Con las tarifas aeroportuarias congeladas a partir de marzo de 2021, con su actividad todavía muy condicionada por el Covid-19 a nivel operativo, sin signos de recuperación del tráfico a corto plazo y sin horizonte temporal de su inicio, Aena debe afrontar la fase decisiva que marcará de forma determinante sus ingresos para 2022 y, en gran medida, hasta 2026.
En 2021, las tasas que Aena cobra a las aerolíneas por usar determinados servicios se congelan a causa de la situación excepcional producida por la pandemia durante 2020 y cuyos efectos previsiblemente continuarán afectando al tráfico aéreo, al menos hasta 2022. En este contexto, la CNMC, organismo encargado de supervisar y controlar que las tarifas aeroportuarias se actualizan cada ejercicio, ha decidido establecer el nivel tarifario del ejercicio anterior.
De esta forma, el ingreso máximo anual ajustado que debe aplicarse a las tarifas de 2021 es de 10,27 euros por pasajero, lo que supone congelar las tarifas de 2020 y, por tanto, una variación del 0%.
Pero, apenas se acaba de ratificar la congelación de las tasas aeroportuarias para 2021 por el regulador, Aena se encuentra inmersa en pleno proceso de decisiones a futuro, sin nuevos elementos de valoración, ni una mayor visibilidad sobre el comportamiento del sector turístico, ni del tráfico aéreo, a un año vista.
El Documento de Regulación Aeroportuaria 2017-2021 (DORA I) toca a su fin. Aena apura los últimos días para presentar la actualización de su Hoja de Ruta para los próximos años 2022-2026 (DORA II). El documento marca la base de ingresos de la compañía: las tasas aéreas que el gestor cobra a los diferentes agentes turísticos.
Actualmente el proceso del DORA para el segundo periodo regulatorio (2022-2026) avanza en su propuesta, que debe ser enviada a la Dirección General de Aviación Civil antes del 15 de marzo de 2021.
Según lo establecido en la normativa, el texto sobre la actualización de las tarifas aeroportuarias de 2022, se encuentra en proceso de consulta entre Aena y las asociaciones de compañías aéreas usuarias de los aeropuertos.
A continuación, la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), como organismo regulador, solicitará los correspondientes informes preceptivos tanto a la CNMC (aspectos económicos de la propuesta), a la Agencia Estatal para la Seguridad Aérea (aspectos técnicos y operativos) y a la Dirección General de Política Económica del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. La Ley establece que la fecha límite para la aprobación final por el Consejo de Ministros es el 30 de septiembre de 2021. El verano pondrá de nuevo a prueba al gestor aeroportuario.
Según el informe de la auditoría de la cuenta de resultados, en estrecha relación con el ajuste de capacidad realizado en los aeropuertos, Aena mantiene su Plan de ahorro de costes al objeto de proteger la caja. Este Plan está basado en la renegociación de los contratos de servicios (seguridad, limpieza o mantenimiento), la eliminación de gastos no imprescindibles y la paralización de nuevas contrataciones no esenciales en función de las necesidades.
Como consecuencia de las medidas tomadas para el control, contención y previsión de la pandemia, durante 2020 el Grupo ha incurrido en gastos excepcionales por importe de 52,7 millones de euros, tanto en las instalaciones aeroportuarias, como en la protección personal y de salud. Adicionalmente, se han realizado inversiones en activos fijos por importe de 9,8 millones de euros.
Estos costes extraordinarios a causa del Covid-19 podrán ser recuperados en el marco del DORA 2017-21 o, si n fuera posible, en cualquiera de los siguientes DORA, debidamente capitalizado. En este caso, la tarifa no estará sujeta al límite máximo de crecimiento del 0%, el déficit acumulado en el DORA 2017-21 podrá ser trasladado al DORA 2022-26 y el déficit acumulado en el DORA 2022-26 podrá ser trasladado al quinquenio siguiente.
De cara al futuro, la situación no es sencilla. Unas tasas altas ofrecen mayores ingresos -en principio-, pero puede llevar a las aerolíneas a tomar decisiones drásticas en sus diferentes bases de operaciones. Asimismo, a la propia Aena le interesa un tráfico elevado de vuelos (y pasajeros), puesto que también tiene un negocio minorista dentro del aeropuerto, así como la gestión de los comercios de interior. Por lo tanto, a mayor tráfico, más caja.
Asimismo, el informe señala que Aena ha adoptado medidas para colaborar con las empresas que prestan servicios en los aeropuertos, clientes y arrendatarios que, ante la crisis generada se enfrentan a tensiones de liquidez. A finales del mes de abril, se aprobó el aplazamiento extraordinario de cobros por un período de seis meses, sujeto a determinadas condiciones, aplicable a los importes facturados desde la fecha del decreto del estado de alarma, 14 de marzo de 2020, y durante un periodo de 3 meses que finalizó el 14 de junio.
En el ámbito de los servicios aeronáuticos, dicho aplazamiento ha sido de aplicación a los importes facturados por los conceptos de: estacionamientos de aeronaves; aterrizaje y servicios de tránsito de aeródromo; pasajeros, PMRs y seguridad; uso de pasarelas telescópicas; combustibles y lubricantes; servicios de asistencia en tierra; y servicios meteorológicos. El importe total aplazado por diferentes conceptos del que se han beneficiado las aerolíneas, ha ascendido a 82,2 millones de euros.
El descenso del tráfico de pasajeros debido a las restricciones a la movilidad impuestas en España y en el resto del mundo, ha tenido un reflejo inmediato en la disminución de los ingresos ordinarios de la actividad aeronáutica. Asimismo, los menores ingresos del período están afectados por la exención del pago de las tarifas de aterrizaje y tránsito aéreo aplicada durante el estado de alarma a aquellas aeronaves que transportaran, al menos, un 50% de carga de material sanitario necesario para luchar contra la pandemia.
Si además de material sanitario, transportaban otro material no sanitario la exención del pago aplicaba sólo al porcentaje de la tarifa correspondiente a material sanitario. Esta medida se extendió hasta el 5 de julio. El efecto neto de los incentivos al tráfico ha supuesto un menor ingreso de 11,5 millones de euros.
Este importe incluye el devengo de los incentivos comerciales destinados a estimular la programación de operaciones por parte de las aerolíneas (20,4 millones de euros), el incentivo provisionado en enero y febrero por la temporada de invierno (3,4 millones de euros), el ajuste de la provisión de incentivos por crecimiento debido a que muchas aerolíneas dejaron de cumplir los requisitos necesarios para devengarlos (10,5 millones de euros) y la regularización de provisiones de años anteriores (1,8 millones de euros).
La bonificación por pasajero en conexión ha supuesto en 2020 un importe de 21,6 millones de euros, frente a 77,7 millones de euros en 2019.
INCENTIVOS PARA AEROLÍNEAS EN VERANO
Aena continúa, además, con su política de incentivos comerciales diseñados para potenciar la programación de operaciones por parte de las compañías aéreas. Así, el consejo de administración ha aprobado un nuevo incentivo extraordinario de recuperación de operaciones para la temporada de verano de 2021.
Esta medida, que se aplicará entre el 1 de abril y el 31 de octubre, incentiva el porcentaje de recuperación que supere unos determinados umbrales. Para los tres primeros meses, el umbral de recuperación establecido es del 30% y, para los últimos cuatro meses, del 45%.
Todas las operaciones realizadas a partir de esos porcentajes serán incentivadas en su tasa de aterrizaje en el mismo porcentaje de su recuperación, según ha explicado la compañía dirigida por Maurici Lucena.
El incentivo supone que las compañías recibirán un descuento en la tarifa media mensual de aterrizaje para todas aquellas operaciones que superen los niveles fijados, independientemente del número de pasajeros que transporten.
PÉRDIDAS DE 126,8 M€ EN 2020
Aena registró unas pérdidas de 126,8 millones de euros en 2020, las primeras desde 2012, frente al beneficio de 1.442 millones de euros de un año antes, tras caer sus ingresos un 50,2%, hasta 2.242,8 millones de euros debido a las restricciones a la movilidad provocadas por la pandemia del Covid.
Según ha explicado la compañía, los descuentos que ha ofrecido el área comercial de Aena a todos sus clientes ascienden en 2020 y 2021 a unos 800 millones de euros. «El objetivo es ajustar los contratos de forma equilibrada a la situación de las partes, ambas muy afectadas por la pandemia», ha recalcado el gestor aeroportuario.
Pero el conflicto con los arrendatarios de la red comercial aeroportuaria es otro de los frentes abiertos que tiene Aena. La pandemia también se ha llevado la rentabilidad para los comercios de unos espacios tradicionalmente mucho más transitados que los propios centros comerciales. Toca seguir tomando decisiones, en un momento crítico en el que la incertidumbre sigue siendo la única certeza.