miércoles, 11 diciembre 2024

Así es la tentación londinense de Banco Sabadell

Banco Sabadell espera que su filial británica TSB confirme al final de este año la alegría que proporcionó en el primer trimestre cuando volvió a ganar dinero. La entidad financiera que preside Josep Oliú no tiene intención, según dicen, de vender TSB a corto plazo y mantienen que eso no quiere decir que luego tengan que deshacerse del mismo, pero lo cierto es que si se deshace de TSB tendrán varias ventajas.

No obstante, incluso en este caso, resultará complicado que el banco logre que desaparezca el ruido de quienes insisten en que no conseguirá permanecer independiente. En una especie de solo contra todos, la entidad de origen vallesano insiste en que quiere seguir independiente. Está por ver si le salen novios para una operación corporativa. El intento de la unión BBVA-Sabadell no salió bien a finales de 2020.

Por tierra, mar y aire, Banco Sabadell proclama a los cuatro vientos que TSB no está en venta, al menos a corto plazo, un periodo que en la entidad deslizan que puede ser algo más de un año. En el banco tienen claro que el negocio core, el negocio irrenunciables el de España, pero no quieren cerrar las puertas a nada en el caso de los negocios internacionales.

No se quieren atar las manos y por eso el consejero delegado, César González-Bueno, dejó caer que después de ese corto plazo, el banco no tiene por qué deshacerse de TSB, pero la tentación de la venta está ahí, sobre todo por el precio que pueda sacar. El banco no está dispuesto a regalar TSB, se publicó que consideraban que vale 1.000 millones de euros –la mitad de lo que pagó y esperará a que se confirmen los buenos augurios sobre la entidad británica y que mejore la rentabilidad para entonces sí ponerlo en el mercado.

TSB perdió 201 millones el año pasado, mientras que en el primer trimestre de este año ganó dos millones de euros y su ROTE fue del 0,6%. Las previsiones económicas para Reino Unido son muy buenas y en eso en teoría debería favorecer al banco.

En este sentido, la rapidez de la vacunación en el Reino Unido hará que la economía británica crezca un 7,2% este año y un 5,5 % en 2022, de forma que a comienzos de ese ejercicio recuperará el nivel de actividad de la precrisis pese al batacazo del 9,8 % en 2020.

Este mayor dinamismo económico se debería traducir en buenos resultados para TSB que va a estar más centrado en el negocio bancario, con “más apetito en hipotecas y menos en consumo” y apostando por una nueva financiación más centrada en productos de menor riesgo y menor consumo de capital. “La franquicia se central en lo que mejor sabe hacer”, en referencia a las hipotecas, y justifica el “cambio de enfoque en préstamos al consumo “al no ser una prioridad estratégica, dadas las dinámicas del mercado”.

En este sentido, la producción de nuevas hipotecas creció un 14%, pasando de 2.129 millones de euros a 2.418 millones, un 14% más, mientras que la nueva producción de préstamos al consumo cayó un 11% y se situó en marzo pasado en 191 millones por los 215 millones del cuarto trimestre del año pasado.

Esta dinámica va a continuar, según se desprende de lo que dice el banco en el plan estratégico 2021-2024. Habrá un “fuerte crecimiento del crédito en TSB impulsado por las hipotecas y financiado a través de la propia generación de capital orgánico de la filial de Sabadell”.

La venta de TSB le aportaría unos ingresos al banco que, en caso de pasar enteros a la cuenta de resultados, le permitiría, sobre el papel, mejorar su rentabilidad.

El objetivo del banco para 2023 es alcanzar una rentabilidad superior al 6% en términos de ROTE (se calcula el beneficio neto sobre los fondos propios sin el fondo de comercio, deuda convertible y las acciones preferentes). Esto supone lograr un beneficio neto cercano a los 700 millones de euros en 2023.

En este camino, les puede ayudar TSB y pasado año y medio, más o menos en enero de 2023, que será el último año del plan estratégico de tres años. Entonces puede que el banco se tenga que replantear qué quiere hacer con TSB. 

Es un tema de precio y de estrategia porque puede que, llegado el momento, a Banco Sabadell no le interese vender TSB porque su filial británica se haya convertido en una mina de oro que dispare la rentabilidad del grupo Banco Sabadell en el entorno del retorno de capital que quiere el mercado (10%) y el precio que le ofrezcan no le interese.

Y aquí llega otro punto relevante: Si más allá de las palabras, Sabadell va a buscar una fusión porque dependiendo del compañero de viaje, Londres podría tener más o menos sentido

SOLO O EN COMPAÑÍA DE OTROS

De cara a futuro, lo que está por ver si es Banco Sabadell conseguirá seguir solo, si buscará una fusión o le buscarán para fusionarse.

El intento de fusión de BBVA y Sabadell no salió adelante porque la entidad de origen vallesano consideró que el precio que estaba dispuesto a pagar el BBVA no valoraba el potencial de su negocio y la pérdida de independencia que suponía la venta, según publicó en su día el diario El País.

La pregunta es si dado que el banco tiene en España su «negocio irrenunciable», el compañero de viaje más adecuado, en caso de que lo vaya a buscar o necesitar, es un transatlántico como BBVA, que tiene en México su puntal y con el que tendría muchísimas duplicidades en Cataluña, o Sabadell preferiría una entidad que tuviera su foco en España, fuera más pequeña y complementaria, provocara pocas duplicidades y el reparto de los sillones nobles no provocase grandes disputas en torno al reparto de puestos. En este sentido, Bankinter, Abanca, Ibercaja y Kutxabank están libres, por ahora.

En el terreno español, Sabadell confía mucho en que el negocio de pymes le haga retomar la velocidad de crucero. Sin embargo, el mero hecho de que hayan anunciado que quieren reducir 100 millones de euros en gastos en España y no hayan negado que este ahorro vaya a a venir parte por la salida de más trabajadores ha puesto en la picota de nuevo al banco.

El primer ejecutivo de la entidad, César González-Bueno, defiende que los cambios que viene sufriendo la banca por la digitalización y las costumbres de los clientes, así como el contexto actual hacen inevitables los ajustes. Estos ajustes están siendo muy criticados desde el Gobierno que preside Pedro Sánchez. BBVA y CaixaBank ya recibieron un aviso por carta e la Dirección General de Trabajo y Sabadell, que dice que no ha recibido presiones indirectas por el tema de los ajustes y los sueldos de los directivos, se prepara para cuando llegue su turno y reciba la regañina gubernamental.


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