado entre 2013 y 2020 un ahorro acumulado de más de 1.100 millones de metros cúbicos en el consumo de agua, así como un descenso medio en este periodo de un 7% en el uso de fertilizantes y de un 9% en el de productos de control de plagas. Además, ha supuesto un incremento de un 7% de la productividad por hectárea. Todo un ejemplo de agricultura local sostenible. 

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.