CaixaBank sugiere rebajar el IVA en los pagos con tarjeta y NFC

La cantidad de cajeros en la calle por cada millón de habitantes en España supera la media europea. Mantener los cajeros cuesta dinero a los bancos. La joint-venture participada, entre otros, por CaixaBank, Visa y BNP Paribas llamada Payment Innovation Hub ha elaborado junto a la consultora española Afi un informe en el que expone las razones por las que aumentar el uso del pago con tarjeta y digital en España es beneficioso tanto para empresas como para los consumidores.

Nuestro país sigue utilizando el dinero en efectivo en mayor medida que el resto de Europa, y en ese contexto, el informe elaborado por la empresa conjunta aboga por impulsar el pago digital, y no con medidas coercitivas, sino a través de incentivos.

Payment Innovation Hub, participada por la entidad catalana CaixaBank, esgrime en su informe titulado ‘Digitalización de los medios de pago en España: desafíos y oportunidades’ que fomentar el pago con tarjeta o digital frente al efectivo ayuda a reducir la economía sumergida (18% del PIB español según el FMI), así como a ahorrar unos 10.000 millones de euros en gestión del efectivo (estimación del viceministerio de economía italiano).

El informe basa sus propuestas en decisiones tomadas ya en otros países europeos. Sobre todo, sitúa el de Italia como el mejor ejemplo de campaña de políticas públicas que repercutirá tanto en beneficios para el PIB por recaudación de impuestos como para los ciudadanos, aunque al ser medidas adoptadas en 2020 el informe reconoce no disponer aún de «datos de impacto».

De nuestro compañero del mediterráneo, destacan dos políticas impulsadas por el Gobierno italiano que favorecen el pago digital con incentivos fiscales y monetarios (el informe dedica un apartado entero a argumentar que la oferta de alicientes es mucho más eficaz que el uso de medidas prohibitivas a la hora de fomentar este cambio de hábito). En concreto, el informe recoge la puesta en marcha de una lotería nacional para pagos digitales, y lo que denominan un cashback a consumidores: reembolsos directos a la cuenta bancaria del ciudadano que compra «determinadas categorías de bienes y servicios».

Este cashback, implantado en Italia el 14 de agosto del 2020, moviliza un total de 4.750 millones de euros para repartir en reembolsos directos a los consumidores en tres ciclos de seis meses. Esto es, al final del sexto mes, se le devolvería al ciudadano un 10% de su gasto realizado a través de pago digital. El máximo a percibir es de 150 euros cada seis meses.

Esto en cuanto al «cashback normal», mientras que el «súper cashback«, una segunda modalidad de la misma propuesta, reembolsa hasta 1.500 euros cada seis meses para los 100.000 ciudadanos que más pagos con tarjeta o digitales hayan realizado en ese periodo. Aparte de estos reembolsos, y dentro de las medidas dirigidas a consumidores, la joint-venture destaca las medidas italianas de deducción de determinados gastos como médicos o reparaciones de hogar cuando son pagados de forma digital, así como aumentos de las deducciones fiscales ya existentes.

A la hora de trasladar para este fin incentivos fiscales a España (rebaja de IVA o deducciones del IRPF), el informe propone aprovechar para beneficiar a los sectores más impactados por la pandemia, aplicando estos alicientes, por ejemplo, en la compra de «bienes o servicios culturales, alimentación básica, formación, ocio, turismo y restauración».

Así, con políticas como las implantadas por el Gobierno italiano, la firma participada por CaixaBank y Visa se propone desterrar el efectivo en España, país en el que los billetes y monedas se usaron en un 83% de las veces en puntos de venta en 2019. Su utilización, eso sí, ha ido bajando progresivamente en los últimos años, tendencia que el covid ha afilado en el último periodo.

En resumen, y recogidas en el apartado final de «hoja de ruta» como «medidas propositivas inspiradas en las buenas prácticas internacionales susceptibles de adopción en España», el reporte defiende, de cara a beneficios para el ciudadano, los «incentivos fiscales a los consumidores que pagan por medios digitales: rebajas de IVA o deducciones de IRPF» y «estudiar la implementación de incentivos monetarios a los consumidores que pagan por medios digitales: Loterías y cashback».

CONCIENCIACIÓN

Con aproximadamente dos millones de POS instaladas en España, número que supera la media europea, España presenta una capacidad técnica suficiente para soportar el cambio de hábito propuesto. Sin embargo, el alto uso de efectivo en el país se debe en ocasiones a «percepciones infundadas», según señala el informe, pese a que la mayoría de encuestados (ciudadanos con cuenta bancaria y usuarios de Internet) aseguran que prefieren el pago digital por comodidad y rapidez.

Por esta razón, el estudio de Payment Innovation Hub también propone el despliegue de «campañas de formación y sensibilización a comercios y ciudadanos». Paralelamente, la joint-venture también argumenta que el pago digital debería ser un estándar en las Administraciones Públicas, para lo que defiende un «avance hacia una plataforma única de pagos» y una «unificación de los certificados digitales válidos, simplificación de su uso y habilitación multidispositivo», entre otros.

CAIXABANK VALORA LOS SUBSIDIOS PARA COMERCIOS EN ZONAS RURALES

Otras posibles medidas recogidas por el informe son las de reducir el límite legal de pago en efectivo de los 2.500 euros a los 1.000 euros (cuando una de las partes sea empresario o profesional) y el subsidio a la contratación de terminales POS (las máquinas de pago con tarjeta).

Lo que ocurre es que España, a nivel general, cuenta ya con un alto número de POS contratadas, sobre todo en las grandes ciudades, que incluso supera la media europea. Por ello, la tecnología disponible no es señalada como un impedimento sino todo lo contrario, a excepción de los entornos rurales, donde estas ayudas sí podrían ser oportunas según sugiere el dosier.

Con todo ello, la empresa compartida colaborada por CaixaBank puede tener entre manos un proyecto que, de considerarse útil su objetivo, podría brindar con su implantación positivas ventajas para los ciudadanos de adoptarse sus posibilidades más optimistas. «Teniendo en cuenta el recorrido de España y el de otros países europeos, se concluye que las medidas más adecuadas no deben estar enfocadas a la limitación del uso del dinero en efectivo, sino a incentivar y motivar la adopción y uso de medios de pago digitales alternativos al efectivo», indican desde el Payment Innovation Hub.