El Banco de España considera que los riesgos para el sector financiero en Turquía se mantienen contenidos y que, en general, se mantuvo saneado durante 2020, según se desprende de la Nota Económica ‘Situación macrofinanciera en Turquía’ elaborado por el organismo.
Turquía es identificado como un país «sistémico y materialmente significativo» desde el punto de vista de la estabilidad financiera desde 2016 debido a la proporción en la exposición internacional del sistema bancario español.
Esta relevancia proviene de la participación que el grupo BBVA tiene del banco turco Garanti, que asciende al 49,85% de su capital. Se trata del segundo mayor banco privado turco y el quinto banco del país si se incluyen también los públicos.
Durante 2020, los activos de Garanti contabilizaban el 8,1% del total de los activos del grupo BBVA, y su contribución al beneficio neto, por 563 millones de euros, supone un 14,3% del beneficio obtenido por el total de las áreas de negocio del grupo, excluido el centro corporativo.
En esta última entrega de su Nota Informativa sobre la situación del sector en Turquía, el Banco de España explica que el crédito a hogares y a empresas no financieras se aceleró notablemente en 2020, apoyado tanto en el fuerte recorte de tipos de interés como en medidas y regulaciones temporales de la agencia de supervisión y regulación bancaria, que ya se han revertido en buena medida.
No obstante, señala que, aunque el crédito concedido por los bancos tanto públicos como privados creció de forma notable, el de los primeros lo hizo en mucha mayor magnitud, en gran medida, mediante créditos concesionales o a tipos de interés reducidos.
En relación con los préstamos de dudoso cobro, su evolución ha sido contenida, gracias a medidas como la reestructuración de los préstamos, el aplazamiento del pago de los plazos en 2020 y la ampliación de los períodos de clasificación. En cualquier caso, afirma que la calidad global de los activos se ha deteriorado debido al incremento de su riesgo.
El Banco de España considera que el vencimiento de las medidas temporales introducidas en 2020 –algunas se han prorrogado hasta mediados de 2021– podría llevar a un cierto repunte de los dudosos en los próximos meses, si bien confía en que la reactivación de la economía operará en sentido contrario.
Por otro lado, el endurecimiento de las condiciones de financiación que comenzó a finales de 2020 ha empezado a ejercer un efecto moderador sobre el crecimiento del crédito, lo que se espera que se mantenga a lo largo de 2021.