Leer el Tarot es un arte. Tiene en su práctica una gran importancia el conocimiento de las cartas, y las técnicas que sean más adecuadas para nosotros. Pero es un arte porque los aspectos más importantes son personales. El Tarot no puede aprenderse como un conjunto de conocimientos que se reúnen en un método. La adivinación ocurre a través del lector, que despierta su intuición por medio de la lectura y le da vida a un lenguaje. Aún las interpretaciones de las cartas, que varían entre un autor y otro, únicamente señalan los significados sobresalientes de los arcanos, que toman su sentido y dan su mensaje durante la tirada, que refiere a una circunstancia puntual, con su entorno y posibilidades.
El conocimiento del Tarot nos permite una interpretación más rica sin dejar afuera algún detalle que pueda ser vital. Esto invita a la intuición a relacionar mejor la lectura de una carta y un aspecto de la situación a la cual la tirada se refiere. Muchas veces ese es el punto de partida que necesita nuestro sexto sentido para comprender algo que está más allá del pensamiento y la intuición. Esta es una de las posibles formas en que se manifiesta la clarividencia, y una razón por la que el Tarot es tan popular y lo viene siendo desde hace siglos.
La adivinación nos habla de un futuro que podemos cambiar. No nos determina en absoluto, sino que al contrario nos muestra la posibilidad de influir en eso que vemos, para ajustar mejor nuestras acciones a nuestro propósito. El consejo del Tarot es para el consultante un camino que puede haber pasado inadvertido. Los arcanos amplían las posibilidades que conocemos para marcar esas opciones que no vemos, es en este sentido un instrumento para guiarnos hacia una mayor libertad.
Otro aspecto esencial en la tirada de Tarot es la lectura de una situación que ya conocemos, pero que vemos encuadrada de una manera muy diferente en las cartas. Esto nos hace reflexionar sobre nuestra perspectiva de la realidad, muchas veces comprendiendo mejor las motivaciones y el rol que juegan en nuestras vidas otras personas.
El primer paso que podemos dar en el Tarot puede ser el estudio, pero en realidad resulta más fácil estudiarlo si ya contamos con un mazo. Hay muchos estilos de Tarot y como es una herramienta de estudio y mucho uso, es ideal elegir alguno que en verdad nos atraiga. Un Tarot tradicional puede ser un buen comienzo, porque las imágenes están bien diferenciadas de acuerdo al arquetipo que representan. Esto en cuanto a los arcanos mayores porque los menores por lo general corresponden a los de una baraja española.
Los Tarots tradicionales como el de Thoth (de Aleister Crowley y Lady Frieda Harris), así como el Tarot de Waite, o el de la Golden Dawn, tienen un gran cuidado en las imágenes, al punto que los colores y símbolos utilizados surgen de correspondencias cabalísticas. El uso de esas correspondencias facilita por ejemplo relacionar una lectura de Tarot a la invocación de un ángel, o a una meditación en un sendero del Árbol de la Vida. Estos mazos tienen algunas diferencias de interpretación y correspondencias entre sí que no son muy significativas, y en el caso del Tarot de Crowley, los arcanos menores tienen una palabra que ayuda a definirlos y una imagen que expresa el sentido de la carta en la concepción de sus autores.
Otras cartas tienen motivos de fantasía como «Cat People», o son inspiradas en una serie de TV, o tienen su origen en el Necronomicón o en la mitología de Lovecraft, como el de Donald Tyson. Estos les son muy útiles a quienes tienen una afinidad especial con esos motivos. Bien puede ser que esta afinidad sea tan importante en las tiradas, que un lector obtenga excelentes resultados con un Tarot de figuras de animé y lo pierda al tratar con el Marsellés. El lenguaje de nuestra mente profunda es el que debemos seguir por donde nos guíe.
Si ya decidimos comenzar este camino junto al Tarot, y pensamos en conseguir unas cartas, es en internet donde podremos consultar las imágenes y ver cómo nos sentimos respecto a ellas. Podemos ir de un estilo a otro, dejando que la intuición nos guíe, ya sea que lo compremos en línea, o decidamos ir a una librería que nos guste. Hay que tener en cuenta que en la librería los mazos han de estar cerrados herméticamente dentro de su estuche, y no podremos ver las cartas individualmente ni tenerlas en las manos.
Puede que nuestra inspiración nos haga cambiar, o nos motive a tener más de un Tarot. Algunos mazos podemos sentir que son más adecuados para un tema que otros. Es en última instancia el Tarot que comenzamos a llevar dentro nuestro el que nos guía a sus distintas expresiones, de la misma forma que nos enseña a nosotros mismos a ser flexibles, a estar dispuestos a cambiar, y a ver aquello que nos cuesta, porque es con esos cambios que somos aún más fieles a nuestra esencia.