Florentino Pérez vuelve a regatear la normativa contable

La Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) acaba de volver a sacar tarjeta amarilla a ACS. La empresa presidida por Florentino Pérez va a tener que cambiar el criterio contable que ha utilizado respecto a BIC Contracting (BICC), filial de la australiana Cimic. La propia ACS así lo reconoce en su informe de Estados Financieros Resumidos Consolidados a cierre de 2020.

El motivo que ha llevado a la CNMV a obligar a realizar el cambio a ACS tiene que ver con la manera de contabilizar el negocio de BICC. ACS contabiliza su negocio la firma por el método de la participación. Y lo hizo porque, según la constructora, tenía el 45% del capital a través de Cimic.

El ‘tirón de orejas’ de la CNMV se basa en el siguiente argumento: como la constructora tenía una opción de compra sobre el 55% restante (que nunca llegó a ejercitar), la CNMV estimaba oportuno que llevara a cabo una consolidación global de la misma. Y eso se traduce en una reformulación de las cuentas.

En el citado informe de estados financieros, ACS acata el criterio de la CNMV. Pero no lo comparte. Llevará a cabo los cambios pertinentes. Eso sí, ha dejado claro que esa adecuación no afectará a la deuda o al resultado de la compañía.

FLORENTINO PÉREZ REINCIDE

No es la primera vez que la CNMV da un ‘toque de atención’ al grupo constructor a los mandos de Florentino Pérez. El regulador también puso en su ‘punto de mira’ a ACS por la ingeniería financiera con la que realizó operaciones con bonos canjeables y derivados con acciones de Iberdrola, y su posterior impacto contable. También, en 1995 y 1997, el regulador pidió aclaraciones a ACS por haber contabilizado contra reservas, y no contra resultados, unas previsiones de 2.500 millones de pesetas.

Más allá de la CNMV, no han faltado acusaciones contra Florentino Pérez sobre su manera de llevar las cuentas. En 2013, Tomás Peña Barrera (accionista y ex directivo de Dragados), acusó a Florentino Pérez de fraude en la formulación de las cuentas. Y todo porque había incluido las cifras del almacén de gas submarino frente a las costas de Tarragona, llamado Castor. También le acusó de infracciones de la normativa jurídico-contable.

Dos años después, en 2015, uno de los socios del fondo Bondenholm Capital, acusó a ACS de inflar beneficios, exagerar sus ganancias y manipular las cuentas. En 2016, Morgan Stanley situó las ganancias de Cimic un 30% por encima de lo que marcaba la realidad.

Retomando el tema Cimic, en 2019, la casa de análisis de Hong Kong GMT afirmó que había inflado sus beneficios durante dos años alrededor del 100%. Todo arrancó en 2014, cuando ACS desembarcó en la firma. Hasta entonces, el flujo de caja libre, o generación de efectivo, estaban en números rojos. Fue poner Florentino Pérez pie en tierra, y esos números se volvieron verdes: unos 440 millones.

Según dijo GMT, todo se debió a un cambio contable. La compañía se enfocó a un modelo de reconocimiento de ingresos “muy agresivo”. Por este motivo, la casa de análisis apuntaba a que no sólo se podían manipular fácilmente los ingresos, sino también los costes.

Más allá de ACS, Florentino Pérez también ha recibido denuncias por su forma de actuar contablemente en el Real Madrid, club del que es presidente. Por ejemplo, en 2003, amortizó de manera anticipada, y en un solo año, el coste de las plantillas de fútbol y baloncesto. La medida no se ajustaba al Plan General de Contabilidad. Y la Asociación para la Defensa del Socio del Real Madrid denunció un adelanto de Caja Madrid y Sogecable que fue contabilizado como beneficios y no como un préstamo financiero. El hecho fue denunciado al Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas que abrió expediente sancionador a la consultora Deloitte & Touche.