Los concursos de acreedores contra autónomos, o más bien los concursos iniciados por autónomos, han experimentado un notable crecimiento en los últimos meses. A pesar de la moratoria que existe actualmente, muchos profesionales ya no aguantan más y deciden poner en marcha este proceso para liquidar sus deudas.
Es una situación que no se había visto antes en España, porque los autónomos recurren más bien poco al concurso de acreedores y al procedimiento de segunda oportunidad. Y no lo hacen más a menudo porque estos procedimientos también tienen un coste que, en muchos casos, no pueden asumir. Sin embargo, muchos profesionales están en una situación tan delicada que ven en este procedimiento su única oportunidad de poder dejar atrás las deudas.
1La liquidez empieza a ser un problema
Desde que comenzó la pandemia de Covid-19 muchos autónomos se han encontrado con que no tienen liquidez suficiente para hacer frente a sus deudas con proveedores, con Hacienda, con la Seguridad Social e incluso a las deudas que tienen contraídas con sus empleados. En muchos casos esta falta de liquidez está causada por una bajada en el nivel de facturación.
Sin embargo, hay casos todavía peores, en los que los autónomos sí han facturado lo suficiente como para poder pagar sus deudas, pero se han encontrado con clientes morosos o que están retrasando el pago mucho más de lo normal. El resultado es el mismo en una situación u otra, cuando llega el momento de pagar las deudas, no hay dinero.