domingo, 15 diciembre 2024

Amancio Ortega reta a Florentino y los del Pino en el negocio de las maderas nobles

Warren Buffett, al que muchos consideran el mejor inversor de todos los tiempos, señaló en una ocasión que: «Alguien se sienta hoy en la sombra de un árbol que plantó hace mucho tiempo». Una frase inspiradora que las mayores fortunas de España han sabido llevar a la práctica. Además, de forma literal. Hasta el punto de que el negocio forestal, plantar árboles para décadas después vender su madera, tiene entre sus principales actores en nuestro país a nombres como Rafael del Pino, Florentino Pérez o Amancio Ortega.

Además, lo hacen de manera confrontada. Así, los Del Pino y Florentino hacen equipo a través de la firma Foresta Private Equity II, por un lado. Mientras que Ortega ha preferido probar fortuna en solitario con la firma Sobrado Forestal 2014, que gestiona a través de su emporio Pontegadea. En unos años, los dos bandos se enfrentarán en el mercado maderero para colocar sus productos premium. Pero hasta entonces sus sociedades no paran de acumular ampliaciones de capital, para incrementar el volumen de unidades plantadas. Al fin y al cabo, se trata de uno de los negocios con mayor necesidad de tiempo de maduración, con estimaciones medias superiores a los 20 años, de cuantos se pueden invertir.

Hasta entonces, tanto los primeros como los segundos buscan otras actividades que les permitan mantener vivas dichas sociedades. En el caso de los del Pino y Florentino la actividad secundaria es la venta de nueces. Así, una de las tres firmas que gestionan a través de Foresta Private, Nogales del Tiétar, tiene su propia línea de productos ecológicos con tres variedades distintas: Howard, Tular e y Chandler. Aunque la pretensión final es poder empezar a vender madera de alta calidad más allá de 2030.

FLORENTINO Y LOS DEL PINO LLEGAN HASTA ESTADOS UNIDOS

De hecho, el holding tiene como negocio fundamental el desarrollo de plantaciones de maderas nobles en España. Un objetivo que promueve a través de dos compañías, que cuelgan del holding Foresta Private, como son la ya nombrada Nogales del Tiétar y Pradera de la Tabladilla. Ambas se crearon allá por 2008, aunque sus plantaciones datan del 2006. Con esa fecha tanto del Pino como Florentino confían que 2029 sea el primer año en el que puedan colocar sus productos madereros en el mercado, dado que la compañía explica que el periodo de crecimiento del negocio es de 23 años.

Pero su negocio no solo se radica a España, sino que también se extiende hasta Estados Unidos. Así, la tercera firma que está integrada en el holding societario es la de Fine Timber que desarrolla su labor de desarrollo de plantaciones en Indiana. La madera de nogal estadounidense, conocido por juglans nigra, es una de las especies más buscadas en los mercados de todo el mundo. Además, es única de Norteamérica, de ahí la necesidad de establecer la sociedad en dicha región para su futura explotación.

Los del Pino y Florentino no están solos en el negocio. De hecho, el accionariado de Foresta Private tiene muchos más nombres propios como Telefónica, Bankia (que lo tomó al fusionarse como BMN) o el Consorcio de Compensación de Seguros. El papel predominante lo tiene la sociedad Foresta Capital, propiedad de ACS, seguida por Casa Grande Cartagena que es la firma familiar de los del Pino.

AMANCIO ORTEGA SE DECANTA POR LOS CASTAÑOS

Por su parte, Amancio Ortega fundó la firma Sobrado Forestal 2014 como proyecto para repoblar los montes gallegos con castaños. A través de su brazo inversor, Pontegadea, y con una inversión millonaria, el magnate ha logrado en los últimos años incrementar notablemente el número de unidades plantadas que ha posibilitado luchar contra la excesiva utilización de eucalipto. De hecho, este tipo de plantación llegó a ocupar una parte considerable del bosque gallego gracias a que es una especie que crece muy deprisa y era perfecta para repoblar rápidamente aquellas zonas afectadas por los incendios.

Pero el eucalipto tiene otras peculiaridades menos benignas, dado que provoca más incendios (retroalimentando la espiral viciosa) y no ofrece beneficios económicos a la zona. Por ello, Ortega prefirió apostar por los castaños que antes de comercializar su madera, menos cara que el nogal, también ofrece una oportunidad económica como la explotación de la castaña.

A su vez, la hija de Ortega, Sandra, también está inmersa en otros proyectos naturales para cambiar el aspecto de los bosques gallegos. Así, a través de la Fundación Paideia, que ella misma preside, trabaja junto a la Xunta en la mejora el material forestal para la reproducción de zonas frondosas como el carballo o el cerezo. El proyecto se articula a través de Cultigar, un laboratorio de biotecnología vegetal pionero en Galicia que está dedicado a la investigación y desarrollo tecnológico en el campo de la producción, cultivo y calidad sanitaria de planta ornamental, forestal y hortofrutícola de alto nivel económico.


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