ACS obtuvo un beneficio neto atribuible de 195 millones de euros en los tres primeros meses del año, lo que supone un incremento del 3,8% respecto al mismo periodo del año pasado pese al efecto negativo que ha causado la crisis sanitaria en el tráfico de las autopistas de Abertis, compañía participada al 50% menos una acción por ACS.
En concreto, el tráfico de sus autopistas continuaba registrando una caída en marzo del 15,6%, lo que ha supuesto una contribución negativa de 6 millones de euros al beneficio del grupo, frente al resultado positivo que aportó en el primer trimestre del año pasado, cuando solo el mes se marzo se vio afectado por la pandemia.
Sin considerar el impacto provocado en las cuentas por Abertis, el beneficio neto hubiese sido un 8,5% mayor, gracias al comportamiento registrado por el resto de sus negocios, como el de servicios industriales o el de construcción, uno de los sectores que mejor han resistido a la crisis.
El área de Servicios a la Ciudadanía, agrupados en la filial Clece, también contribuyó positivamente al grupo al obtener unas ventas de 402 millones de euros, un 2,3% superiores debido al refuerzo de los servicios en algunas instalaciones críticas como centros hospitalarios, sanitarios o dependencias policiales y otros departamentos, así como la progresiva recuperación de las actividades más afectadas por la pandemia.
CAEN LAS VENTAS
Pese al incremento del beneficio, las ventas globales del grupo se redujeron un 10,6%, hasta los 6.389 millones de euros, ya que el impacto del Covid-19 apenas dejó rastro en el trimestre comparable de 2020, trasladándose toda la afectación al segundo trimestre del año.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) también se vio afectado por este efecto, al reducirse un 4,3%, hasta los 329 millones de euros. Sin considerar el impacto de Abertis, esta partida también hubiese limitado su caída al 1,2%.
Durante el primer trimestre, la cartera del grupo creció un 3,1%, al alcanzar los 62.957 millones de euros, importe que no incluye gran parte de la actividad industrial, ya que ha sido reclasificada como actividad discontinuada tras su venta a la francesa Vinci.
Los activos que no se incluyeron en la transacción, principalmente activos de energía en funcionamiento o construcción, generaron unas ventas y un Ebitda de 35 y 11 millones de euros, respectivamente.
América del Norte representa un 60% del total de las ventas, Australia un 20%, Europa un 17%, Asia un 2% y América del Sur el restante 1%. Por países, solo Estados Unidos (54%), Australia, España (11%), Canadá y Alemania contribuyen con un 94% del total de las ventas.
INCREMENTA LA DEUDA
En el plano financiero, la compañía presentaba a cierre del primer trimestre un saldo de deuda neta de 3.691 millones de euros, 1.317 millones de euros mayor que hace un año como consecuencia de la reducción del saldo de ‘factoring’ en los últimos doce meses por valor de 835 millones de euros y la reclasificación de la caja del negocio industrial (662 millones de euros) como actividad interrumpida tras el acuerdo con Vinci.
Para el conjunto del año, dada la rápida recuperación que muestra el tráfico una vez se levantan las restricciones, la compañía espera que la aportación de Abertis vaya mejorando a lo largo del año, lo que impulsaría el beneficio neto del grupo un 30% respecto a 2020. Aun así, un potencial beneficio de 750 millones todavía se situaría un 22% por debajo del resultado anterior a la pandemia