Las ventas de pan y bollería registran una caída sin precedentes en España

Las ventas de productos de bollería y de pan han registrado una caída sin precedentes en el sector de hasta el 20% en 2020 por el impacto de la pandemia, según los datos económicos ofrecidos por la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería (Asemac).

En concreto, el descenso en la facturación de productos de bollería fue del 20,7%, hasta alcanzar los 419 millones de euros 2020, mientras que las ventas en panadería se recortaron un 15,7%, pasando de 848 millones de euros facturados en 2019 a los 715 millones de euros en 2020.

De esta forma, la caída de la producción de masas congeladas ha provocado un descenso de las ventas del 17,6% por parte de las empresas asociadas a Asemac, que han pasado de los 1.376 millones de euros en 2019 a los 1.134 millones de euros en 2020.

«La causa de esta caída ha sido, exclusivamente, la pandemia y las condiciones legales que se ha impuesto a la población para prevenir la expansión de los contagios: confinamiento de varios meses primero, cierre del canal Horeca después, caída del turismo a niveles de 1960, crisis del pequeño comercio alimentario por la desconfianza de la clientela a acceder a espacios cerrados», ha explicado el presidente de Asemac, Felipe Ruano.

También ha apuntado que este desplome también se debe a cambios en los hábitos de compra y de consumo, ya que los hogares han pasado de panes de corteza (normalmente entregados manualmente dentro de una bolsa) a panes directamente envasados.

«La bollería ha sufrido más aún, por su importante peso en el canal Horeca y su presencia en eventos y reuniones presenciales, donde se consume tanto en desayunos, meriendas o formatos ‘on the go'», ha precisado.

La asociación estima que las cifras del primer trimestre no mejorarán, debido al cierre intermitente de bares y restaurantes en determinadas comunidades autónomas y el lento progreso de vacunación frente al coronavirus.

«El segundo trimestre no será tan malo como el del año pasado, por supuesto, y ahí habrá un crecimiento. El resto del año tenemos que confiar en que se pueda recuperar una parte del turismo y parte de la vida normal en el último semestre. De ser así, podríamos recuperar gran parte de lo perdido en 2020 y volver a empezar bien el 2022, aunque seguramente hasta 2023 no estaremos en cifras como las del pasado 2019. La crisis económica normalmente tiene unas consecuencias más largas que la sanitaria», ha subrayado.