«En tiempos de mierda, papel de mierda»: el ingenio de un catalán para abrir mercado

Jordi Torrent es un experimentado empresario del papel artesanal, dueño de Sastres Paperers y fiel a las tradiciones, especialmente a las costumbres más arraigadas de la Comunidad: la escatología, el trabajo del burro y el ahorro. El también vecino de Banyolas (Girona) ha unido estas tres costumbres catalanas en una sola pieza de artesanía.

Su negocio consiste en transformar estiércol con alto contenido en fibra de celulosa en papel. «En tiempos de mierda, papel de mierda«, afirma sonriente Torrent cuando MERCA2 le pregunta sobre el inicio de esta nueva estrategia. “Este papel no es un soporte para la comunicación, sino que el producto en sí mismo ya que transmite el mensaje”, enfatiza.

La idea «viene de lejos», continúa serio el empresario con 35 años de experiencia. Hace años «nos hablaron que en algunas partes del mundo se elaboraba papel con excrementos de elefante«, pero aparcó la idea por falta de tiempo para llevar a cabo su investigación. Con los estragos de la pandemia, se puso manos a la obra para buscar un animal cuyos excrementos facilitaran esta labor.

Para rentabilizar el estiércol y transformarlo en dinero hay que elegir la «mierda de burro» en su procesado exacto. Conocer la alimentación de los animales es fundamental, pero Torrent ha llegado a identificar incluso hasta el color para obtener una cosecha de mierda seca de calidad. «Debe ser de color marrón oscuro, con brillos de paja», ha asegurado.

LA AYUDA DE LOS BOSCH DE BANYOLAS

El empresario del sector papelero artesanal de Cataluña ha convertido el estiércol de burro en una de sus principales materias primas para obtener celulosa, con una capacidad de producción de entre 400 y 500 folios tamaño A-4 y distintos gramajes.

El producto final es de alta calidad y se elaboraba en gran medida con la deposición de los burros de raza asinina catalana, en peligro de extinción. «La primera producción está prácticamente agotada. Ahora pondremos a los burros…”, ha dicho entre risas.

Torrent investigó incansable durante el pasado año, entonces su producción cayó junto a los habituales turnos de ocho horas, que ha vuelto a recuperar. En vez de lamentarse, se fue «a buscar el estiércol de los burros y de ahí salió el tema«, ha explicado.

La elección del animal es por su tradición catalana, pero la raza tampoco se deja al azar. Torrent ha contado con la ayuda inestimable de la familia Bosch, afincada también en este municipio. Los Bosch son conocidos por ser los mayores tenedores de esta raza en toda España, de la que apenas quedan 527 ejemplares sólo en Cataluña, según datos oficiales a cierre de 2020. La mecanización del campo y la exportación masiva a EEUU, México y otras regiones del mundo durante la época del cine Western esquilmó la población de estos asnos.

EL ESTIÉRCOL DEL BURRO CATALÁN, IDÓNEO

«Los asnos catalanes dan buenas fibras papeleras, pero dudo mucho que a partir de ahora se haga papel con estiércol», ha considerado. Y es que, “con casi cualquier planta se puede hacer papel, aunque se conocen ya las mejores variedades para su producción y fabricación”, ha comentado.

El trabajo ahora está controlado, incluso con los mismos horarios de antes del confinamiento. Torrent acude con su furgoneta a la montaña cada cierto tiempo, a recoger las cagadas de los equinos de los Bosch, las deposita a la intemperie hasta tenerlas secas y después se depuran, para eliminar ramas de árboles y piedras que se hayan podido mezclar en el estiércol.

Una vez obtenidas las fibras secas y limpias se les hace el mismo tratamiento que a su papel artesanal. Esta fibra pasa al molino, mediante la piedra holandesa. Es decir, por un lado muele y por el otro corta la fibra. Esta pulpa se trabaja después con el tamiz para poder hacer después el papel. Desde que recoge la mierda hasta que puede entregar el producto acabado pasan de dos a tres días.

INVESTIGACIÓN EN EL ESTIÉRCOL

Para obtener un papel de excelente calidad, el empresario ha llevado a cabo un meticuloso proceso, pero opina que se podría realizar con otras variedades de animales, aunque indica que «solo valen herbívoros». «No nos serviría cualquier animal distinto», ha señalado Torrent.

La alimentación de los burros catalanes, como la de los herbívoros no es la más óptima debido a la falta de plantas con contenido de celulosa. “La fibra de vaca no es la idónea”, ha indicado. “Hay muchos tipos y muchas fibras, hay que identificar el uso que se le va a dar”, ha señalado. «Para aprovechar la fibra existente del ganado habría que mezclarla con fibra de mayor calidad, como ocurre con el papel reciclado, al que siempre se le añade una proporción de fibra virgen y nueva para tener un producto de alta calidad”, ha explicado. En caso contrario, si no se añadiera, el papel se degradaría y se perdería con el transcurso del tiempo. Además, ha indicado que la fibra del estiércol es un ahorro de costes.

“A nivel industrial, habría que ver hasta qué punto es rentable y factible esta idea”, ha apuntado. «Hay que explorarlo. Tenemos el concepto de que incluso la mierda se puede aprovechar con imaginación e investigación», ha asegurado.

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es