Los españoles duermen poco: de cáncer a hipertensión, los riesgos que conlleva

Matthew Walker en 2018, publico un documento sobre los riesgos del sueño que se convirtió en un verdadero éxito. En el territorio español, el tratado fue traducido por el Capitán Swing “Por qué dormimos, la nueva ciencia del sueño”. Para el profesor de Neurociencia en Berkeley, fue sin lugar a dudas un estudio acertado, esto devenida a que la falta de sueño estaba interrelacionada a las enfermedades de mayor peligro, aunque también pueden desencadenarse graves accidentes automovilísticos.

Se estima que los españoles duermen unas 6,8 horas promedio, una cantidad de sueño que es menor a lo recomendado y por ende, súper riesgosa para la salud. Aunado a ello, esto no se puede solventar con pastillas, puesto que porque «electrofisiológicamente, la sedación no es dormir», sostiene el neurólogo en su investigación.

Agregado a las anteriores enfermedades, no dormir adecuadamente puede repercutir en riesgos como la concentración de una hormona que puede producirte hambre, al mismo tiempo que se erradica la sensación de saciedad. Básicamente, es un fenómeno que repercutirá en el sobrepeso y cada una de sus enfermedades relacionadas. Cabe destacar, que Walter se interroga el por qué en la Atención Primaria no se realizaba el diagnóstico integral sobre el dormir poco. En este sentido, advirtió en su libro, que gran cantidad de píldoras de melatonina que suelen venderse sin alguna regulación en los supermercados, no poseen dicha sustancia, aunque funcionan como una especie de placebo, donde el investigador comenta: «el efecto más fiable de toda la farmacología».

No descansar satisfactoriamente por la noche, al momento que el despertar tiende a ser más fuerte, el sonido de la alarma provocara que suba la presión arterial. Una de las peores cosas que pueden realizarse por la mañana es postergar la alarma de forma inadecuada; así mismo, se ha demostrado que sin un sueño adecuado, la persona puede experimentar riesgos en el control de las emociones, con lo cual surgirán episodios de ira con gran facilidad y el respectivo pensamiento lógico-racional puede verse afectado. En general, es una explicación valida que da sustento a varios episodios de agresividad, donde también pueden exponerse situaciones de depresión y problemas maniáticos.

Entre algunas de las leyendas urbanas que más reitera Matthew Walker, es que el sueño de ninguna manera puede recuperarse, esto sin importar que se duerma ocho horas a lo largo de tres días continuos, ya que si ocurre una pérdida de sueño, el cerebro según estudios seguirá fallando en gran medida. Pese a que las personas duerman las reglamentarias siete horas (mínimo exigible), si este se hace a lo largo de diez días seguidos, el cerebro tranquilamente puede ser súper disfuncional, al igual que sucedería después de 24 horas sin dormir.

Los niños van a tener más riesgos cuando duermen poco, puesto que se determinó en los Estados Unidos que gran cantidad de familias se le hacía más practico madrugar y llevar a los hijos a primeras horas de la mañana a las escuelas, con lo cual se les facilitaba su trayecto al trabajo. Los chicos bajo estas condiciones, se les instruyo a que durmieran unas dos horas más al día, una situación que les ayudo a mejorar acertadamente su rendimiento estudiantil. Por ejemplo, el cerebro durante la noche afianza todo lo que ha aprendido a lo largo del día, originando que las últimas horas sean más trascendentales, ya que el cerebro automatiza la esencia de los movimientos.

En el caso que se interrumpan los sueños, pueden desencadenarse grandes problemas de coordinación. También, varios experimentos que se basaron en jóvenes que estudiaban lo mismo, a aquellos que se les garantizaba dormir más que a otros, tenían una capacidad de memorización más favorable producto de las siestas. En líneas generales, un sueño formidable ayudaba a incrementar el aprendizaje en un 20%.

Al momento que llegas envejecer, existen varios lugares del cerebro que se degeneran con gran profundidad o simplemente se atrofian. El no dormir bien es una de las primordiales causas que establecen que con el paso de los años se pueda ir disminuyendo el sueño profundo y saludable, incidiendo en riesgos como la pésima memoria durante la vejez. La ausencia de sueño es uno de los motivos fundamentales que contribuyen en la aparición de enfermedades mentales y cognitivas en los adultos mayores. Previo a que se desatara la pandemia por coronavirus, la Organización Mundial de la Salud, había explicado que en los países industrializados, la escasez de sueño contaba con rasgos de epidemia. Para finalizar, Matthew Walker afirma: «Cuanto menos duermas, más cortas será tu vida».