FCC estudia quién acabará la obra del césped retráctil del Bernabéu

Por tierra y por aire. La reforma del Santiago Bernabéu avanza y se enfrenta a dos de los retos más grandes: la cubierta y el césped retráctil. Respecto a la cubierta, a FCC le quedan por colocar dos de las cuatro cerchas. Y, sobre el césped, la cueva que lo alojará comienza a tomar forma.

Rodio Kronsa es la empresa que está siendo fundamental para llevar a buen puerto el césped retráctil. Sus grúas ya se mueven por el espacio que antes ocupaba el verde. Dedicada a la cimentación y a todo lo que tiene que ver con las tecnologías de suelos, entre sus obras destacan cimentaciones como las que llevó a cabo para el edificio de la sede de Repsol (Madrid), el Centro Botín (Santander), el centro comercial de Ikea (Valencia), o el Centro Canalejas (Madrid).

Con sede en Madrid, y perteneciente al grupo Solentanche Bachy, está acondicionando el espacio para lo que será la cueva, de 30 metros, y bajo la grada del Paseo de la Castellana, que acogerá el césped una vez se retire. Su modus operandi es empezar desde arriba, llevando a cabo el forjado, para luego seguir excavando.

Una vez esté hecha la cueva, habrá que llevar hasta allí el manto verde que estará sobre unas planchas de unos diez metros de ancho. Y quién lo va a hacer está todavía sobre la mesa en FCC. Ahí entran en juego una serie de rieles para mover las planchas con el césped hasta la cueva. El sistema colocará las planchas unas sobre otras es un espacio que estará ventilado y refrigerado.

LOS PLAZOS DE FCC

FCC espera poder ‘entregar las llaves’ del Santiago Bernabéu entre septiembre de 2022 y enero de 2023. Un trabajo que habrá sido posible gracias a un ejército empresas: desde la ya citada Rodio Kronsa, hasta Grúas Aguilar, Transgruma, Eurogrúas 2000, Horta Coslada, Cimentalia o Mahorsa, entre otras.

Volviendo a Rodio Kronsa, y por lo que respecta al plano económico, sus ventas en 2019 fueron de 29,52 millones de euros, según Insight View. Por encima de los 23,20 millones de 2018, y de los 27,5 millones de un año antes. Su mejor resultado fue en 2009, cuando alcanzó unas ventas de 102,30 millones de euros. La crisis hizo descender su facturación, alcanzo el pico negativo en 2014, cuando sólo facturó 21,59 millones. A partir de ahí, sus ventas han ido creciendo, con algún pico que otro.

Su plantilla la conforman 189 empleados, y tuvo unas pérdidas de 2,62 millones de euros en 2019. Los números rojos han venido siendo una constante desde el año 2010. Sólo en 2011, 2013 y 2018 llegó a los números verdes. Los números rojos fueron más acusados en 2017 (pérdidas de 7 millones de euros), 2012 (-5,3 millones), y 2010 (-4,61 millones), según Insight View.