Vuelve a explotar una nave espacial de Elon Musk: «Tenemos que trabajar en el aterrizaje»

Tras lanzarse el pasado martes y volar con éxito a alrededor de 32,800 pies de altitud, el último modelo el cohete Starship (SN9) de SpaceX, firma de Elon Musk ha acabado explotando este martes al impactar violentamente contra la Tierra en su aterrizaje en Boca Chica, Texas. Es la segunda vez que ocurre lo mismo con un Starship, ya que el modelo SN8 también estalló al aterrizar el pasado diciembre.

El ingeniero principal de integración de SpaceX, John Insprucker, dijo: “Tuvimos, nuevamente, otro gran vuelo… tenemos que trabajar un poco en ese aterrizaje”. Los SN son prototipos de la nave que Musk quiere patentar para transportar humanos y 100 toneladas de carga en futuras misiones al Luna y Marte .

Después de que en mayo SpaceX finalizara con éxito su primera misión con astronautas, el magnate decidió centrarse en su nave espacial, Starship, ordenando internamente a la compañía que se acelerase el avance en este sentido “dramática e inmediatamente».

Insprucker, reflexionando sobre las conclusiones de la jornada, dijo: “En resumen, otro gran [vuelo], y un recordatorio, este es un vuelo de prueba, la segunda vez que lanzamos una nave espacial en esta configuración”. “Tenemos muchos datos buenos y [logramos] el objetivo principal de demostrar el control del vehículo y la reentrada subsónica”, alegó el ingeniero.

De esta forma, la compañía de Elon Musk intenta desplazar la atención al correcto lanzamiento y vuelo del cohete, aunque el aterrizaje terminara en explosión. Pese a la positividad de la empresa, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha anunciado que iniciara una “investigación del percance de aterrizaje de hoy”.

Aunque este fue un vuelo de prueba sin tripulación, la investigación identificará la causa raíz del percance de hoy y las posibles oportunidades para mejorar aún más la seguridad a medida que se desarrolla el programa”, han indicado desde la FAA.

Esta institución gubernamental tiene en el punto de mira a Space X, después de descubrir que el lanzamiento del modelo SN8 violó la licencia de la compañía. Para ese anterior vuelo de prueba, la compañía «procedió con el lanzamiento sin demostrar que el riesgo público de sobrepresión de explosiones de campo lejano estaba dentro de los criterios regulatorios”, según la FAA, refiriéndose a los riesgos potenciales de un aterrizaje fallido como los experimentados.