BBVA frena el ERE a la espera de más capital, y los sindicatos temen lo peor

BBVA ha frenado su expediente de regulación de empleo (ERE) previsto para España hasta nuevo aviso. La entidad presidida por Carlos Torres mantiene la maquinaria de diseño del futuro proceso de reestructuración en ‘pausa’ a la espera de buenas nuevas. Principalmente, a que las autoridades estadounidenses den el visto bueno a la venta de su división en el país y, con ello, se desbloquee el pago. Pero podría haber más. De hecho, un acelerón digital del banco a lo largo de estos meses podría conllevar un diseño más severo, en salidas y cierres, del inicialmente previsto.

El 29 de enero fue una mañana caótica para los representantes sindicales de la entidad vasca. Ese mismo día, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, apuntaba a que el grupo ejecutaría su primer ERE a lo largo de los primeros meses del 2021. Pero dos meses después del anuncio no hay ni rastro de este, al menos, de forma oficial. Y, todavía, hay mucho menos información para los sindicatos a los cuales no se les ha trasmitido nada más allá de frases inconclusas que acaban con un «se están viendo las posibilidades».

«No sabemos nada (…) estamos exactamente igual que aquel día», explican desde CCOO, el sindicato dominante en la entidad. Aunque eso sí, alertan de que barajan «muchas posibilidades distintas» porque «puede pasar cualquier cosa». Y, en realidad, no les falta razón. Así, las estimaciones de salidas han ido en aumento desde los primeros rumores al pasar de 2.500 a 3.000 en apenas semanas. La cifra final podría estar entre ambos valores viendo la evolución del negocio de BBVA en los últimos años. Pero también podría ser más alta, más si cabe, que los dos catalizadores del proceso están más que asegurados: el dinero y las ventas digitales.

EL ELEVADO COSTE DE EJECUTAR UN ERE

Uno de los grandes contrapesos en los procesos de reestructuración de las plantillas de los bancos es su coste económico. La salida efectiva de cerca de 3.000 empleados, como se intuye en el caso de BBVA, no es ni mucho menos pequeña. De hecho, podría oscilar entre los 600 y los 1.000 millones de euros si se tiene en cuenta las cifras que se manejan en el sector. Así, el coste del ERE de Banco Sabadell para 1.800 empleados se ha cifrado en 330 millones. En 2019, Caixabank abonó cerca de 700 millones para dar salida a más de 2.000 empleados propios.

En definitiva, ejecutar este tipo de procesos no es nada barato. Además, tiene un efecto visible y es que impacta directamente en el capital de las entidades. Una partida, a su vez, que está vigilada por el regulador. Así, algunas entidades como el propio Sabadell o Ibercaja tuvieron que vender una parte importante de deuda pública que mantenían como activos para poder compensar ese golpe. Una opción por la que podría optar BBVA en la actualidad, pero que ha perdido interés a medida que el precio de los bonos se ha encarecido, funcionan a la inversa que las acciones, y el rédito obtenido sería muy pequeño.

La opción de ejecutarlo ‘a pelo’ tampoco parece que tenga sentido en este momento. El capital actual de máxima seguridad (denominado CET1 Fully Loaded) de la entidad está prácticamente en el mismo nivel que hace un año, con el 11,73%. Una cifra en línea con el resto de las entidades, como Santander o Sabadell, pero que se antoja todavía corta y a la que se debe añadir algunos impactos en el primer trimestre como la fuerte depreciación de la lira turca o el crecimiento de los activos ponderados por riesgo (por el efecto de la crisis) que ya en el cuarto trimestre supuso un impacto de 16 puntos básicos.

LA VENTA DE EE.UU REPORTARÁ A BBVA MÁS DE 8.000 M€

Pero BBVA cuenta con un comodín. Así, la venta de su filial en Estados Unidos, Compass Bank, le inyectará de golpe más de 8.000 millones de euros que elevará esa ratio de capital por encima del 14,5%. Aunque no será por mucho tiempo. Así, el desbloqueo de dicho cobró, una vez los reguladores den luz verde a la transacción en los próximos meses, debería desbloquear los siguientes hitos del banco. Empezando por el proceso de reestructuración para la plantilla en España. De hecho, el propio Genç ya señaló ante los analistas que «el uso de este exceso de capital» se haría (entre otras cosas) para acelerar «la reducción de costes».

Por último, incidió en que «el tamaño de la reestructuración» para la plantilla en España «se estaba definiendo». Una fase de estudio que comprende, principalmente, el volumen de ventas digitales del grupo en el momento en el que se ejecutan. Así, los informes acerca de este tipo de procesos muestran que por cada punto porcentual que aumentan esas transacciones online se cierran un 2,8% de las sucursales. En otras palabras, que por cada aumento porcentual en estos meses el recorte adicional será de unas 60 sucursales y 180 trabajadores.

El tiempo sigue pasando, pero en esta ocasión corre a favor de BBVA. La firma espera la llegada del ‘oro’ americano, mientras puede afilar más el recorte y puede robar clientes a sus competidores que ya están inmersos en los procesos de cierres masivos. Por ello, el proceso se alargará todavía unos meses más y su ejecución podría darse ya en el segundo semestre. Y, aun así, todo seguirá bajo el control de Genç. De hecho, ya avisó de que «la comunicación será más tarde (…) el compromiso es definir e iniciar el proceso en el primer semestre de 2021» y en ello está.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2