Haas ha presentado este jueves los colores de su nuevo monoplaza, aunque el coche que rodará en 2021 no verá la luz hasta los test de Bahréin. «El VF-21 hará su debut físico el viernes 12 de marzo. Mazepin y Schumacher estarán disponibles para presentar el coche a las 08:30, hora local, fuera del garaje del Uralkali Haas F1 Team», ha comunicado la escudería. En el acto, habitual en estas fechas para todos los equipos, también se han desvelado los patrocinadores. La petroquímica Uralkali ejercerá de ‘title sponsor’: será parte del nombre de Haas y además ejercerá de patrocinador principal.
El acuerdo no sorprende demasiado. La empresa rusa, una de las mayores productoras y exportadoras de fertilizantes del mundo, es propiedad de Dimitry Arkadievich Mezepin, el padre de uno de los pilotos que ha desembarcado en Haas sin los méritos que acostumbran a ser necesarios. Las cifras del acuerdo no han trascendido, aunque el vínculo es por cuatro años. Una inyección económica que a la vista de los escasos patrocinadores que se vislumbran en el monoplaza le ha venido de lujo a Haas. Ni Jack&Jones, ni Windshear, casi todos los espacios son ya propiedad de Uralkali.
La situación en la F1 es complicada. La pandemia también ha afectado a las marcas y aunque muchos salarios se han reducido y se ha fijado un tope salarial para los equipos, mantenerse en el ‘gran circo’ es una tarea cada vez más compleja. De ahí que Haas, que tiene como objetivo volver a puntuar en algunas carreras, haya cedido al ‘chantaje’ de Uralkali para permanecer en la competición. La realidad es que en los detalles está la diferencia y a la vista de todo el mundo han quedado las vergüenzas de Haas.
HAAS SE ‘SALTA’ LAS REGLAS
A finales del pasado año saltó la polémica cuando se difundió en las redes sociales un vídeo en el que por aquel entonces recién anunciado piloto de Haas, Nikita Mazepin, tocaba los pechos de una mujer sin que esta aparentemente le diera su consentimiento. A pesar de que la otra protagonista del vídeo, Andrea D’Ival, explicó en su Instagram que han sido “buenos amigos durante mucho tiempo” y que “nada de ese vídeo era serio en absoluto”, Mazepin ha entonado este jueves el ‘mea culpa’. Sin embargo, en su momento Haas no se planteó echarle por su actitud. Los motivos, ahora, tras el acuerdo de la escudería con Uralkali, se entienden mejor.
Si los sponsors han generado polémica, también los colores. La ‘no presentación’ de Haas ha sido todo polémica. El equipo estadounidense, con sede en carolina del Norte, ha presentado un monoplaza plagado de banderas rusas. Está claro que es una de las exigencias de Uralkali, que podrían ser lógicas si no existiera una prohibición por parte del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Después del dopaje promovido por Rusia, se ha prohibido a los profesionales competir bajo la licencia de su país. Mazepin no será ruso sino ‘neutral’ y en caso de obtener una victoria (algo improbable) no podría escuchar su himno ni lucir la bandera.
La normativa del TAS, no obstante, no dice nada sobre decorados en equipaciones u otros elementos, por lo que de alguna forma Haas no será sancionado, aunque a la vista está que ha tomado todas las decisiones en vista a las exigencias de la petroquímica Uralkali, la cual permitirá sobrevivir en la F1 a un equipo cuyos beneficios habían sido mínimos la última temporada.
EL EQUIPO CELEBRA EL ACUERDO
Gene Haas, presidente de la escudería, se ha mostrado “contento” de dar la bienvenida a Uralkali como socio principal. Palabras que ha refrendado el propio Guenther Steiner, director deportivo de Haas. Eso sí, ambos han querido restarse presión y han definido el 2021 como un “año de aprendizaje” por contar con dos novatos en la Fórmula 1. Las miras, como las de casi todas las escuderías, están fijadas en el próximo curso, donde entrará en juego el cambio de normativa y se abrirá un abanico de posibilidades para el resto de equipos que ansía el fin de la hegemonía de Mercedes. Eso sí, sus aspiraciones para esta temporada dependen de la evolución del motor Ferrari, que el pasado año fue uno de los culpables de su mal rendimiento sobre la pista.