La digitalización de las empresas tras el coronavirus empieza con una gestión inteligente

Mientras en Estados Unidos y en muchos países europeos las empresas, grandes o pequeñas, se encontraban mayoritariamente digitalizadas antes del comienzo de la pandemia por COVID-19, en España se venía observando cierta reticencia por parte de las PYMES. La economía española necesita adaptarse ya a esta realidad, para lo que existen diferentes opciones de software. El programa de gestión STEL Order es uno de los mejor adaptados a la realidad de las empresas española.

El software ERP es la asignatura pendiente entre las PYMES

ERP son las siglas inglesas de Planificación de Recursos Empresariales. Un programa ERP permite controlar todas las operaciones centrales necesarias para una empresa al margen de cuál sea su tamaño o su especialidad. Es más que un programa de facturación unido a otro de control de stock y un gestor de proyectos. Un ERP es un software complejo basado en la inteligencia artificial (IA) y el machine learning que permite ir automatizando tareas de manera mucho más eficiente que si se manejaran varios programas por separado.

Los expertos ya avisan de que la economía post covid no abandonará el uso de este tipo de software junto con la omnicanalidad, otro punto débil en muchas empresas españolas, que las hace menos competitivas.

Volviendo a software ERP, es necesario tener en cuenta el panorama donde se va a implantar, es decir, va a ser manejado por empleados de empresas no muy grandes, en general, y nada habituados a trabajar con inteligencia artificial, por lo que debería ser de fácil manejo para el usuario pese a que su diseño en cuanto a programación sea muy complejo. Este aspecto hace de STEL Order una de las mejores opciones para ser aplicada en España.

Algunos ejemplos de qué puede aportar el software ERP a una PYME son los siguientes:

  • Automatización de tareas repetitivas, acortando los tiempos de ejecución.
  • Control sobre la facturación, incluyendo el seguimiento de facturas impagadas.
  • Asignación automática y control sobre las tareas que realizan los técnicos.
  • Habilidades básicas de comunicación con los clientes.

Este último punto puede ser un aliciente para los empresarios más reticentes a la implantación de un nuevo programa informático justo ahora, en momentos inciertos. Si piensan por un momento como clientes y en cuáles son las empresas con las que se sienten más cómodos, seguro que una rápida comunicación multicanal es una de las características que siempre se repiten.

Lo mismo se puede aplicar para el trato con los proveedores. Quien no se suba al tren ahora, se va a quedar atrás.

La crisis sanitaria originada por la COVID-19 ha golpeado más fuerte a España en términos económicos por varios motivos, siendo uno de los más importantes el desfase tecnológico con respecto a otros países industrializados, algunos incluso vecinos. También ha reducido el margen de tiempo disponible para adaptarse, hasta el punto de que podemos decir que es ahora o nunca.
Sí, ahora porque la remontada económica será lenta y la recesión no favorece las ventas. Por tanto, sobrevivirán los más competitivos, los que optimicen sus recursos y puedan estar más en contacto con sus clientes, resolviendo de forma rápida cualquier posible incidencia postventa o en la cadena de suministros.