jueves, 12 diciembre 2024

Deutsche Bank, el último mohicano de la gran banca extranjera en España

La banca se está convirtiendo en un negocio con muchos competidores y en el cada vez es más complicado alcanzar una rentabilidad que sea del gusto de los inversores. Este ejercicio es complicado para las entidades “nacionales” y una tarea muy difícil para la banca extranjera “tradicional”. La covid ha desatado un tormenta que aún no amaina, pero Deutsche Bank, el último mohicano de las entidades extranjeros “de siempre” que operan en territorio español, está dispuesto a plantar batalla y resistir.

El Deustche es el último de los grandes de la banca extranjera presente que cuenta con una red de oficinas y sigue apostando por España. Por diferentes cuestiones, grandes de la banca mundial como Barclays y Citibank entregaron la cuchara en España y dieron por finiquitada su actividad bancaria en 2014 y 2019 respectivamente. Barclays vendió el 100% de su negocio a CaixaBank y la baja de la licencia bancaria de la filial de Citibank en España fue efectiva el 28 de enero de 2018, si bien en 2014 ya había vendido su negocio de particulares a Banco Popular. Por ahora, Deutsche Bank resiste en España, aunque donde no aguantó fue en el vecino Portugal, donde en 2018 Abanca adquirió el negocio de banca minorista y privada de Deutsche Bank.

MANOS A LA OBRA

Deutsche Bank es un claro ejemplo de la batalla de las grandes entidades extranjeras con larga trayectoria en España que tratan de resistir la marea. Como tantos, primero sorteó la crisis derivada de las subprime –y  la crisis económica española- y ahora le toca lidiar con la covid-19 y sus efectos: los que causó, causa y causará la pandemia.

En este sentido, el banco se ha puesto manos a la obra para seguir navegando en medio de la corriente y va a hacer un ajuste en oficinas y plantilla, pero a la par tiene previsto reforzar transformación tecnológica con la contratación de más de medio centenar de profesionales de tecnologías de la información (TI). Este plan sobre tecnología se hizo público el 15 de marzo, unas semanas antes de que la entidad hiciera públicos los resultados del  ejercicio 2020, algo que sucedió el pasado 4 mayo.  Ese día el banco de origen alemán registró en España pérdidas de 4,78 millones de euros en 2020, frente a las ganancias de 20,48 millones que obtuvo en 2019.

Antes de que se conocieran los resultados, Deutsche Bank, que al cierre de 2020 contaba con una red comercial de 168 oficinas y más de 2.000 profesionales que “ofrecen una atención personalizada y de calidad a nuestros clientes”, comunicó a los sindicatos un nuevo ajuste. 

El plan del banco pasa, en primer lugar, por “cerrar 12 oficinas (5 se fusionarán en oficinas cercanas)” y también “se producirá una salida de empleados que no alcanzará las 30 personas entre prejubilaciones y despidos”, señala la sección sindical de CC OO en el banco en una nota en la que concreta que “las oficinas que se cerrarán son Albacete, Cuenca, Las Arenas, Jaén, Gandía, Lugo y Zamora”, mientras que las sucursales que cerrarán y se fusionarán son Indautxu (en Bilbao), Paseo  de Palma (en Palma), Miguel Ángel y Génova (en Madrid) y Gran Vía (en Rambla Catalunya).

Las centrales, que han solicitado a la entidad que intente reubicar al máximo número de empleados antes de recurrir a una salida traumática, estiman que esta reestructuración -en los últimos tres años han bajado a 55 sucursales- no va a frenarse hasta finales de 2022.

PLAN APROBADO EN NOVIEMBRE

Los cierres anunciados por el banco no se han improvisado. Según revela el informe financiero del segundo semestre de 2020 consultado por la agencia de prensa «Europa Press», este plan de reestructuración fue aprobado por los administradores del banco el pasado mes de noviembre, se enmarca en el proceso de transformación de la entidad para enfocarse en los segmentos estratégicos y contempla, entre otras cuestiones, «el cierre de oficinas y una reducción del número de empleados.

El coste estimado del plan de reestructuración, que se ejecutará en 2021, asciende a 30 millones de euros, de los que al cierre del ejercicio se habían satisfecho 12,49 millones, según reflejan las cuentas anuales.

En 2019 el banco anunció el cierre de 12 sucursales y la salida de 49 empleados entre prejubilaciones y despidos, unos cierres que se unieron a las 40 oficinas a las que bajaron la persiana en 2018.

Estos cierres y agrupaciones forman parte de una visión muy extendida en el sector financiero, que apuestan por menos oficinas pero más grandes y donde el cliente reciba asesoramiento y apueste por las fórmulas más rentables para la entidad.  “Clientes  vinculados y rentables” es el mantra de los CEO.

En este sentido, la coyuntura jugará un papel fundamental  tanto para la concesión de crédito como para la morosidad, en cuanto a las entradas y las recuperaciones. La  marcha de la economía influirá en el empleo y el consumo y una buena situación puede favorecer que el banco liberen provisiones y mejoren las cuentas de la entidad.  En 2020 las provisiones de Deutsche Bank España alcanzaron los 79,6 millones de euros.

LA HISTORIA DE DEUTSCHE EN ESPAÑA

En 1889 Deutsche Bank y Bankhaus Arthur Gwinner Company. establecieron el primer antecedente de lo que es hoy el banco en España, el Banco Hispano Alemán, con el fin de financiar el alumbrado público de Madrid que había ganado en concesión el grupo alemán AEG (Allgemeine Elektricitäts Gesellschaft).

Estas tres entidades establecieron la Compañía General Madrileña de Electricidad, que posteriormente se convertiría en Unión Fenosa. Tras el éxito de esta operación, al inicio de la década de 1900 Deutsche Bank también tuvo una participación relevante en la electrificación de Sevilla.

En 1904 se establece en Barcelona el Deutsche Ueberseeische Bank (Banco Alemán Trasatlántico) y dos décadas después se abre una oficina en Sevilla (1928).

Tras la II Guerra Mundial todas las propiedades alemanas en España fueron congeladas. El gobierno español confiscó y vendió estas propiedades. En 1950 inicia actividades el Banco Comercial Trasatlántico (Bancotrans), la nueva sociedad que se hace cargo de estos activos.

Tras retomar su negocio en 1953, Deutsche Ueberseeische Bank comienza las negociaciones para volver a entrar en el capital de Bancotrans. El 1 de abril de 1961 el banco se trasladó de su sede en Plaza Cataluña en Barcelona al edificio de Diagonal. Más de una década después, Deutsche Bank consigue una participación del 25% de Bancotrans.

Tras la apertura de las barreras financieras, en 1979, Deutsche Bank, al igual que otras entidades extranjeras, abre sucursales propias en Madrid y Barcelona. En 1989, Deutsche Bank adquirió la mayoría del capital del Banco Comercial Transatlántico. Cuatro años después, en 1993, se adquiere Banco de Madrid.

Un año más tarde, las dos entidades se fusionan y se crea Deutsche Bank Sociedad Anónima Española, entidad legal con la que el banco opera hasta ahora.

Durante la primera década de los noventa, se perfila el modelo de banca universal vigente hasta hoy, destaca la entidad, apuntando que entonces dio comienzo la comercialización de productos para particulares, se crea la división de banca institucional y nacieron las áreas de db Seguros, –que se convertiría en Deutsche Zurich Pensiones– db Gestión, que más tarde sería DWS Investments, db Securities, db Vida y db Credit, especializado en créditos al consumo.

En 1999 Deutsche Bank ganó el concurso para gestionar los servicios financieros de Correos, que siete años más tarde se adoptaría el nombre de BanCorreos. En el año 2000 se crea la figura del asesor personal, clave en la calidad de servicio. Desde 2004, la consultora Stiga nombra a Deutsche Bank como mejor banco en calidad de servicio de España, reconocimiento que se consiguió en siete ocasiones.

“Durante la crisis financiera de 2007, Deutsche Bank consolida su posición de liderazgo en la banca de inversión y desde 2010 es el banco internacional líder en este segmento”, señalan desde la entidad. El último mohicano no se rinde y quiere resistir. Por ahora, tampoco aparece, al menos públicamente, nadie que muestre interés por algún tipo de operación con Deutsche Bank España, lo cual favorece que el banco resista, aunque para ellos tenga que hacer ajustes en oficinas y empleos.


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