El año negro para las segundas residencias: los extranjeros optan por vender

El sector inmobiliario ha sido uno de los más afectados por la pandemia del covid-19, un zarpazo que ha provocado que muchos extranjeros con segundas residencias en España estén barajando la posibilidad de vender su inmueble ante la inestabilidad económica, y la incertidumbre de que se alargue aún más la prohibición de viajar. Esta situación también ha generado una brusca caída en el número de transacciones en las zonas de costa.

La combinación de sol, playa y una amplia oferta de ocio hace que los extranjeros se decanten por España como segunda residencia. Alemania, Reino Unido, Francia y Rusia son algunos de los principales mercados emisores de turistas que se afincan en nuestro país, normalmente en colonias ubicadas en zonas costeras donde conviven con sus compatriotas.

En este sentido, a la hora de elegir segunda residencia, los extranjeros se decantan principalmente por destinos de costa. Así, Alicante concentra cerca del 22% de las ventas de viviendas de segundas residencias por parte de internacionales. Pero la Comunidad Valenciana sufrió un desplome del 21% en sus ventas, que supone 19.043 transacciones menos que en 2019, según los datos del Colegio Notarial.

En concreto, el mercado inmobiliario valenciano movió el pasado año un negocio de 7.500 millones de euros frente a los 9.500 millones alcanzados un año antes. El precio medio de la vivienda en la Comunidad Valenciana supera los 100.000 euros y los inmuebles más caros están en la Marina Alta y Baixa.

Pese a este derrumbe de las ventas, los notarios auguran una rápida recuperación del mercado y aseguran que el precio medio de compra está subiendo. El informe del Colegio Notarial señala que en 2020 se vendieron en la Comunidad Valenciana 69.216 inmuebles frente a los 88.259 de 2019. Una parte importante del desplome se debe a la caída de las ventas por parte de extranjeros no residentes, que se decantan por inmuebles en la Costa Blanca.

Según los expertos inmobiliarios, la compraventa de viviendas supone un balón de oxígeno para las economías costeras. Señalan que es “como la exportación de naranjas, estas transacciones tienen un gran impacto económico”, ya que los extranjeros pagan más por la vivienda y dinamizan el mercado. 

Los expertos insisten en que esta caída generalizada de transacciones de residencias costeras ha sido coyuntural por las limitaciones, pero que el mercado inmobiliario se empieza a recuperar. 

Desde la inmobiliaria de lujo Recasens Real Estate, apuntan que las caídas han sido consecuencia de la crisis sanitaria, pero “ya hemos empezado a notar la vuelta de extranjeros, y los inversores locales aprovechan los ajustes de precios que se han producido en algunos activos”.

Según los expertos, además del covid-19, otro de los motivos del descenso en el número de transacciones por parte de extranjeros es el Brexit. Muchos ingleses que tenían su segunda residencia en la costa española han decidido vender y volver a su país de origen.

Pero no solo Alicante y Valencia se han visto afectados por esta caída en la compraventa, sino que Castellón también ha sufrido los efectos. Ni ingleses ni franceses están apostando por invertir en esta zona. De hecho, las ventas de segundas residencias a los vecinos galos cayeron un 20% con respecto a 2019, con tan solo 249 operaciones.

Los expertos lo tienen claro: el mercado está parado porque los extranjeros no pueden venir y, sin esa movilidad, las transacciones son prácticamente nulas. Esto disipa la tendencia creciente de los últimos años de un mayor interés por parte del mercado belga, el sueco o el ruso.  

POCAS VENTAS EN SEMANA SANTA

Tanto extranjeros como nacionales han reducido su interés en la compra de una segunda vivienda en zonas costeras. Actualmente, se registra poca demanda, “aunque el interés existe”.

El problema es que las restricciones a la movilidad han frenado las compras, y los expertos alertan de que el cierre perimetral durante la Semana Santa hundirá todavía más las transacciones. Hay que recordar que para las agencias de la costa, Semana Santa es una de las fechas clave del año, al igual que el puente de San José o el del 1 de mayo.

Así, desde la Asociación de Inmobiliarias de la Comunidad Valenciana (Asicval) prevén que este cierre perimetral provocará una caída superior al 60% de la facturación anual de las inmobiliarias de la costa y arruinará a muchos negocios. 

Por su parte, desde Tinsa explican que la Costa del Sol se posiciona como una opción altamente demandada por los bolsillos más pudientes de Andalucía, Madrid, Alemania e Inglaterra, que además del clima, buscan lujo y servicios consolidados. Es el motor indiscutible del mercado vacacional en España. Con una subida generalizada, desde el extremo oriental de la provincia de Málaga (la Axarquía) hasta el ‘Triángulo de oro’, que conforman Marbella, Estepona y Benahavís.

Pero en 2020 también se han registrado caídas bruscas en el número de transacciones, pero el interés se ha mantenido, ya que muchas agencias ofrecen tour virtual y otras herramientas para mostrar los inmuebles. Pese a ello, existe una demanda embalsada que opta por esperar hasta que reabran las fronteras y puedan viajar.

LA PICARESCA DE LOS PROPIETARIOS

También hay que destacar las artimañas que han desplegado muchos propietarios de segundas residencias para lograr esquivar en estos días el cierre perimetral. Según el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, Manuel Jiménez Caro, el colectivo de administradores de fincas ha recibido “decenas de peticiones falsas”. Critican que estos propietarios les solicitan escritos de petición de asistencia a juntas vecinales inexistentes o certificaciones de averías ficticias en sus casas para así justificar el desplazamiento.

Pero estos intentos de picaresca se están produciendo a lo largo y ancho del país. En Alicante, los administradores aseguran haber recibido unas 800 peticiones de certificaciones falsas.