Desde hace un año las ayudas para autónomos se han convertido en un auténtico salvavidas para muchos profesionales que, hasta que comenzó la pandemia, estaban al frente de negocios rentables. Tras encadenar cierres y todo tipo de limitaciones de aforo y de horarios, el número de trabajadores por cuenta propia que depende de las ayudas públicas se ha disparado.
Desde el Gobierno central se han adoptado ayudas como la prestación extraordinaria por cese de actividad y los avales públicos para los créditos ICO. Sin embargo, muchos creen que esto no es suficiente y que los autónomos necesitan ayudas públicas de carácter directo. No en vano, tanto Ayuntamientos como Comunidades Autónomas se han puesto ya a trabajar para intentar ayudar directas a los profesionales.
La Comunidad Valenciana y Cataluña están entre las que han tendido su mano a los autónomos. Pero la gestión no está siendo tan sencilla como cabría pensar en un primer momento. El número de demandas de prestaciones y ayudas ha sido tan alto, que las Administraciones Públicas se han visto desbordadas.
Las peticiones de ayudas para autónomos ya causaron problemas en la segunda ola
Entre los meses de octubre y noviembre de 2020 se produjo la segunda ola de la Covid-19. Obligando a las Comunidades Autónomas a tomar medidas para reducir el número de contagios. Se optó entonces por cerrar negocios como la hostelería y restringir horarios, lo que dejó a muchos autónomos con un nivel de facturación muy bajo e incluso sin poder trabajar.
Cataluña está siendo una de las regiones más afectadas por el virus, y lleva meses con fuertes restricciones. A fin de aliviar un poco la situación, la Generalitat decidió poner en marcha en noviembre de 2020 un plan de ayudas rápidas para autónomos. En él ofrecía 2.000 euros a los primeros 10.000 solicitantes que cumplieran con los requisitos de no haber superado los 13.125 euros de rendimientos en los últimos tres meses y que su última declaración de IRPF no superara los 35.000 euros.
Aunque la idea podía ser buena, en pocas horas el sistema colapsó ante la gran avalancha de peticiones que se recibieron. Lo que privó de la posibilidad de obtener las ayudas a muchos profesionales que sí cumplían los requisitos.
El colapso fue debido a que en pocas horas las ayudas para autónomos fueron solicitadas por miles de personas. La plataforma no fue capaz de aguanta tanto tráfico y se cayó.
Si esto pasó en noviembre, ahora la cosa no ha mejorado mucho. Porque el número de autónomos en problemas ha crecido todavía más, por lo que cada vez que se anuncian ayudas públicas se disparan las peticiones.
Problemas con las ayudas para autónomos en la Comunidad Valenciana
El pasado 4 de febrero fue el primer día para poder solicitar las ayudas incardinadas dentro del Plan Resistir. La línea de ayudas para autónomos puesta en marcha por la Comunidad Valenciana ha sido dotada con 80 millones de euros, pudiendo acceder cada autónomo de los sectores de la hostelería, el ocio o el comercio a una ayuda directa de 600 euros, otros 600 euros por cada trabajador a tiempo completo que tenga contratado y 300 euros por cada empleado a tiempo parcial. Todo ello con un límite máximo de 12.000 euros por negocio o autónomo.
En este caso las ayudas no se conceden por orden de petición, sino que se espera poder ayudar a unos 180.000 profesionales. Aún así, durante el primer día que se admitían solicitudes se presentaron 47.200 a través de la web de la Generalitat.
Esto hizo que la página colapsara y que estuviera caída durante dos horas. Después volvió a estar activa, pero muchos de los problemas se mantuvieron durante todo el día, dificultando a los interesados formalizar su petición.
¿Por qué esta ocurriendo esto?
La verdadera causa de los problemas de tramitación de las ayudas para autónomos autonómicas es que hay tantos negocios pasándolo mal que cada vez que se anuncian prestaciones de algún tipo las solicitudes de ayuda se disparan.
Madrid, Castilla-La Mancha y otras Comunidades Autónomas también han ofrecido ayudas directas a sus profesionales, pero todo parece ser insuficiente. Hay miles de pequeños negocios al borde de la quiebra, y al frente de ellos están autónomos que llevan casi un año gastando incluso sus ahorros personales para no tener que cerrar.
En un país en el que el turismo es el principal motor económico, todas las actividades relacionadas directa o indirectamente con el mismo se están viendo gravemente afectadas. Si a ello le sumamos que en la mayoría de las regiones se han establecido restricciones de aforo en los locales públicos y se ha limitado el horario de apertura, el resultado es que el nivel de facturación ha bajado muchísimo.
Con unos ingresos mucho menores y unos gastos fijos que siguen ahí (alquiler de local, suministros, tasas, devolución de préstamos, etc.), no es de extrañar que cada vez que una Administración anuncia que dará ayudas a los autónomos estos las soliciten por miles y en las primeras horas, porque nadie quiere quedarse sin un dinero que ahora mismo puede ser crucial de cara a la supervivencia del negocio.
Los autónomos siguen reclamando ayudas directas al Gobierno central
Ayuntamientos y Comunidades Autónomas están intentando hacer lo que pueden para ayudar a sus autónomos, pero sus presupuestos son limitados. Por eso, las principales asociaciones que representan a los trabajadores por cuenta propia llevan meses reclamando que las ayudas directas provengan del Gobierno central, que dispone de más recursos económicos.
Aunque en diciembre de 2020 se aprobó un plan de rescate para los sectores del comercio, la hostelería y el comercio, los profesionales de estos ámbitos destacan que las medidas adoptadas han sido insuficientes.
Muchos tienen la esperanza de que parte de los tan ansiados fondos europeos que van a llegar se acaben transformando en ayudas para autónomos que se entreguen de forma directa. Con unos requisitos sencillos que permitan el acceso al mayor número posible de profesionales, pero este es un tema sobre el que el Gobierno todavía no se ha pronunciado.
Lo que parece claro es que, si finalmente se aprueban ayudas directas gestionadas por la Administración Central, seguramente el nivel de solicitudes sea tan grande que se vuelvan a producir nuevos colapsos.