El mítico macro proyecto más conocido como Operación Chamartín está generando los primeros desencuentros entre sus socios. Pese a los problemas con BBVA, Merlin Properties deja bien claro su pleno compromiso con este desarrollo, hasta el final de sus obras.
Durante su intervención en la junta de accionistas de Merlin Properties, el consejero delegado, Ismael Clemente, ha defendido la vocación de permanencia de la compañía en este proyecto, «desde que se levante el primer edificio hasta que concluyan las obras del último».
El objetivo de la socimi es mostrar su total compromiso con el proyecto en un momento en el que BBVA, máximo accionista de la sociedad impulsora de este desarrollo urbanístico con un 75% del capital, quiere eliminar el derecho de tanteo del resto de accionistas, que son la propia socimi, con un 14,5%, y Grupo San José, con el 10%.
LA ESTRATEGIA DE BBVA
La entidad introdujo en la convocatoria de la próxima junta de accionistas de Madrid Nuevo Norte, que se celebrará el próximo 20 de mayo según consta en el Borme, un punto en el orden del día en el que se somete a aprobación la «modificación de los artículos 6 y 9 de los estatutos sociales con la finalidad de eliminar las restricciones a la libre transmisibilidad establecidas en dichos artículos», algo que saldrá adelante, dada la mayoría de BBVA.
Esto supondría eliminar la opción de que, en caso de venta por parte de algunos de los socios de su participación en el proyecto, los otros dos pudieran tener un derecho sobre la compra. La socimi ya ha manifestado que «defenderá sus derechos donde corresponda» para frenar esta pretensión.
Como ya explicaron fuentes de BBVA a MERCA2, “el proyecto entra en una fase de mayores necesidades de inversión, por lo que tiene sentido flexibilizar la transmisibilidad de las acciones ante el eventual interés de nuevos socios que pudieran aportar diversificación en la financiación y know-how en beneficio del proyecto”.
Este movimiento por parte del socio mayoritario podría ser una estrategia para vender en un futuro sus terrenos en el proyecto de Madrid Nuevo Norte, o al menos una parte. Por un lado, fuentes del sector indican que la futura venta tendría como objetivo maximizar la rentabilidad, por encima del montante que podría ofrecerle sus socios pero, por otro lado, BBVA podría ser obligado a deshacerse de una parte de sus terrenos para minimizar su exposición al ladrillo.
Por su parte, las expectativas de la socimi apuntan a convertirse en el mayor propietario de producto prime en el distrito financiero de Madrid. Las obras podrían comenzar en 2024, con el objetivo de entregar el primer edificio terminado en 2027, fechas que anticipan en cuatro años los pronósticos realizados anteriormente.
En cuanto al coste total para Merlin Properties por su participación en Madrid Nuevo Norte, el montante asciende a los 795 millones de euros, de los que 169 millones pertenecen a la adquisición, 320 millones a suelo y la infraestructura y 306 millones a la construcción.
DIVIDENDO EXTRAORDINARIO
Por otra parte, la junta de accionistas ha aprobado, con un quórum del 77%, todas las propuestas presentadas por el consejo de administración, entre las que se encuentra el reparto de un dividendo de 0,30 euros por acción el próximo 19 de mayo, que supone un desembolso total de 141 millones de euros.
Los accionistas también han dado su visto bueno a un incentivo extraordinario para los consejeros ejecutivos por un máximo de un millón de euros a cada uno en función de los objetivos estratégicos de la sociedad, así de la evolución del valor de la acción.
En su discurso ante los accionistas, el presidente de la socimi, Javier García Carranza, ha admitido que el año 2021 será «incierto», pero que la compañía afronta la situación con un balance «robusto» y una liquidez «holgada», junto con una cartera resistente que le facilitará hacer frente al ejercicio «con tranquilidad».