BBVA perfila a marchas forzadas un ERE para su negocio en España. Una reestructuración de la que todavía no hay datos oficiales, ni se han comunicado a los sindicatos, pero que se sostiene sobre unos pilares principales que sí son conocidos. Así, el fuerte crecimiento de los clientes y las ventas digitales, en especial a lo largo de este 2020, ha permitido a la entidad bilbaína «profundizar» en el ajuste. Las cifras avanzadas señalan unas 3.000 salidas, aunque podrían reducirse hasta las 2.700, ejecutadas de forma «rápida» y concentradas en la red comercial y el Centro Corporativo.
La primera clave es, obviamente, el número de salidas que ejecutará el banco. Una cifra que baila alrededor de las 3.000, según la publicación. Aunque, de momento, no existe una cifra oficial. De hecho, los propios sindicatos se quejan de la falta de información por parte del BBVA hasta el punto de que señalan que «no se les ha comunicado nada». Aun así, el número de despidos cuadra con la nueva estructura de costes, tanto en personal como en oficinas, que exige la evolución de su negocio tras el acelerón del canal digital producido por el covid-19.
Así, existe una clara correlación, en este caso negativa, entre la evolución del canal digital y los ajustes de plantilla y oficinas. En concreto, un reciente estudio interno de JP Morgan señala que las cifras históricas del sector apuntan a que por cada punto porcentual que suben las ventas digitales -que es el porcentaje de productos vendidos a través de dicho canal sobre el total de ventas- se cierran un 2,8% de las sucursales. A su vez, el estudio destaca que cada cierre implica la salida de tres trabajadores. Un recorte que no siempre se logra hacer de manera progresiva.
EL AJUSTE DE BBVA IMPLICA UN MÍNIMO DE 2.700 SALIDAS
Los datos anteriores se pueden aplicar a cualquier entidad. Así, las ventas digitales de BBVA han pasado del 50%, más o menos, que marcaba en 2018 al entorno del 65% con el que cerró 2020, lo que supone unos 15 puntos porcentuales. Una cifra que le permitiría a la entidad poder reducir el número de oficinas algo más de un 40% en ese periodo, lo que suponen unas 1.200 respecto de las 2.840 que tenía entonces, según los cálculos de JP Morgan.
Pero la firma vasca se ha quedado muy rezagado respecto a dicho recorte. De hecho, en ese periodo apenas ha cerrado unas 360 oficinas, en diciembre de 2020 todavía mantenía unas 2.480 abiertas, por lo que el ajuste necesario implicaría el cierre extra de entre 800 y 900 sucursales. Las cifras anteriores suponen, a su vez, que las salidas como mínimo serán de 2.500 trabajadores, aunque previsiblemente deberían ser más. La razón es que se ajustarán al alza, ya que el propio consejero delegado, Onur Genç, advirtió de que la aceleración de las tendencias digitales dan «espacio para profundizar en los ajustes de la estructura de costes en las geografías de bajo crecimiento [España]». Además, las ventas digitales volverán a crecer en el primer trimestre de 2020.
A este respecto, la firma de inversión norteamericana apuntilla en su informe que «dado que BBVA ha experimentado el mayor aumento en la cuota de clientes digitales creemos que tiene el mayor potencial para recortar los costes». Por todo ello, se puede entender que la entidad quiera empezar la negociación con los sindicatos desde unos máximos de 3.000 empleados, aunque realmente necesite menos, de cara a tener margen para cerrar rápidamente el acuerdo. De hecho, la velocidad de ejecución es otra de las claves que maneja la entidad.
EL CENTRO CORPORATIVO Y LA PLANTILLA DE RED ACAPARARÁN LAS SALIDAS
La necesidad de ejecutar lo más rápido posible el movimiento lo pusieron de relieve la propia cúpula directiva ante los analistas durante la presentación de resultados. Así, el director financiero de BBVA, Jaime Sáenz de Tejada, se comprometió durante a que se trataría «de un programa de reestructuración rápida (…) que anunciaremos y empezaremos a ejecutar en el primer semestre». Unos plazos que el propio Genç utilizó en alguna ocasión más para recalcar los tiempos que maneja el banco. De hecho, las últimas informaciones señalan que el plan final se entregará a los sindicatos en pocas semanas.
Durante dicha conferencia, el CEO de BBVA también dejó constancia sobre el grupo en el que recaería una parte de las salidas: el Centro Corporativo. Así, Genç señaló que entre las alternativas que se estaban evaluando «destacaba, especialmente, España y el centro corporativo». Una unidad que contiene a cerca de 6.000 trabajadores repartidos, en su mayoría, por la geografía española, principalmente, en Madrid, pero que también tiene delegaciones en grandes ciudades como Bilbao y Barcelona. Aunque, evidentemente, el grueso de los despidos se concentrarán en la extensa red de trabajadores en sucursales que tiene el banco.
En definitiva, en los próximos días BBVA presentará su plan a los sindicatos para reducir de forma notable tanto el número de trabajadores como de oficinas. Un movimiento obligado tanto por la evolución de su canal digital, que presenta el mayor crecimiento del sector en España, como por los ajustes anunciados por el resto de los competidores. Aunque previsiblemente no será el único que haga, dado que la entidad es la firma más digital del país y en el horizonte todavía resuenan los tambores de una fusión.