Decir que una de las principales ventajas de la personalización de una vivienda es configurar un diseño a nuestro gusto es descubrir la pólvora mojada. Es obvio que una casa personalizada atiende a los gustos de su propietario, pero los beneficios de personalizar una vivienda van mucho más allá.
Muy en contra de lo que pueda parecer, o de la creencia popular, la personalización de viviendas no está reñida con el ahorro ni implica un gasto desorbitado en mejoras o modificaciones.
De hecho, el factor que repercute en mayor medida en el presupuesto de personalización de una obra es la elección de los materiales.
Beneficios de personalizar la vivienda
De entrada, como factor obvio, la personalización de la vivienda permite diseñar tu casa a tu gusto y eso implica aspectos tan concretos como la elección de los materiales o la distribución.
Además, al personalizar la vivienda puedes sacar el máximo partido a tu espacio en función de tus necesidades diarias y tu modo de vida. Una vivienda puede convertirse en un multiespacio donde compartir tiempo de calidad en familia y desarrollar una actividad laboral en equilibrio con tu estilo de vida.
Materiales y acabados a tu gusto
En cuanto a los materiales y los acabados, la elección de los mismos es lo que va a constituir una diferencia sustancial con respecto a los estándares de distribución al uso en cualquier tipo de construcción.
Si bien la inversión dependerá de estos dos factores, al realizar una elección personalizada de acabados y materiales estás invirtiendo tu dinero en lo que realmente te interesa, que es en definitiva la naturaleza de este tipo de decisiones.
La personalización de tu vivienda te permitirá cambiar los azulejos y las baldosas, optar por colocar falsos techos para cubrir nuevas instalaciones, implementar sistemas de climatización más eficientes, mejorar los acabados en general o seleccionar aspectos como el modelo de grifo del cuarto de baño o la elección de una ducha en detrimento de una aparatosa bañera.
Dime cómo vives y te distribuiré la vivienda
La distribución de la vivienda es uno de los valores que repercuten positivamente sobre el activo de vivienda.
La distribución, no obstante, va más allá de elegir el número de habitaciones o espacios, sino que tiene que ver con la funcionalidad de los mismos y la necesidad real en cuanto a habitabilidad y usabilidad.
Una casa personalizada permite construir, eliminar o mover tabiques interiores (siempre que su modificación no afecte a elementos estructurales fundamentales), añadir o eliminar puertas y modificar su apertura, seleccionar la posición idónea de los enchufes o generar más espacios de almacenamiento mediante el uso de armarios.
¿Viviendas en serie o personalizadas?
La metodología constructiva tradicional se caracteriza por ser totalmente igualitaria y uniforme.
Si bien el comprador podía elegir entre el número de habitaciones y baños que necesitaba, esta decisión estaba supeditada al modelo de vivienda construido en serie para albergar esos espacios.
En este tipo de construcción, todas las viviendas compartían elementos comunes en cuanto a acabados, materiales, equipamiento e incluso colores. De hecho, los cambios que podía hacer el comprador eran mínimos y estaban grabados con un extra económico a veces demasiado elevado.
La vivienda actual, al gusto del consumidor
La actual personalización de la vivienda se ha convertido en un valor inmobiliario añadido que permite modificaciones sencillas, como el color de las paredes o los acabados de la cocina y el baño, o grandes cambios, como la propia distribución de la vivienda.
La personalización empezó en su día como una opción exclusiva de las promotoras de lujo y alto standing. El dinero da la exclusividad, pero el tiempo ha igualado raseros y la personalización de la vivienda se ha universalizado para todas las carteras.
Obviamente, el dinero sigue dando cierta ventaja. Hay acabados y materiales con un coste más alto cuya integración en la vivienda supone una mayor inversión, pero eso ya atiende a una cuestión de inversión de capital y no de posibilidades de modificación.
Personalizar una casa consiste en realizar una serie de cambios durante su construcción o a posteriori de la misma para adaptarla no solo a las preferencias personales en cuanto a decoración, sino a las necesidades de habitabilidad de la vivienda y la funcionalidad de la misma.
En función del momento en que se realice dicha personalización, las posibilidades son mayores o menores y el coste claramente diferente.
Empresas como Designable ofrecen la personalización de una vivienda totalmente a medida en la que podrás seleccionar la distribución, el estilo y los acabados de tu casa, para disfrutar de un modo de vida sostenible y urbanita.
¿Todo es personalizable?
La respuesta es no, pero casi. Los cambios en lo que respecta a la distribución tienen límites que atienden a razones técnicas, como las instalaciones de suministros, o motivos de contratación, como los plazos de ejecución de la obra del edificio.
Sin embargo, el color de las paredes, la distribución, mobiliario y alicatado de cocina y baños, el tipo de suelos o de puertas, la iluminación, la instalación de equipos de domótica o los electrodomésticos sí permiten cambios sustanciales.