El director general de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), José López-Tafall, ha propuesto, como parte de las medidas orientadas a impulsar el despliegue de la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos, que España cuente con hasta 48.000 puntos de recarga públicos para finales de 2022, lo que supondrá multiplicar por seis los 8.545 puntos instalados en la actualidad.
López-Tafall explicó que esta cifra será necesaria para cumplir con los objetivos europeos de reducción de emisiones hasta 2030 y señaló que para finales de 2025 se debería contar con entre 110.000 y 120.000 puntos de recarga públicos y llegar a 360.000 instalaciones de este tipo para 2030, multiplicando por más de 40 la cifra actual de puntos en España.
En una entrevista, el directivo defendió que se pongan por parte del Gobierno «objetivos vinculantes» de despliegue de la infraestructura de acceso público, «calendarizado por años y potencias» en toda España, un control que podría llevarse a cabo, por ejemplo, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Nuestra propuesta es que ahora que hay fondos, pongamos el foco en objetivos cuantitativos de despliegue y también necesitamos un mecanismo de seguimiento que lo puede hacer el IDAE o quien decida el Gobierno«, aseguró el directivo, que señaló que este despliegue involucra a todas las administraciones públicas.
En esta línea, indicó que desde Anfac, que organizará el próximo 24 de marzo el ‘Foro Anfac: La Movilidad del Futuro’ con la presencia de las ministras Teresa Ribera y Reyes Maroto, está trabajando con otras asociaciones en un mapa detallado en el que se indique dónde sería necesaria la instalación de los puntos públicos de recarga y qué potencia convendría en cada uno de ellos.
Si no hay los puntos de carga que necesitamos, los objetivos no se van a poder cumplir. No será por falta de vehículos electrificados, ni por falta de esfuerzo de los fabricantes o por falta de publicidad de dichos modelos, sino porque no habrá infraestructura de recarga», explicó, al tiempo que subrayó que España está «a la cola» de Europa en este tipo de infraestructura.
En su opinión, ser «friendly» con el automóvil es analizar la agenda de acción que se necesita y priorizarla a través de políticas. «Esto es una prioridad nacional si nos creemos los objetivos de descarbonización y no corresponde a los fabricantes de automóviles ni a la cadena de valor del sector desplegar esa infraestructura», apuntó, al tiempo que señaló que si estas cifras no se alcanzan «dará igual» que se destine mucho dinero a incentivar la compra de vehículos electrificados, ya que es la principal barrera de entrada.
En este sentido, indicó que a la hora de expandir la red de recarga eléctrica en España «no vale con poner el dinero», sino que se necesitan objetivos cuantitativos, así como diferentes medidas fiscales y de tipo administrativo y un seguimiento del cumplimiento.
Como el otro requisito, además de la infraestructura de recarga, para la electrificación del parque automovilístico español, López-Tafall resaltó la necesidad de planes de impulso a la demanda como el Moves, aunque destacó la importancia de que este introduzca mejoras que eviten que los fondos no se agoten en algunas regiones.
Así, el directivo instó al Ejecutivo a que este tipo de programas tenga continuidad en el tiempo y que se asignen los fondos en función del mercado y mediante un reparto geográfico, puesto que ha habido regiones en las que no se han gastado todos los fondos adjudicados y en otras, como Madrid o Cataluña, se acabaron en semanas.
«Lo que oímos del Plan Moves III nos gusta, va en buena dirección porque parece que se va a hacer un esfuerzo económico importante, que va a estar abierto en el tiempo y tenemos mucho interés en ver si nuestra petición de que sea orientado a la demanda se traduce en la práctica y qué herramientas se utilizan», afirmó.
Respecto a la revisión que está llevando a cabo la Dirección General de Tráfico (DGT) de las etiquetas medioambientales, el directivo pidió tranquilidad, puesto que el sistema actual está funcionando bien y señaló que la previsión es que se hagan pequeñas modificaciones para catalogar las nuevas tecnologías lanzadas en los últimos tiempos.
«El sistema funciona bien y el Gobierno lo reconoce, el sistema se está consolidando y se está analizando la posibilidad de crear alguna nueva para dar cabida a las nuevas tecnologías, pero no se está planteando un cambio radical», aseguró.
Por ello, defendió consolidar el sistema actual y darle estabilidad, ante la situación en la que se encuentra el sector de atraer nuevas inversiones y nuevos vehículos electrificados a las plantas españolas y de consolidar la electrificación.
Por otro lado, el director general de Anfac explicó que, en línea con la intención de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, la asociación ha defendido que el 10% de los fondos europeos de recuperación de la crisis del coronavirus se destinen al sector del automóvil por su peso en la economía y en el empleo nacional.
Así, defendió que lo que necesita el sector es un «macroproyecto inversor», como los proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica (Perte), que asigne fondos a todas las actividades que son necesarias para que el sector de la automoción continúe en su salto hacia la descarbonización y la electrificación.
«Esto será por Perte o varios Perte, o también reforzando las líneas de apoyo tradicional de la política industrial que normalmente no han sido muy interesantes para el sector porque no había capacidad de ayuda comparable a lo que estaban haciendo otros países europeos», afirmó.
En el caso de Anfac, indicó que son los socios los que tienen que presentar los proyectos, mientras que la asociación está trabajando para que las líneas de apoyo tradicional a la industria sean más atractivas para la automoción.
López-Tafall se mostró confiado en que se impulsen más Perte vinculados con el automóvil en España, puesto que toda la cadena de valor está intentando aprovechar la oportunidad para que los fondos europeos se canalicen en el sector. «España no es el único país que está apoyando a sus industrias, por lo que tiene haber fondos en cantidad y calidad adecuados para que las inversiones se realicen en España, porque estamos compitiendo con los Perte de otros países europeos», finalizó.