El covid-19 hizo un agujero extra a IAG, la matriz que contiene a la española Iberia. Así, la aerolínea se vio obligada a registrar un agujero de 856 millones de euros por el deterioro de valor de su flota, según reflejan las cuentas anuales de la compañía remitidas a la CNMV. La cifra supone hasta un 40% más que hace un año. Un coste extra que se debe, principalmente, a que la pandemia obligó a la compañía a «retirar anticipadamente» casi un centenar de prototipos entre los que se encontraban el icónico Boeing 747.
Así, la aerolínea adelantó su adiós al histórico aeroplano, tras deshacerse en 2020 de los últimos 32 prototipos que mantenía en su flota. En principio, IAG tenía previsto reemplazar definitivamente sus Boeing 747 en 2024. La premisa inicial era ir sustituyéndoles a medida que llegaban los nuevos prototipos de Airbus (A350, A320neos y A321neos), dado que son hasta un 40% más eficientes en gasto de combustible que los modelos más antiguos.
Pero la pandemia trastocó esos planes. Durante 2020, un número considerable de aviones fueron parados y estacionados temporalmente y las operaciones reducidas se centraron en volar con los aviones de última generación más eficientes en el consumo de combustible, cuando fuese posible. El Grupo también decidió acelerar la retirada de su flota de largo radio con cuatro motores más antigua», explica la compañía acerca del adiós del icónico prototipo.
IAG REGISTRÓ DETERIOROS EN SU FLOTA POR 856 M€
El uso de modelos más eficientes no solo supuso el adiós obligado de los Boeing 747, sino que también supuso el final de la historia para otro modelo clásico de Airbus, el A340. En concreto, IAG señala que en 2020 también se deshizo de los 15 prototipos que empleaba, de los cuales nueve de ellos los mantenía en propiedad, mientras que otros seis eran arrendados. Además, también prácticamente ha finiquitado el uso de los Embraer E170 al desprenderse de cuatro de los seis que tenía en sus hangares.
A la lista, se añaden 23 Airbus A320, cuatro Airbus A330-200, dos Airbus A318, un Airbus A321, un Airbus A319 y dos aeronaves Boeing 777-200. En total, el consorcio británico español tuvo que desprenderse de 84 aeronaves a lo largo del 2020, lo que explica el agujero de 856 millones registrado por deterioro de valor. Un roto que se divide entre 676 millones por aviones en propiedad, como los Boeing 747, y 161 millones por las aeronaves en arrendamiento, como los nueve A340. Además, el grupo reconoció otro deterioro por existencias «adicional» de 71 millones de euros y un cargo relacionado con provisiones por contratos de arrendamientos de 37 millones.
En definitiva, el roto provocado por la falta de demanda fue enorme para el consorcio. Aunque podía haber sido peor. Así, IAG mantenía a finales de año hasta 241 aeronaves, de los 533 aviones «en servicio» que todavía mantiene, estaban paradas. Una cifra que se añade a otros 71 aviones que están a la espera de enajenación o devolución a las empresas de arrendamiento. Algunos de ellos ligados a la crisis de los Boeing 737 Max que todavía se encuentran limitados para volar.
EL BOEING 747, UNO DE LOS PRIMEROS AVIONES COMERCIALES
El icónico prototipo cumplió recientemente los 51 años, desde que realizase su primer vuelo. La historia del Boeing 747 está intrínsecamente ligado al de la aviación tal y como la conocemos. Y, como ocurre casi siempre, fue cuestión del azar. Así, el 747 nació a partir de reducciones en las tarifas aéreas, un aumento en el tráfico de pasajeros y unos cielos cada vez más abarrotados. Tras la pérdida del contrato por un gigantesco transporte militar, el C-5A, Boeing se propuso desarrollar un gran avión comercial avanzado para aprovechar la tecnología de los motores desarrollados para el C-5A.
La filosofía de diseño detrás del 747 fue desarrollar un avión completamente nuevo. El toque especial fue el de situar la cabina encima del fuselaje principal. Una idea revolucionaria que se convertiría, tiempo después, en la seña de identidad de los aviones comerciales. Para julio de 1970, se estima que un millón de pasajeros ya habían volado en el 747. Incluso, se popularizó la idea de que dicho prototipo estaba reduciendo el tamaño del mundo.
Su influencia no cesó con el paso del tiempo ni con los nuevos prototipos, hasta que las nuevas generaciones de aviones del Siglo XXI han ido desplazando su uso. Pero el hecho de que haya tardado 50 años en ser sustituido da una buena idea de lo que supuso este gigante en la transformación del mundo tal y como lo conocemos.